16

2.5K 122 62
                                    

El rodaje de aquel día estaba siendo bastante ajetreado para Itziar, pero por suerte había tenido que trabajar por fuera del set. Eso le permitió despejar un poco su cabeza. A pesar de saber que amaba a Álvaro y que lo extrañaba cada segundo, sabía que había hecho lo correcto. Ella no podía ceder a sus caprichos, no podía aceptar que estén juntos si él podía cambiar de opinión en cualquier momento. Jamás se hubiera perdonado abandonar su corazón en las manos de él otra vez.

Las cosas en su corazón mejorarían, ella lo sabía. Estaban cerca de terminar el rodaje. Álvaro y ella solo tenían una escena más por hacer y listo, ahí acababa todo. Ella se iba a ir con Roberto a Perú y aunque seguramente no podría recuperar el amor que alguna vez había sentido por él, estaba segura de necesitar ese viaje y de que le haría bien, pues en la selva, en ese lugar armonioso que la había acogido con tanto amor y en donde había encontrado tanta paz, solo ahí podría curar las heridas que habían quedado gracias a la aventura con Álvaro. De todas formas, ya le había dicho a Roberto que sí iba a viajar, y al menos en eso, no quería fallarle.

Indistintamente, no solo ella pensaba en que lo sería de su vida una vez terminara el rodaje, pues se encontró con que todo el mundo en algún momento había empezado a hablar de eso. Las grabaciones de la serie habían pasado a primer plano en la vida de todos los que trabajaban en ella, en el área que fuera, incluso para los que residían permanentemente en Madrid. Ella sabía que después de un proyecto como ese que había durado varios meses era normal tener que hacer una especie de duelo, pues ahí pasaban la mayor parte del tiempo, habían aprendido y sobre todo, habían hecho muchos amigos.

Por todo eso, las preguntas sobre el tema no demoraron en llegar, y sobre todo a ella que como ya muchos sabían, estaba en Madrid exclusivamente por la serie. Cuando sus compañeros le preguntaron ella contestó con sinceridad que se iría a Perú, cosa que ellos obviamente asociaron con su esposo Roberto, a pesar de que ella explicó que tenía algunas cosas importantes por hacer ahí.

Pero en realidad no era ni Roberto ni las actividades que iba a realizar en Perú, pues aún sin ninguna de esas razones ella igual iría, y por eso había decidido no cancelar el viaje a pesar de la situación actual con Roberto. Era Perú, un lugar que para ella tal vez no significaba tanto antes de ir la primera vez, pero que ahora se había convertido en un lugar muy especial, uno que ella quería casi como propio, pues le había dado tanto como su propia tierra. Un país que ella descubrió poco a poco y en donde conoció a gente increíble, una cultura riquísima, una identidad con la que se sintió inmediatamente identificada por arraigarse a sus costumbres y a la madre naturaleza, algo tan digno de admirar y recrear. Y, además, porque ahí había recibido la medicina a la que ahora le tenía tanto respeto, pues cada vez que tenía la oportunidad de tomarla su cuerpo y alma sanaban, y eso sin duda lo necesitaba ahora. Siempre escuchó que se puede pedir algo específico que uno desea sanar antes de la toma, un problema, un sentimiento, una enfermedad, etc. Ella sabía cuál sería su objetivo ahora, sanar sus heridas, perdonarse y perdonar.

Por eso, no dudó en afirmar a todo el que le preguntó, que iría a la selva peruana a encontrarse de nuevo con ella misma.

Cuando el rodaje fuera del set terminó, ella se sintió aliviada de poder ir a descansar ya que estaba agotada. El día había sido largo y solo deseaba llegar rápido a casa, tomar una ducha y dormir.

Iba en la camioneta de producción de regreso al estudio. Itziar miraba por la ventana cómo el sol chocaba con las esponjosas nubes y las tornaba de un color rosa brillante. En sus audífonos y retumbando en su cabeza iba una canción de Silvio Rodríguez. Dejó que su imaginación volase. Imaginaba un mundo en que estar con Álvaro era posible. Un mundo en que él no tenía una familia y en que ella no estaba casada. Un mundo en que la relación de ellos pudiera no ser mal vista, en que pudieran ellos dos formar su propia familia, y que la pareja de Raquel y el profesor pudiera traspasar el mundo de la ficción. Era increíble como la música podía darle tanta tranquilidad y hacerla soñar despierta con cosas que quizá nunca pasarían, pero así era ella. Podia pasar horas imaginando posibles escenarios, palabras y hechos que nunca serían más que eso, imaginarios.

Locura || Itziar y Álvaro ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora