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A pesar de que era domingo, Itziar se levantó muy temprano aquella mañana. Como siempre y aunque sabía que no era un buen hábito, lo primero que hizo fue ver su celular. Hoy era su cumpleaños y a decir verdad, aunque no fuera de las personas que le dan tanta importancia a ese tipo de fechas, ella lo tomaba como una oportunidad para consentirse un poco. Afortunadamente era domingo y ella tenía descanso, que aunque significaba que no vería a Álvaro, podía pasar el día siendo solo Itziar. Miró la hora y pensó que estaba justo a tiempo para poder aprovechar el día al máximo y hacer todas las cosas que tenía planeadas.

Ordenó un poco por encima el apartamento y estaba tomando café cuando recibió la llamada de Roberto. Él a veces podía mostrar una faceta dura, pero con ella llegaba a ser muy tierno y era algo que ella apreciaba mucho, poder conocer esa parte de él que no demostraba si no solo a ella pues le tenía total confianza. Ojalá las cosas hubieran sido distintas y ella no se hubiera enamorado de otro hombre, pues sabía el ser tan valioso que era su esposo y le dolían las tripas cada vez que lo escuchaba por teléfono pues se le hacía más y más difícil asumir lo que le estaba haciendo.

Roberto se había ofrecido a ir a verla a Madrid y hacer algo ese día pero ella se había inventado una excusa, pues aún no se sentía preparada para verlo a la cara y fingir que todo estaba bien. Aún no se sentía lo suficientemente cínica como para decirle palabras de amor, abrazarlo y besarlo mientras su corazón latía por otra persona, cinismo que ella había comprobado que Álvaro sí tenía. Al parecer a él se le daba muy fácil mentir y eso la hacía pensar nuevamente que tal vez la infidelidad no era algo nuevo para él.

- ¿Te parece bien esa fecha Itzi? - preguntó Roberto después de cantarle el feliz cumpleaños por teléfono y conversar algunos minutos - no te oigo muy segura.
Itziar no estaba para nada segura. Hubiera querido postergar lo máximo posible el viaje a Perú con Roberto, pero ya lo habían planeado desde antes de que ella se mudase a Madrid.
- Es que hubiera querido descansar un poco, recargar las pilas estando un tiempo en casa. - Suspiró. Se sintió tonta por un momento pensando que si sus dudas eran por Álvaro, daba lo mismo estar en Basauri o en Perú, pues igual no lo vería, igual se alejaría de él.
- Pero sabes bien que en Perú vas a descansar y a reponerte. - Roberto cambió su voz por una muy dulce - Y yo te voy a consentir, bombona. Entonces, ¿qué me dices?
- Sí, sí, vale, esa fecha está bien. - respondió ella.

Cuando la llamada terminó después de algunos minutos más, ella se recargó en el mesón de la cocina y se quedó unos segundos mirando la taza en donde acababa de tomar el café con leche que jamás le faltaba. Estaba de descanso ese día, y usualmente los días de descanso aprovechaba para ordenar su apartamento, leer un poco y dormir, pero hoy era su cumpleaños y a decir verdad, se sintió un poco sola en esa ciudad en la que no es que tuviera muchos amigos.

Recibió llamadas y mensajes de su familia, amigos y de sus compañeros de la carpa con quienes quedó de hacer algo a la noche, cosa que la alegró mucho, pero había alguien que no se había pronunciado esa mañana y que ella en verdad extrañaba. Tal vez él no sabía que era su cumpleaños. Tal vez sí lo sabía y lo había olvidado. Tal vez gracias a que ella estaba distante debido a sus inseguridades él se había enfadado con ella.

El viaje que haría con Roberto volvió a su mente, así que abrió el calendario en su teléfono y comprobó el tiempo que faltaba para terminar de grabar y para que ella se devolviera a su casa en Basauri y después se fuera a Perú. No faltaba demasiado, poco más de un mes. Dió un largo suspiro, se recogió el cabello en una coleta, puso música en su celular y empezó a lavar la loza que se había quedado de la noche anterior.

Estaba restregando una sartén mientras se preguntaba cómo iba a ocultarle a Roberto lo que había pasado, cómo haría para no extrañar a Álvaro después de terminar de rodar y de irse de Madrid, cómo haría para seguir su vida de casada y olvidar lo que sentía.

Locura || Itziar y Álvaro ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora