Locura || Itziar y Álvaro ||

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- Me gusta Álvaro - le contó Itziar en voz baja a una amiga con quien había decidido hablar del tema. Era la primera vez que lo decía en voz alta y le había costado incluso pronunciarlo. Se sentía la peor persona del mundo al decir esas palabras. Sin embargo trató de sonar casual y no mostrar en exceso lo realmente preocupada que estaba por esa situación.

- Uuuff es que un churrazo, ¿a que no? - contestó María, su amiga, sin darle importancia. - ¡A mí me encanta!

- ¡No entiendes, joder! - Itziar se alteró - ¡Yo estoy casada!

María rió fuertemente.

- ¿Y eso qué? - dijo sin dejar de reir - Que seas casada no significa que no tengas ojos. A cualquier mujer, casada o no, le gustaría Álvaro.

- Claro - dijo Itziar sin saber cómo explicar lo que le preocupaba. Es que no le gustaba físicamente solamente. Su amiga creía que le parecía atractivo y listo, cómo podrían parecerle atractivos muchos hombres en el mundo pero eso no tenía sentimientos involucrados. Y ella después de mucho pensarlo, negarlo y evitarlo, había llegado a la terrible conclusión de que él le gustaba, con sentimientos involucrados.

- Pedro Alonso también me gusta, es que Itzi, tienes unos compañeros que, ¡madre mía! - continuó diciendo María haciendo los ojos chiquitos, burlona.

- Mira, - dijo Itziar con firmeza - es que me gusta de verdad, ¿me entiendes? Pienso siempre en él... lo quiero... no sé qué coño, pero me gusta en serio.

Decir eso para Itziar fue demasiado, no quería pronunciar nuevamente la frase "lo quiero" para referirse a Álvaro. Nunca en su vida.

A pesar de ello María no cambió su expresión burlona.

- ¿Qué? - preguntó - ¡No me digas que te has enamorado y andas pintando corazoncitos en cuadernos, que no tienes 15 años!

- ¡No estoy enamorada!- dijo Itziar y decir esa palabra la hizo sentir aún peor - No sé, me gusta, no me lo puedo sacar de la cabeza y no sé si es mi imaginación pero siento que él me copia, ¿si?

- ¿En serio? - se interesó María. - ¡No me digas que se han enrollado porque me muero!

María continuaba sin darle al tema la seriedad que Itziar sentía que tenía.

- ¡No! ¿Qué te pasa? - dijo Itziar alarmada.

- ¿Entonces por qué crees que te copia? - preguntó María.

- Bueno... - dudó Itziar. Esta era otra cosa que no sabía explicar. -  Porque lo he descubierto mirándome, porque siento que hay química, que las escenas juntos fluyen tan bien y son tan naturales, no sé, creo que me estoy empeliculando.

Así era, se había ido haciendo una película en su cabeza de a poquitos, porque en algún almuerzo cuando ella lo buscaba con su mirada se encontraba con que él la había estado mirando, porque la trataba con tanta dulzura, porque al estar hablando así sea solos o con otras personas, solía abrazarla sin motivo, porque la halagaba en múltiples ocasiones, porque sentía que con ella reía más, porque también sin motivo aparente le escribía a su WhatsApp, preguntando horarios o alguna cosa parecida que ya se había informado, o simplemente a saludarla. Y porque era algo que no solo ella había notado, si no sus amigos de la carpa también. ¡Porque habían ensayado los besos fuera de cámara!

Pero su amiga minimizó tanto el tema esa tarde que eso la tranquilizó, y llegó a la conclusión de que era una tontería. Que sí, que sentía algo por él, pero no debía darle tanta importancia. Por eso, procuró evitar un poco a Álvaro para evitar que esa tontería siguiera perturbándola y no se hiciera más grande.