Discutir no era algo que le sentaba bien, por el contrario, lo odiaba. Odiaba tener que encontrar palabras suficientes que demuestren su enojo, que representaran su espíritu y autoridad. Sin embargo, no podía conseguirlo cuando se trataba de sus padres. No, por mucho que intentara enfrentarse, nada podía hacer. No era quién para hacerse escuchar.
Estaban a una semana del torneo y con la graduación a dos meses de distancia. Las cosas en la escuela se estaban poniendo caóticas, con las pruebas a las universidades y los apuros de los profesores en que eligiera una carrera donde pudiera crecer profesionalmente. En cambio, había elegido sólo cursar una carrera técnica en danza para que pudiera pulir sus habilidades de bailarina y seguir el camino que su familia le forjó desde que nació. Creía que con eso estarían felices, que podrían dejarle vivir el resto de su vida como quería, enseñando el estilo Sonoda y dirigiendo el Dojo, junto a Honoka.
Pero no fue así. No era suficiente para ellos.
Ese mismo día, horas antes durante el desayuno, sus padres le soltaron una noticia inesperadamente impactante, ¡le había concertado una cita con un completo desconocido!
Al menos para ella lo era. Su padre, quién era también maestro de kendo en la universidad de Waseda, eligió a su más prodigioso alumno para que sea su pretendiente directo. Ni siquiera más opciones, sólo uno. Era un compromiso de inicio a fin, excusándose con el hecho de que buscaban su bienestar y que pudiera contar con la seguridad de una familia.
¿Cómo podría aceptar eso? ¡Era imposible! Pero sus intentos de rebatir eran infructuosos, sus padres no le daban más opción que aceptar.
Frustrada, enojada, decepcionada. Muchas emociones corrían por sus venas, ¿qué podía hacer? Sus padres le tenían resuelta la vida a su modo, eran estrictos y ordenados, mucho más que de lo que recordaba en el pasado. Tal vez se debía a la ida de su hermana mayor años atrás, que endurecieron su educación con ella.
Le gustaría ser como su hermana y poder oponerse a sus designios, pero cuando veía en el rostro de sus padres la alegría y el brillo del orgullo, su fortaleza caía. No podía decepcionarlos, y ella amaba el kendo y la danza.
Y pese a eso, sólo una cosa no podía aceptar. Ese matrimonio.
Necesitaba hablar con Honoka, desahogarse con ella, que la escuchara y reconfortara. Sólo ella podría entender la angustia que sentía y la impotencia que la ataba. Y aunque no había nada más en el mundo que necesitara que los brazos de Honoka, sentir su calidez contra ella y escuchar su melodiosa voz para calmarla... no podía hacerlo.
Apenas terminó la mitad de su desayuno, no pudiendo soportar las alabanzas de su padre sobre aquél tipo del que ni siquiera se molestó en recordar su nombre, llamó a Honoka para pedirle que la recibiera... no esperaba que ella la rechazara.
Le dijo que estaba entregando unos pedidos de última hora, y si sólo fuera por eso, no habría problema. Podría esperarla en su cuarto, en cualquier lugar menos su propio hogar que se sentía asfixiante. Pero no, no era así, Honoka tenía un compromiso hecho desde antes, con la idol.
El sólo escucharla decirlo, hizo que sus venas hirvieran, ¿acaso no podía distinguir la perturbación de su voz? ¿La desesperación con la que le llamaba? ¿Era tan importante esa chica que no podía cancelarle? Comenzaba a detestar la situación.
Una semana atrás habían tenido una pequeña molestia por su falta a la práctica, ¿y ahora no podía acudir a su llamado, pero sí a la de una conocida de apenas unos días? ¡Umi era su mejor amiga!
La idea de que ella y la chica estuvieran de nuevo juntas, además del malestar con sus padres, le hizo abrir la boca de más.
Y ahí estaba ella, en medio de Akihabara, ataviada de ropas casuales esperando a Honoka y a la tal chica. Una parte de ella, la protectora, le decía que era su oportunidad de conocer realmente las intenciones de esa extraña con Honoka, y otra parte, una más oculta y oscura, le incitaba a entrometerse, a no permitir que nadie más se acerque a la amiga de su infancia. Se sentía mal por pensar en la última. Era una sensación terrible que la consumía desde que supo de su aparición y no dejaba de retorcer sus entrañas.
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3, 2, 1 ¡ACCIÓN! [LOVE LIVE SCHOOL IDOL PROJECT] [HONOUMI]
RomantizmSiete años después de una dolorosa separación, Umi y Honoka, viejas amigas de la infancia que compartieron más que un vínculo profundo, se reencuentran en circunstancias inesperadas. Umi se ha convertido en una famosa escritora, construyendo mundo...