Capítulo 36

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Habían pasado las semanas y muy pronto ingresaría a Edvardsen; si no me equivocaba, sólo faltaban quince días para ello.

Había estado leyendo los temas que habían cargado mis profesores a la plataforma estudiantil. Estaba muy nerviosa.

El lado bueno de todo aquello era que sería recién mi primer semestre de preparatoria, es decir, todos seríamos nuevos allí. La Preparatoria Edvardsen no contaba con secundaria; aunque se estiraba hasta la universidad, la cual era mucho más reconocida; sus carreras especializadas en negocios eran exitosas.

Archer me había aconsejado que me lo tomase con calma y que con sólo entregar todos mis trabajos pasaría las asignaturas. Quería creerlo, pero a mí no me bastaba con un suficiente, como a él. Yo aspiraba a ser de las mejores.

Me habían invitado a cierta actividad de integración justo dos días antes de empezar las clases. Había confirmado mi asistencia ya, cosa que le había comentado a Morgan, feliz. La verdad era que me aliviaba saber que a mi nuevo colegio le importaba tanto la unidad estudiantil; los valores que fomentaban parecían ser igual de buenos.

Estaba en la casa de Morgan. Al final, ella y Bel habían sido las únicas de mi grupo de amigas de LonelySpring de las que no me había alejado todavía. Eve se la pasaba saliendo con sus amigos de música, cosa que no me molestaba ni mucho menos, pero me hacía sentir fuera de lugar. Además, nunca fui muy allegada a Jaz; aunque con Carrie tenía cierta indecisión. No sabía si era porque ella era así o estaba en mi cabeza, pero parecía que ya no me soportaba.

Gael había intentado evitar cualquier tema relacionado con Aiden, cosa que me dolía, pues sabía muy bien que ellos seguían siendo buenos amigos; o al menos eso había entendido la última vez que chateé con Daniel.

Me preguntaba si el rubio temía que yo me arrepintiese por haber terminado tan mal con su amigo; o peor aún, que sólo hubiesen vuelto sus celos al querer acapararme. Él no solía ser celoso conmigo, por lo que, aquella vez en la que confesó temer que no fuese lo mismo si yo salía con el pelinegro, me sorprendí. Tenía algo de sentido, aunque no compartiera la opinión.

Por otro lado, no había podido ver a Adler durante mis vacaciones de invierno tanto como había querido. Por supuesto que seguíamos en contacto y chateábamos todos los días. Así como, alguna que otra vez, habíamos conseguido vernos a escondidas de mis padres; pero tenía la pequeña espina de ser atrapada si lo hacía tan continuamente. Tampoco quería meterme en problemas con mamá.

—Nova —habló Morgan, quien estaba tumbada, boca arriba, sobre su cama. Yo me encontraba en la esquina de la misma—. ¿A dónde debo ir después de aquí?

Mi amiga me extendió su celular, mostrándome la pantalla de su móvil.

Ya que no había podido salir demasiado de casa, sobretodo porque a mamá no le gustaba que lo hiciera, durante este mes había estado jugando Sky; la aplicación que había descargado hacía varias semanas atrás.

Había quedado fascinada con su banda sonora, así como con los gráficos y personajes. ¡Y ni qué decir de su historia! Era maravillosa. Tenía un par de amigos ya, aunque todos eran de distintas partes del mundo y eso me complicaba la comunicación. No era muy buena en inglés, aunque tampoco era del todo mala; fácilmente podía llevar una conversación amigable en el juego, pero, en ocasiones, me veía obligada a preguntar qué significaba alguna palabra.

Mi primer día en Sky fue poco interesante para mí; mi decepción fue tal que borré la aplicación y no fue hasta días después que me arrepentí y decidí darle una segunda oportunidad. La realidad era que no solía jugar nada, así que esa era mi primera vez embelesada con algún videojuego. Y no me arrepiento de haber obtenido la aplicación, ¡era increíble intercambiar palabras con extranjeros! Sobretodo porque, por muy difícil que pareciera, la comunidad era como los escenarios del juego: tierna e indefensa. No me había encontrado con una sola alma que hubiese sido mala conmigo, de hecho, la primera vez que me enfrenté al mapa final, una chica de Reino Unido me ayudó a encontrar el camino.

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