La noche llegó, y Cindy había perdido la felicidad que tenía hace tan solo cuatro horas, cuando descubrió que no había ningún lugar en la granja en el cual poder hacer la sesión de espiritismo.
Su familia regresó a la casa luego de una maravillosa tarde jugando en la nieve.
—Debiste habernos acompañando, Cindy—dijo Katie—Nos divertimos como no tienes idea.
¿Y ahora qué le estaba pasando a Katie? Esa misma tarde estaba con una actitud tan fría contra su hermana menor que por un instante Cindy pensó que no era ella misma. Hummm, tal vez fue porque tuvo una tarde divertida y eso la animó un poco.
A las ocho de la noche los Brandon se dirigieron al comedor para la cena. Rosa les había preparado una lasaña deliciosa.
—Me siento tan emocionada por mi cumpleaños mañana—comentó Anna con la boca llena.
—Anna ¿Dónde están tus modales?—la regañó su madre.
—Oye, Anna, estuve pensando... ¿Te gustaría que celebráramos tu cumpleaños aquí en la granja? ¿O prefieres ir a algún restaurante del pueblo?—preguntó Christopher.
Los ojos de Anna se abrieron hasta alcanzar un tamaño inusitado.
— ¡Quiero ir a la Carne Dorada, a la Carne Dorada!—exclamó.
La Carne dorada era un restaurante que estaba en el centro de Gnilwor, y también era el mejor restaurante del pueblo; fue ahí adonde sus padres fueron a cenar la noche de su aniversario. Además, la Carne Dorada era uno de los clientes más comunes de Cristopher, pues él le vendía kilos de carne a ese restaurante, motivo por el cual todo el personal lo conocía y lo trataban como el cliente más importante.
—Muy bien, iremos mañana en la noche—dijo Christopher con una sonrisa.
— ¿Puedo invitar a Andrea y Erika?—preguntó ansiosa Anna.
—Claro, hija, es tu fiesta—dijo Rosa.
La plática a lo largo de la cena se centró principalmente en escuchar lo que a Anna le gustaría para su cumpleaños, y mientras ella y sus padres debatían sobre lo que le podían dar y lo que no, nadie notó que Cindy se encontraba algo apagada y que por lo tanto se demoraba mucho en comer su lasaña. Aunque, nadie que la viera pensaría desde el primer momento que se debía a que no había podido encontrar un lugar adecuado para llevar a cabo su sesión de espiritismo.
Después de la cena, Cindy subió a su habitación y se puso el camisón. Luego se lavó los dientes, dijo buenas noches a su familia y a continuación se metió en su cama. Pero casi de inmediato, la puerta de su baño comenzó a abrirse lentamente. Entonces Cindy recordó la noche de navidad en que se había quedado a limpiar la cocina y que de pronto la puerta del cuarto de utilería empezó a abrirse sola. Así que esta vez, sin pensarlo dos veces, Cindy saltó de su cama, corrió hacia la puerta y la cerró con llave. Eso al menos la tranquilizó un poco y la ayudó a dormirse más fácilmente.
Esa noche, Cindy tuvo un sueño.
Soñó que estaba sentada en el prado de su granja viendo el atardecer, y a su lado se encontraba Oscar, quien a continuación le tendió la mano y Cindy, como si se tratara de un imán, acercó la suya hasta que ambas se entrelazaron. Cindy miraba hacia el frente, viendo cómo el sol descendía entre las colinas, cuando de pronto, justo por encima del sol, aparecieron dos nubes separadas, y de la nube izquierda empezó a salir un arcoíris, el cual se extendió hasta llegar a la nube derecha. Luego dos mariposas pasaron volando por encima de sus cabezas y siguieron hacia adelante, revoloteando juntas hacia el horizonte crepuscular. Era un paisaje muy hermoso.
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CLOOPY
HorrorCindy Brandon vive junto a su familia en una granja situada en las afueras de un pequeño pueblo de California. La vida de Cindy siempre está plagada de risas, amor, cariño, amistad y felicidad, pero cuando cumple los trece años, un macabro acontecim...