Día 23

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Wade:

Una cachetada.

Un golpe.

Un puñete.

O lo que se parezca, es lo que esperaba sentir en el caso de que estuviera consiente y lo estaba, solo que no fue ninguna de esas opciones o cualquier sinónimo.

Venus me devolvió el beso.

Cerró los ojos cuando yo los abrí por la sorpresa y enredo los brazos alrededor de mi cuello, sus labios sabían a un caliente alcohol y a un sabor fresco, me embriagaba y solo podía sentir ese delicioso néctar, lo demás se nublo y después de separarnos para buscar algo de aire, nos volvimos a besar una vez más, esta vez me perdí por completo, la apreté contra mi mientras nuestras lenguas se entrelazaban , mientras la besaba como se lo merece y mientras su boca respondía a la mía a la perfección, como si se sintieran felices de reencontrarse de nuevo y a pesar del tiempo, a la hora de besar ambos nos complementábamos al igual que antes.

Joder...

Me apreté contra ella y mi amigo no tardó en responder.

Era solo un beso, pero empecé a desearla como nunca y quizás solo necesitaba esto, un beso para descubrir que la deseo igual que antes.

Venus...

Melocotón...

Rompí el beso con ganas de más y los dos nos miramos a los ojos, los suyos seguían cansados y creo que lo mejor es que la lleve a descansar.

Tampoco quiero estar con ella así, haciéndole falta sus cinco sentidos.

Melocotón..—El apodo se escapó de mis labios.

Sus dedos cubren mi boca.

Sus labios se separan y noto sus ojos llenos de lágrimas.

—Wade...

Alzo mis cejas escuchando atento.

—¿Qué... qué estamos haciendo?
















Venus:

—¿Te sientes mal?.—Pregunta Raquel desde la puerta.

—No, solo tengo resaca .—Menciono cubriéndome con la colcha.—Y dije que quería dormir unos minutos más.

La escucho suspirar.

—Eso te pasa por irte de fiesta y volver tan tarde...

No le respondo y ya no la escucho, mi mente se encuentra perdida mientras sigue ocupando el puesto de mamá y me da una llamada de lección, Raquel sale de la habitación después de su discurso y estiro la mano hacia mi móvil que se encuentra sobre la cómoda.

Tengo llamadas perdidas de Ian...

¿Qué diablos voy a hacer ahora?

60 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora