Wade Cooper en multimedia.
Venus:
"—Te amo, melocotón..."
"¿En qué momento el melocotón se volvió fresa?"
Fresa...
Una sonrisa se mantiene en el rostro de Wade Cooper, burlándose de mi expresión, el idiota me ha llamado fresa.
—Siento tu aroma de ciudad.—Agrega cuando no reacciono.
Suficiente para juntar mis cejas con molestia y responderle.—Se llama bañarse, campesino.
Sus ojos se abren y luce sorprendido por un momento, pero enseguida me muestra su rostro burlón.
—¿En serio? .—Pronuncia retándome.—Ahora vas a llamarme campesino ¿Es en serio?
Alzo mis cejas una vez más, él sonríe de lado y se me acerca, esta vez invade mi espacio y yo retrocedo hasta chocar con Arizona.
—¿Se te olvida que fuiste una campesina también?
Aprieto los labios.—Antes.—Le recuerdo.
El no responde.
—¿Qué haces aquí?.—Suelto.
El camina por mi lado y coge a Arizona otra vez, la ayuda a regresar al establo y cierra la puerta de su pesebrera.
—Aquí trabajo.
¿Qué?
—¿En mi ...?
—¿Aun la llamas tu casa?.—Me interrumpe y se vuelve hacia mí, después de acariciar a mi yegua.—Fue tu padre quien me ofreció el trabajo, necesitaban ayuda.
—¿Ayuda..?
—¿No te lo contó? .—Me pregunta confundido.—Willow me dijo que te vio con ella.
Lo observo confundida.
—Como sea, no me corresponde decirlo a mi.—Coge la montura de los caballos y camina hacia la salida.
Camino detrás de el y me detengo cerca mientras observo como sacude varias de ellas que tiene afuera.
—Hay solo cuatro caballos.
—El personal no fue el único recorte que hicieron.—Responde detrás de mi.—No quedo de otra que vender los caballos, no te enojes con el.—Se detiene para voltearse hacia mi.—Tu padre hizo lo mejor que pudo.
No responde y él se vuelve a seguir sacudiendo las monturas, mantengo la distancia para no ensuciarme, aunque mis pies se mantengan con lodo ahora seco.
—Ella se ve bien.—Comento.—Arizona.
—Claro, yo he estado cuidándola.
Wade deja de sacudir y se acerca, se detiene justo delante de mí, no nos hemos visto hace seis años y continua invadiendo mi espacio sin mi permiso.
Me toca los mechones con una mano y los suelta.
—Tu cabello está más largo.
Trago saliva.
—¿Qué hace una chica como tú aquí?
¿Una chica como yo?
—¿Disculpa?
Él sonríe.
—Cuando Willow me lo dijo no lo creía, tal vez porque me hice a la idea de no volver a verte nunca.—Admite mirándome a los ojos, Wade hace una pausa y puedo jurar que veo algo en sus ojos cuando hace la siguiente pregunta.—¿Qué rayos haces aquí, Venus?
Mis labios se separan.
—¿Y bien..?
—Vine por ti.
Mi respuesta lo toma por sorpresa.
—Por ti estoy aquí.
Tarda en reaccionar y sonríe, esa sonrisa me hace sentir un hincón en el pecho.
—¿No crees que ya son 6 años tarde?
—No quitare mucho tiempo.
El me observa confundido.
—Voy a casarme.
Silencio...
Mi mano se ubica en mi anillo y lentamente veo como los ojos de Wade se detienen sobre él, no dice nada, no hay expresión alguna, solo está parado ahí observando mi anillo e n un silencio incómodo.
—Estoy comprometida, Wade.
—¿Y has venido a invitarme a la boda?.—Su mirada sube con molestia.—Si que eres peor de lo que imagine.
Mis ojos se abren, Wade me da la espalda.
—Espera, Wade, no es eso.
Se detiene antes de si quiera dar un paso.
—Tu y yo nos casamos cuando éramos jóvenes.—Empiezo.—Dijiste que era un juego y fuimos..
—¿Por qué hubiera sido un juego si gaste mis ahorros para que nos casemos allá?.—Me pregunta y se vuelve hacia mí.
—Estas admitiendo que me mentiste.
—¿Admitir qué, Vee?
Vee..
—Dijiste que era malditamente simbólico.—Le respondo enfadada.—Te aprovechaste de que en ese entonces era ignorante y no sabía nada más allá de este maldito lugar.
—¿Ahora este lugar es maldito?.—Me deja sin palabras.—¿Mis sentimientos por ti eran malditos tambien?
No le respondo y él sonríe con burla.
—¿Sabes algo?No te odio por lo que me hiciste.—Me dice de pronto.—Convertí ese odio en algo más y ahora solo no siento nada.
¿Por qué me dice eso?
¿Y por qué me siento así?
¿Lo hace para dañarme, porque me guarda rencor?
Convertí ese odio en algo más y ahora solo no siento nada.
Yo debería decir eso.
Yo hice todo...
Envié las cartas y el nunca respondió.
—Entonces no deberías decir nada, ni reprocharme nada.—Respondo.
Un nuevo silencio nos rodea.
—Pero así como no sientes nada, a mí no me importa lo que sientas por mi.—Continuo.—Solo he venido por algo.
—¿Y qué es eso...?
Suelto mi anillo y lo miro.
—Quiero divorciarme de ti.
No hay expresión alguna en su rostro.
—Necesit...
—No.
Mis ojos se abren.
¿Ha dicho lo que creo haber escuchado?
—¿Qué?
Acerca su rostro al mío y mis ojos se mantienen muy abiertos por su respuesta.
—Ya me oíste, Venus, no voy a darte el divorcio.
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60 Días
RomantizmTras un arranque de locura de amor , Wade Cooper y Venus Murphy contrajeron matrimonio a una corta edad , lo cual terminó con una ruptura no muy agradable , tanto que ni ella misma ni el quieren volver a cruzar palabras el uno con el otro. Seis años...