¿Quisieras No Casarte Conmigo? |FRERARD| TERMINADA

El día en lo conocí y maldije.

—¡Frank! La orden esta lista—me dijo Linda entregándome en una charola la orden de la mesa 7.

—Linda los de la mesa 10 quieren 2 capuchino y 2 rebanadas del pastel sin azúcar — dije y fui a entregar la orden que llevo en mis manos.

Hola soy Frank Iero ¿Edad? 18 años y trabajo de mesero en la cafetería de mi madre (solo porque ella me lo pidió ).

—Señora aquí esta su orden—dije dejando el cupcake y el té en la mesa.

—Gracias—dijo ella mirando indiferente hacía otro lado.

—Disculpe ¿Esta usted bien?

Si soy un entrometido pero su mirada me dio algo de curiosidad.

—Solo vete niño—dijo ella llevando la taza de té a sus labios pintados de color rojo ladrillo.

Me fui rápido de ahí dirigiendo me hacia la caja a recoger el pedido de la mesa 10. Los dos chicos de esa mesa eran egocéntricos, uno de ellos era amable y el otro era un mal educado. Cuando me acerque a tomar su pedido me miraron de los pies a la cabeza y uno de ellos se río y volteo hacia la ventana dejando que su amigo (supongo) de mega afro decidiera por él lo que iba a comer.

En otras ocasiones hubiera preguntado "¿De que mierda te ríes? " pero su malditamente belleza y aura me dejaron impresionado, tengo que admitirlo, él era la representación de la hermosura hecha hombre.

Ojos color verde esmeralda, cabello largo y negro, piel pálida casi tan blanca como la maldita nieve en navidad, ¡si! Era el mas sexy chico que había visto en mi vida.

—Frank la orden de la mesa 10 ya esta lista... anda date prisa — dijo Linda dándome la charola.

—Mamá esos chicos son tan mal educados sobre todo por ese idiota de cabello largo... ¡él estúpido me volteó la cabeza y se rió de mi! —alcé mis brazos solo para dramatizar mas mis palabras.

—Hijo no estas aquí para caer le bien a los clientes o para que ellos no te agraden, solo ignora y haz tu trabajo— me aconsejo Linda dedicándome una sonrisa.

No tuve de otra que ir a verle la cara a ese idiota y su amigo "afro loco". Enserio que ese afro me daba miedo, pienso que si ese afro cobra vida podría comerse al planeta entero.

—Al fin, hasta que te dignas en darnos nuestra orden enano—dijo el maldito hijo de puta ese.

¡¿Enano?! ¿yo? Nadie se había atrevido a llamarme de esa manera, ¿Quien mierda se creía?

—Oye gordo de mierda ¿Quien carajo te crees para decirme "enano"?— dije dejando la maldita charola con su puta orden en la puta mesa.

Él solo se me quedo viendo, de nuevo río de lado.

—¿Puedes creerlo Ray? Los elfos hablan —dijo sarcástico y burlón lo que provocó que su amigo se riera—Oye ¿Acaso no te enseñaron modales ? Las malas palabras no las dicen los niños —me dijo enmarcando una sonrisa en su rostro

—Oye pendejo no soy tu maldito payaso para causarte risa y dos tampoco soy uno de tus putos amigos para que me insultes imbécil— el chico borro su sonrisa y su amigo dejo de reírse para decirme un "hey" de molestia— Así que trágate tu puta comida y deja de joder.
Me di la media vuelta y me fui.

Ese maldito me saco de mis casillas, si tan solo esta cafetería no fuera de mi madre, ya le hubiera partido la cara a ese gordo de mierda (bueno no estaba gordo pero si robusto).

—Hijo ¿Que pasó? ¿Por que vienes tan enojado?—pregunto Linda viéndome con algo de confusión en su rostro.

—Todo es culpa de ese idiota ¡Me llamo enano y elfo! Y luego se río de mi con su amigo del afro escalofriante y realmente gigante. 

Si me desahogue, era tanta mi rabia que no se lo pude guardar a mi madre.

—Lo insultaste ¿Verdad?

—¿Insultarme? ¿a mi? Disculpe señora pero con mucho respeto su empleado solo es otro gato ignorante que no sabe su lugar— dijo él pagándole a mi madre con un billete de 100 dólares —tomé y quede se con el cambio, su empleado me divirtió mucho, debería hacerlo trabajar en un circo, se haría millonaria.

Después de decir eso, se largo de la cafetería.

Mal parido hijo de perra
¿Como le pudo decir eso a mi madre? La cual esta en un estado de transe con todavía el billete en la mano.

—¿Mamá?—no me respondió—¿Mamá? ¿Estas bien?— me miró.

—Él...—sonrió—es hermoso—dijo sonrojándose .

Bueno yo y mi madre pensamos exactamente igual. Ese bastardo es jodidamente hermoso.