Einstein ||| Joerick

CAP. 14.

este capítulo va dedicado a @joerick_chrisdiel_ :) 

(gracias a todos los que leéis mi libro, me hace muy feliz <3) 

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La puerta de la sala de espera se abrió y yo me quedé mirando a mi madre mientras ella me sonreía sutilmente. 

No había dormido en toda la noche. 

No podía dejar de pensar en Zabdiel. 

Su estado me ponía tan tenso que por mucho que quisiera no podía pegar ojo. 

Por otra parte mi padre también seguía ahí y eso me desesperaba. No estaba cómodo con su presencia cerca. 

Y para acabar estaba Joel. 

En mi cabeza había repetido nuestra conversación unas cien veces y siempre llegaba a la conclusión de que se había comportado como un imbécil al acusarme de algo así. 

-Buenos días- susurró sentándose enfrente mía mirando a Chris que seguía dormido en mi hombro. 

-Hola.

-Sé que no debería meterme pero deberíais ir al instituto a recoger las cosas de Zabdiel. El instituto ya está informado de lo ocurrido y sabe que vosotros dos tampoco iréis. 

-Seguro que no están de acuerdo con eso y que nos obligan a entrar a clases así que no, no creo que vayamos. 

-No seas así Erick, yo misma he llamado al instituto y me he encargado de que supieran eso. Lo único que los exámenes que ya tenías puestos los tendréis que hacer pero nada más.

Estábamos finalizando el trimestre así que eso no era un problema ya que los profesores tenían suficientes notas como para evaluarnos. 

Christopher se movió en mi hombro y levantó la cabeza lentamente mirando a mi madre sorprendido.

-Daysi?- Dijo con voz ronca. 

-Hola Chris, buenos días… 

Él sonrió y me miró bostezando. 

-Buenos días. 

-Buenos días flaco.

Le expliqué lo que había dicho mi madre y él asintió un poco aturdido por tanta información nada más despertar. 

-Pero yo no tengo la llave de su taquilla. Está en su casa…

-Pasaremos por su casa.

Él levantó la ceja y miró a mi madre para luego mirarme a mí de nuevo. 

-No creo que eso sea buena idea. 

Mi madre frunció el ceño y yo miré a Chris suspirando. 

-No podemos dejar las cosas de Zabdiel por ahí. 

-Erick sabes que no es buena idea. 

Mordí mi labio y miré a mi madre que seguía sin entender nada de la conversación. 

-Me vas a acompañar o voy solo? 

Él negó con la cabeza maldiciendo hasta que se puso en pie mirándome. 

-Prometo que luego te invito a desayunar. 

Después de un par de risas y una despedida a mi madre, Chris y yo salimos del hospital caminando hacia esa maldita casa que tan mala espina nos daba.

El camino fue largo pero al final nos plantamos delante de la enorme casa suspirando profundamente. 

Caminamos hacia la entrada y nos miramos cuando vimos que la puerta estaba levemente abierta.