Einstein ||| Joerick

CAP. 29.

Me puse una camisa y tiré mi pelo hacia atrás saliendo de la habitación, escuchando las risas de mi hermana, su esposo y Joel en la cocina. 

Bajé como pude y caminé entrando en la cocina notando las miradas de todos en mí. 

-Hola- Dije caminando hacia la silla en la que estaba sentado Joel, sintiendo su mano en mi cintura y un beso en mi cabeza. 

Mi hermana sonrió al otro lado de la larga isla acurrucandose en Emanuel sin dejar de mirarme, bebiendo lo que parecía ser un vaso de agua. 

Joel me extendió la pastilla de una manera disimulada y yo la agarré agradeciendo por lo bajo. 

-Te duele la cabeza?- Preguntó Emanuel cuando mi hermana se atragantó con el agua soltandola por su nariz, comenzando a toser sin poder parar. 

Sentí el calor en mis mejillas y miré a Joel viendo como reía maliciosamente. 

-Estoy bien, estoy bien…

Thiago entró por la puerta de la cocina corriendo y Joel le sonrió cargándolo, poniéndolo en sus piernas y dejando un beso en su cabeza. 

Sonreí al ver la escena. 

Joel adoraba a ese niño y me pareció demasiado hermoso imaginar eso en un futuro. 

-Qué te ha parecido la plaza? 

-Muy bonita. Mi abuelita me ha comprado un globo, también al tío Israel. 

-El tío Israel es peor que un niño pequeño. 

-Te he oído!- Se escuchó desde el salón haciéndonos soltar una carcajada. 

Joel volvió a mirar a Thiago jugando con su peluche. 

-Qué te parece si esta tarde vamos a la feria? 

-Sí!

-Thiago- Dijo mi hermana seriamente a lo que él niño bajó la cabeza- Cómo lo tienes que decir?

-Sí tío Joel- Contestó el niño con una emoción demasiado notoria en la voz. 

Sonreí de ternura y Joel volvió a besar su cabeza comenzando a jugar con el peluche involucrándome en el juego. 

Estuvimos en buen rato jugando hasta que mi teléfono comenzó a sonar y lo saqué sonriendo inconscientemente. 

-Hola

-Hola Erick, cómo te va? 

-Bien. Han pasado cosas, os tendremos que contar a Temo y a tí. 

Joel me miró sabiendo ya con quién estaba hablando, dibujando una sonrisa en su boca. 

Acabamos por invitarlos a la feria con nosotros esta tarde ya que hacía demasiado que no los veíamos y los echábamos bastante de menos. 

Thiago, Joel y yo salimos de la cocina al jardín viendo como el niño comenzaba a correr por ahí demasiado emocionado. 

Me giré hacia Joel viéndolo feliz y sonreí sin poder evitarlo. 

-Tio! 

No me giré, ni lo pensé. No me llamaría así en dos días. 

Mis sentidos se tensaron cuando Joel se acercó a mí susurrando. 

-Te dice a tí amor… 

Me giré lentamente viendo al niño con un balón en la mano. 

-Tio Erick, quieres jugar conmigo al balón? 

Abrí mi boca levemente sintiendo mi corazón acelerarse. Acabé asintiendo comenzando a jugar con él y con Joel.