Einstein ||| Joerick

CAP. 21.

Acaricié su pelo notando su respiración en mi pecho y brazo. 

Ya debería estar en casa porque le prometí a mi madre que llegaría para ayudarle a preparar la cena y limpiar la casa, pero Joel me consumía por dentro y tenía el don de convencerme para hacer cualquier cosa. 

La cama era grande por lo que no me molestaba pero tenía la sensación que él estaba aún más cómodo que yo. 

Yo estabas sentado apoyando mi espalda en los grandes cojines que adornaban la cama mientras que él estaba abrazado a mi cintura durmiendo plácidamente en mi pecho.

Suspiré profundamente mirando su carita. 

Tenía las facciones tan bonitas y perfectas que podía simular un ángel en toda su expresión. 

Si despierto era perfecto dormido llamaba aún más la atención ya que sus ojos cerrados parecían más grandes y el negro de sus bonitas pestañas resaltaba contrastando con su hermoso pelo. 

-Joel- susurré aprovechando que se movió un poco- Me tengo que ir… 

-Qué hora es? 

-Casi las nueve de la noche. 

Él se levantó lentamente y yo sonreí al ver que se le había quedado la marca de mi camisa en su cara. 

-Quieres que te lleve? 

-No te preocupes, ya es tarde y no quiero molestar. 

-Entonces te llevo.

-Joel de verdad… 

Se quedó mirándome y me volvió a abrazar ahora poniendo su cabeza en mi cuello. 

-De verdad crees que me molestas?- Dijo con la voz ronca. 

-Cállate. 

Agarré su cara y dejé un rápido beso en su frente para levantarme de la cama viendo a Einstein. 

Lo agarré y acaricié su cabeza viendo como Joel sonreía ahora sentado contra el cabezal de la cama.

-Quédate cuidando a Einstein, a él le haces más falta. 

Joel se levantó de la cama suspirando y me acompañó a el piso de abajo hasta agarrar mi chaqueta y ponérmela. 

-Algún día podrías quedarte a dormir. 

Asentí divertido viendo como fruncía el ceño.

-Qué tiene de gracioso? 

Me acerqué a él y pasé mis brazos por su cuello notando como sus manos atrapaban mi cintura. 

Me acerqué a su oreja y suspiré profundo antes de susurrar. 

-Pues que haria de todo menos dormir.

Me separé de él mirándolo pícaramente agarrando las llaves de mi casa. 

-Nos vemos mañana Pimiento.

Agarró mi mano y estampó mi cuerpo contra la pared bloqueandome con el suyo, haciéndome sonreír.

Miré a otro lado y con su mano giró mi cabeza haciendo que le mirase a los ojos.

-Primero me excitas y luego me llamas Pimiento? Qué clase de ser humano te crees?

Miré sus labios y me acerqué a ellos dispuesto a besarlo cuando mi teléfono comenzó a sonar dejándole con las ganas. 

Saqué el teléfono de mi bolsillo y agarré la llamada viendo de quién se trataba. 

-Dime ma.