CAP. 23.

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Suspiré profundo mirando por la ventanilla del coche para luego girar la cabeza despacio. 

Algo no estaba bien y se podía apreciar ya que el bar estaba cerrado y Jon nunca cerraba, lo sabía por experiencia. 

Me quité el cinturón se seguridad viendo como Joel me imitaba y yo lo paré en seco frunciendo el ceño. 

-Dónde vas? 

Él se quedó quieto mirando mis ojos levantando las cejas levemente. 

-Cómo que dónde voy? Pues contigo, no es obvio? 

Negué con la cabeza y volví a abrochar su cinturón notando la mirada pesada de Joel. 

-Tú te quedas.

-Ni lo pienses- Dijo seco sin creerse del todo lo que le estaba diciendo. 

-Joel no es un consejo ni una frase normal, es una orden y la vas a cumplir, me da igual como te pongas. 

-Tú... Tú… De verdad crees que te voy a dejar solo?- Respondió volviendo a quitar su cinturón de seguridad haciéndome girar la cabeza para luego volver a mirarlo. 

-Joel no me hagas pedírtelo por favor.

Él se quedó callado y soltó una carcajada sarcástica apretando sus labios. 

-Es peligroso, verdad? 

Yo me quedé callado recordando todos los delitos que había cometido Jon y que probablemente mi padre estuviera ahí dentro. 

-No. Simplemente necesito hacerlo yo.

-Si te dejo entrar tú solo tienes que asegurarme que eso es seguro.

-No puedo hac

-De acuerdo- Dijo abriendo la puerta a lo que yo empujé de él haciendo que la volviera a cerrar. 

-No puedes quedarte aquí cinco minutos? Solo te pido eso, cinco minutos…

-Y tú no puedes entender que tengo miedo? 

Me quedé callado y noté como mi boca se secaba recibiendo sus palabras con una sensación que no esperaba. 

No estaba incómodo ni preocupado ni nada parecido. Simplemente me encontraba con sus ojos color miel y sentía un fuego dentro de mi que no se apagaría fácilmente. 

-De qué tienes miedo?- susurré mirándolo.

Él se quedó callado y miró al frente suspirando. 

Me moví levemente y giré su cara acunando con mis manos juntando su frente con la mía. 

-Tienes miedo de esto? 

Él negó con la cabeza y yo me separé dejando un beso en su frente. 

-Tienes miedo de mí? 

Ahora fue él quien se separó frunciendo el ceño levemente, pasando sus manos por mi cintura arrimando mi cuerpo a el de él como pudo. 

-No te tendría miedo nunca…

-Entonces? 

-No es miedo Erick, es algo de lo que sé que debería huir pero no puedo. Tengo pavor de que te pase algo malo y no pueda defenderte. 

Tragué el nudo que se había formado en mi garganta y me acerqué a él atrapando sus labios con los míos sintiendo escalofríos por toda mi espina dorsal. 

-Te prometo que me voy a defender por tí. 

Él se quedó callado y esa fue mi señal para salir del coche rápidamente antes de que él se arrepintiera de haberse quedado ahí. 

Einstein ||| Joerick     Donde viven las historias. Descúbrelo ahora