CAP. 18.

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Temo salió del local y me miró para luego mirar a Joel. 

-Está muy borracho, te parece si lo llevo a su casa?

-No. Ya ha tenido demasiados problemas hoy… 

Joel bufó y me cargó en brazos sin ningún esfuerzo mirando a Temo aún. 

-Lo voy a llevar a mi casa, esta noche dormiré en el sofá. 

-Cuida de él por favor. 

Él asintió y yo me despedí de Temo con la mano sintiéndome la reina mas divina del mundo. 

Joel caminó conmigo en brazos por unos minutos hasta que llegó a un coche abriéndolo con cuidado. 

Me metió en él y dio la vuelta poniéndose en el asiento del conductor. 

-Qué coche más bonito- Dije mirando todo con sorpresa. 

Joel comenzó a conducir y no paró en unos minutos en los que estuve hablando y hablando de cosas que me pasaban por la cabeza sin control. 

Sabía que me iba a arrepentir de eso pero lo estaba pasando tan bien que era incapaz de parar. 

-Entonces sabes lo que le dije? Que se hiciera una paja!- Chillé para comenzar a reír sin control. 

Joel abrió la puerta de un lugar y yo me sorprendí entrando con cuidado y silencio. 

En una persona que está borracha es complicado así que me tropecé cayendo hacia delante y para mi desgracia nadie me salvó del golpe. 

-Auch- Dije sobando mi cabeza cuando algo peludo me tocó- Ahh! Qué es eso?! Joel enciende la luz por favor! Que me ha tocado algo te lo juro de verdad Joel! 

-Erick baja la voz! Los vecinos me van a matar mañana- Dijo mientras me extendía su mano y me ayudaba a levantarme del suelo.

Encendió la luz y yo miré por todos lados para encontrarme con una enorme bola de pelo que me miraba divertida moviendo la cola coquetamente. 

-Ohhh es un gatito…- Dije mientras me acercaba con cuidado saludándolo con la mano.- Hola.

Joel suspiró profundamente y me agarró de la mano caminado conmigo a lo que parecía ser el salón. 

-Qué casa más grande, si que ganáis dinero los profesores, no? 

-Erick por favor cállate, me estoy arrepintiendo de haberte traído. 

Hice un gesto de que me callaba mientras lo veía arreglar el sofá y mil preguntas de pasaban por mi mente pero me quedaba callado sin moverme bruscamente. 

El gato vino hacia mí y se restregó ronroneando a lo que yo lo aparté con el pié y le indicaba con mi dedo en mi boca que tenía que callar. 

Joel suspiró profundamente y me agarró de la mano otra vez subiendo las preciosas escaleras que daban al piso de arriba. 

Entró en una habitación y no pude evitar abrir la boca al ver la perfección en la que vivía Joel. 

Todo era tan cálido y acogedor que sentía que había estado más veces ahí. 

Quitó los cojines de la cama y preparó todo mirándome. 

-Acuéstate, mañana por la mañana hablamos, vale? 

Asentí con la cabeza caminando hacia la cama viendo como él no se iba de la habitación aún. 

Quité mis zapatos mirando todo aquello y me tumbé notando como él me tapaba como si fuera un jodido niño pequeño. 

Einstein ||| Joerick     Donde viven las historias. Descúbrelo ahora