Jeon.Frostbite lo había llamado Jeon, y en un pestañeo, Jimin advirtió por qué le
había parecido tan familiar en el desfile.
Era Jeon Jungkook. Hijo de Lady Indomitable, una de las Renegadas originales, e hijo adoptivo nada menos que del Capitán Chromium y Dread Warden.Qué idiota no haberlo notado antes. Sin duda, había visto su rostro suficientes veces en la portada de la prensa amarilla, diseminado en todos los puestos de periódicos a lo largo de la ciudad. Y aunque prefería quemar una de esas publicaciones antes que leerlas, debió saberlo. Incluso si había sido demasiado pequeño para que le importara cuando la adopción ocupó la primera plana. Incluso si creía que el hecho de que el público idolatrara permanentemente a su familia fuera uno de los principales problemas que enfrentaba la sociedad, y se negara de plano a participar de la obsesión mediática que tenían con ellos.
Él era el hijo de sus enemigos declarados, y debió saberlo.
Pero ahora compensaría esa ignorancia. Había sido aceptado por un equipo de Renegados. Por el equipo de él. Y, si alguna vez hubo una oportunidad para que él se infiltrara en sus filas y aprendiera más sobre el Consejo y sus debilidades, claramente era esta.
Pero... lo primero era lo primero.
El público estalló en gritos frenéticos al tiempo que Gárgola avanzaba pesadamente hacia el campo, pero se hallaban amortiguados a los oídos de Jimin. En su mente aún podía oír los chillidos histéricos de Nana mientras Gárgola le destrozaba las colmenas. Aún podía ver el modo en que había sonreído al hacerlo.
Al avanzar, el gigante flexionaba sus bíceps metódicamente, cada uno más grueso que la cabeza de Jimin. Los trozos de piedra sobre su piel expuesta se corrían y ondulaban, moviéndose junto con los espasmos de sus músculos.
Un asomo de sonrisa retorció las comisuras de los labios de Jimin.
Cómo iba a disfrutar esto.
Se explicaron las reglas por los altoparlantes. Jimin no podía derribarlo o dejarlo inconsciente, lo cual era bueno ya que, mientras estuviera en territorio de Renegados, de ningún modo revelaría su verdadero poder, que lo vincularía con Nightmare. Por suerte, no necesitaba el contacto piel con piel para derrotarlo. Lo único que tenía que lograr era que Gárgola tocara el suelo fuera del ring.
E intentar que el gigante no lo aplastara en el intento.
–¿Han comprendido sus objetivos? –preguntó Blacklight, aunque el griterío desde las gradas eran tan ensordecedor que Jimin casi no logró escucharlo.
Levantó una mano en el aire.
–¿Puedo usar un arma? –preguntó. La pregunta resonó en el estadio, silenció
momentáneamente a la multitud. Dejó caer la mano de nuevo–No nos permitieron traer armas ajenas a los prodigios pero, como lo que impugnan es mi reclamo de ser hábil con una variedad de armas, me parece justo tener algo con qué defenderme.Blacklight echó un vistazo al resto del Consejo. Seguramente, era la primera vez que surgía una pregunta como esta. Volviéndose al micrófono, aclaró la garganta.
–Gárgola, siendo tu oponente, puedes elegir aceptar o negar este pedido.
Gárgola abrió con amplitud sus brazos. Abarcaban el largo de un auto.
–¿Por qué no? No cambiará las cosas.
–¿Qué quieres? –gritó Frostbite– Lo haré yo misma.
Jimin rotó los hombros, luego las muñecas, estirando las articulaciones para hacer sonar los nudillos.
–Un cuchillo.