Parte 7

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Al día siguiente en la oficina, fui abordada por mi amiga Peyton.

—¿Cómo ha estado la boda? —preguntó.

—La novia dejó al novio al día siguiente —dije.

—¿Por qué no sonríes de forma macabra?

—No me causa gracia —suspiré.

—¿De cuando que eres buena?

—Es parte de un nuevo comienzo, Peyton. 

Arqueó las cejas.

—¿Conociste alguien este fin de semana y no me lo has contado?

—Que chismosa —dije.

—¡Entonces es verdad!

—Técnicamente, ya nos conocíamos. 

Arqueó las cejas.

—¿Intercambiaron números?

—Y fluidos corporales —susurré.

—¡Mírate! 

Y llegamos a mi oficina. 

—¿Cómo se llama? —preguntó.

—Joe —dije.

—¿Joe cuánto? —preguntó, mirando su teléfono.

—Aldrich. 

Lo buscó en redes sociales, y se encontró con la página de su show en el canal seis. 

—No lo encuentro —dijo.

—Está ahí.

Ella arqueó las cejas.

—Te acostaste con el caramelo del canal seis —dijo.

—Deja de decirlo, alguien puede oírte.

—¿Cómo fue que pasó eso?

—Resulta que yo le gustaba en la uni —suspiré—, es amigo de Ed. Fuimos solos a la boda, y terminamos en el acto.

—¿Y volverá a llamarte?

—¿Por qué no le preguntas? —le dije.

Ella me quitó el teléfono, y lo llamó en seguida.

—¿Hola?... sí, hablas con Peyton, la mejor amiga de Lauren. Escucha, amigo, si no llamas a mi amiga, iré a partirte la madre en televisión abierta... y si le haces daño, tendrás una imagen malísima. Adiós.

Cortó y me dio el teléfono. Joe me llamó enseguida. Contesté, y puse el altavoz.

—¿Le dijiste ya a tu mejor amiga que somos algo? Vaya, sí que vamos moviéndonos rápido. Al paso que vamos, nos casaremos en un par de semanas, Rosebell, contente —rió.

Peyton chilló emocionada.

—Muy gracioso —le dije.

—Ten un lindo día. Mi programa es a las cinco, deberías verlo hoy.

—Me lo pensaré.

—Bien, te dejo trabajar. Llámame si tienes un rato. 

—Adiós.

—Adiós.

Corté. Peyton estaba estupefacta. 

—Qué orgullosa estoy. 

Y finalmente, luego de dos juntas y un buen rato en gráficas, fui a almorzar. Peyton quiso almorzar con el chico de informática con el que se estaba viendo, así que acabé sentada en mi oficina, mientras comía la lasaña que Joe había hecho para mí. Sabía incluso mejor.

Te amo, Lauren RosebellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora