Parte 10

8 0 0
                                    

Y fuimos a la boda de su primo. La ceremonia fue bastante aburrida.

En la recepción, la gente brindó, luego los novios bailaron vals, y nos fuimos a la mesa que nos correspondía. Algunas personas le pedían fotos a Joe, e intentaban quitármelo, pero él de alguna u otra forma, lograba agarrarme y pegarme a él.

En la mesa había dos asientos sin ocupar. Sus entradas estaban llamándome a que las comiera, como devoré la mía.

-Llegó la hora de comer -dijo Joe, para despachar a la gente que le hablaba-, los veré más tarde.

Y entendieron la indirecta directa.

-¿Te ha gustado? Tenía maíz de cóctel -dijo, algo asqueado.

-¿No te gustan? -le pregunté.

-Para nada.

-Puedes dármelos si quieres -le dije.

Me sonrió, y me los extendió. Y finalmente, mientras comíamos tranquilos, vimos que las personas se volteaban a mirar. No pude evitar hacerlo también. Una chica morena se acercaba, de la mano con un tipo de piel oscura. Se sentaron frente a Joe y a mí, Joe se puso incómodo.

-¿Osito, eres tú? -le preguntó ella, sorprendida.

Ella fue hasta nosotros, se colocó entre Joe y yo.

-¡No pensé que vendrías! -dijo, con una gran sonrisa.

-Es la boda de mi primo, ¿por qué no vendría? Kiara, ¿puedes volver a tu asiento?

-Sólo quiero ponerme al día.

Lo hacía con tono burlesco.

-Hey, disculpa -dije, molesta.

Ella se volteó a verme. Me miró como si fuera un insecto.

-¿Y tú eres...?

-Mi novia -dijo Joe.

-¿Ya me has olvidado? -le preguntó, más burlesca.

Y volvió a mirarme, con algo de desprecio.

-¿Tienes algún problema? -me preguntó.

-Claro que sí, tu enorme trasero está tocándome, y estoy comiendo... que mal educada -dije, haciendo un desprecio como el suyo. Aprendí a hacer desprecios imitando a Kate.

-Este trasero vale oro, querida, es una bendición el que te toque.

-¿Vale oro por las inyecciones de grasa que le han puesto? -pregunté, bebido vino.

Ella me miró con odio.

-Joe, no puedo creer que hayas salido con una chica tan vulgar -dije.

Joe se rió.

-¿Vulgar? ¿Y tú quién te crees que eres? -preguntó ella, algo indignada.

-Ay, perdón por mis feos modales, es que me estaba igualando. Soy Lauren Rosebell, ¿Y tú eres...?

Sabía perfectamente quién era, pero sabía cuánto ego tenía.

-¿Disculpa? -preguntó.

Sí que estaba molestándola.

-Todo el mundo aquí sabe mi nombre -dijo-, ¿En qué planeta vives, perra?

Arqueé las cejas.

-Joe, ¿Debería conocerla? Digo, trabajo en publicidad, y si no te conozco es porque no eres... ya sabes... alguien -dije.

Joe se encogió de hombros.

-¿Quieres una golpiza? -preguntó.

-Ay, por favor, no... si por accidente chocas conmigo, podría reventar tus implantes de silicón, y puedes envenenarte, nena -dije-. Aunque apuesto a que el circo donde trabajas te haría la estrella del show si apareces con sólo un implante.

Te amo, Lauren RosebellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora