Capítulo 12: Familia Osorio

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— ¡Joaquín Bondoni! — el repentino grito hizo que el modelo hasta brincara en el asiento del copiloto.

Emilio estaba seriamente molesto y eso sólo por un motivo...

— ¡mira cómo te dejaste ya ese ojo! — le reprochó a la par que tomaba con cuidado sus mejillas para revisar su parpado irritado— quédate quieto de una buena vez, ve, hasta parece que estabas llorando


— lo siento— se disculpó Joaco en un susurro haciendo a Emilio sonreír de pura ternura.

— no estés nervioso bonito, ya lo amarramos, no nos puede hacer nada ¿cierto?

Joaquín casi suspiró y no precisamente por el apodo, ese lo hizo sonrojar, pero eso es tema aparte.

Hoy Emilio regresó de su viaje.

Ante la expectativa de todo el mundo, sumado a un ataque de preguntas en el aeropuerto, Emilio regresó con la cabeza llena de dudas y el cerebro aturdido por todas las explicaciones que tendría que dar, por supuesto, esto desapareció cuando al llegar a su departamento fue recibido por unos cálidos brazos que le dieron la más linda bienvenida que pudo haber recibido.

Después de la llamada del señor Osorio, éste les pidió que en cuanto el cantante pusiera un pie en México lo fueran a ver, sí, a la de ya, fue por eso que Joaquín lo recibió en su departamento y de paso, aprovechó para prepararle ese riquísimo espagueti que Mailo no pudo comer.

Y vaya que lo disfrutó, otro poquito y se acaba la cazuela solito.

Con una barriguita llena así como un corazón feliz, ambos se pusieron rumbo a la casa Osorio, es sólo que entre más se aproximaban más nervioso se iba poniendo el pequeño modelo, quien a su vez no paraba de tallarse los ojos terminando así en la situación actual.

Joaco apretó los labios en una línea recta.

— estoy nervioso— declaró con voz robótica haciendo que Emilio estallara en risas.

— jajajaja, gracias por aclararlo Joacotron 2000— al ver que el menor no respondió, tocó juguetonamente su nariz antes de continuar— verás que todo va a estar bien, hablaremos con él y todo esto quedará claro de una buena vez.

¿Claro? Yo creo que sólo se va a enredar más— pensó, pero decidió mejor quedarse callado.

— ¿y si no le agrado?

— te va a adorar, te lo juro— no muy convencido Joaquín asintió. Enderezó un poco su postura rígida e intentó respirar hondo.

Sólo una vez que se calmó, notó que en vez de ir a conocer a los padres de Emilio parece que va a conocer a sus suegros, porque sí, todos los días, a pesar de los inminentes sentimientos en su interior, no paraba de repetirse que todo era una farsa que tarde o temprano llegaría su fin.

Al ver al joven suspirar a su lado, el cantante no pudo evitar que una sonrisa se acurrucara sobre sus labios. Jamás imaginó que las etapas más bonitas de su vida las estaría viviendo al lado de una persona que tenía menos de un mes de conocer.

Con el ánimo renovado y un compañero ansioso que ahora pasó a morderse los labios, Emilio aceleró acortando significativamente el viaje. Las ganas de querer ver a Joaco frente a su familia, sentirlo parte de ella, podían más con él que cualquier preocupación.

Una vez que llegaron a la casa de sus padres, casi silbando se bajó de la camioneta sólo para rodearla rápidamente y abrir la puerta de su solecito, ofreciéndole su mano al instante; Todo esto sin ser consciente de las dos damas que cotilleaban emocionadas pegadas a los ventanales.

La propuesta (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora