Capítulo 9: Beso

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Esa mañana en la consulta del jueves, Laura no vio entrar a sus dos pacientes tímidos de la primera sesión sino a un par de jóvenes que no dejaban de darse pequeños empujones en broma y sonreír cada dos por tres.

Inmediatamente supo que su idea de mandarlos a pasear en globo aerostático había rendido frutos, semillas y hasta un brote que pronto se convertiría en un árbol nuevo.

Su teoría sólo quedó confirmada cuando, decidiendo tomar la terapia en el amplio césped del jardín, le pidió a Emilio que dejara a Joaco sentarse entre sus piernas y éste no dudó ni un segundo en abrir el compás dándole acceso para que el menor apoyara la espalda en su pecho, quedando así sentado frente a él haciéndole cosquillas en la mejilla con sus suaves ricitos.

El cantante los apartó despacio con su propia mejilla y apoyó su mentón en el hombro del menor. Sólo como última reserva no lo rodeó por la cintura decidiendo respetar el poco espacio que aún no le robaba.

- los veo muy contentos ¿Les fue bien? - hasta la pregunta sobró cuando Joaco comenzó a narrarle toda su vivencia en globo como si estuviese contando una aventura espacial.

Luego le siguió Emilio, quien al gritar ¡Y comimos tacos! pasó a relatar la segunda parte de la cita que en sí sólo consistió en él descubriendo lo goloso que el modelo puede llegar a ser. Es una pena que no lo descubriera en otro sentido.

La doctora sonrió encantada asintiendo a cada cosa mientras hacía pequeñas anotaciones.

- muy bien, ahora quiero que me digan ¿Qué es lo que más les gustó de su pareja durante el viaje? Es decir, algo que haya hecho o dicho, algún gesto que les haya llamado la atención.

Ambos artistas se quedaron pensando.

Joaquín bajó la mirada observando la mano de Emilio sobre su vientre para enseguida comenzar a jugar nerviosamente con las pulseras del cantante. ¿Qué podría ser? No, mejor dicho ¿qué podría elegir? Porque hubo tantas cosas que le gustaban de él.

- su sonrisa- la voz del mayor resonó junto a su oído cosquilleando su interior, sobre todo cuando volteó de reojo notado que éste igual tenía puesta su atención sobre sus manos- en el momento que despegamos, la sonrisa que puso Joaco fue realmente hermosa- confesó con sinceridad al estar tan abstraído en el gesto del menor- el brillo en sus ojos y esa emoción en su rostro... realmente me gustó.

Al ver a Joaco enrojecer súbitamente y a Emilio perdido en su mundo, la doctora asintió despacio con un gran sentimiento de logro en el interior.

- muchas gracias Emilio ¿y tú Joaquín?

- también iba a decir... - se calló de golpe escuchando enseguida un ¿Mm? curioso del cantante que lo hizo enrojecer aún más- s-su sonrisa- casi quiso hacer un hoyo y esconderse ahí; Contrario a él, Mailo sonrió encantado replicando con travesura.

- no se vale copiar ¿verdad, doctora?

- así es

- entonces... sus pucheros- enseguida una sincera carcajada surgió desde el vientre del cantante animándolo a pasar su otra mano alrededor del pequeño, consiguiendo ahora sí encerrarlo en su propio mundo- no te rías Emilio

- jajaja lo siento, es que es gracioso ¿Por qué mis pucheros? - preguntó realmente divertido. Joaquín Bondoni no sólo era una cajita de sonrisas, sino un cazador de las mismas.

- es... bien, yo... - Joaco apretó sus manos intentando aminorar la vergüenza en su interior- c-creo que es t-tierno cómo abultas los labios

- ¿ah sí? - la situación le parecía de lo más tierna al cantante, por lo que no dudó en cuestionar con ternura y recargarse más contra su pareja, sobre todo cuando éste soltó un tímido "Mm" afirmando no sólo lo dicho, sino la alegría en su interior- qué tierno.

La propuesta (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora