— yo voy primero— Emilio observó atento la escalera para después mirar a Joaquín con un gesto de advertencia— me pasas las maletas con cuidado...con cuidado eh Bondoni— justo ahora es cuando el menor se arrepentía de haberle contando sobre esa adorable torpeza que lo caracterizaba.
— sí mamá— el mayor rodó los ojos.
Con cautela bajó los escalones uno a uno asegurando sus pasos, sólo una vez que estuvo en el suelo alzó la vista encontrándose con los hermosos ojos de su sol que en ningún momento se apartaron de él al estar cuidando su descenso.
— listo— Joaco asintió comenzando con su labor.
Una tras otra las maletas fueron bajadas sin contratiempos, seguidas de un par de mochilas hasta que sólo quedó un chonchito maletín de mano, el cual vio con tristeza cómo su dueño comenzó a acomodarse para bajar mientras él yacía sobre la grava, olvidado.
— ¡ah! Casi te quedas— exclamó Joaco en el momento que lo vio. Si el maletín fuera un objeto animado habría brincado emocionado, sobre todo ante esa sonrisa espontánea del modelo— ven aquí.
De un tirón lo jaló hacia él, es sólo que antes de poder bajarlo, sintió cómo se atascó con algo. Alzando una ceja en confusión, Joaco intentó observar dónde se atoró, pero no vio nada por lo que sólo tiró con más fuerza, aun así no resultó.
— ¿Joaco? — al ver que no se movía, Emilio llamó dudoso.
— no pasa nada, es que— jaló otra vez— esta cosa— puso más fuerza— ¡se atoró! — Con un crack, un pedazo de escalera salió volando, librando de golpe el maletín y haciendo a su vez que éste saliera disparado directo al lago.
Un curioso splash resonó antes que el pobre maletín comenzara a hundirse, afortunadamente Eli logró reaccionar a tiempo.
— ¡lo tengo, lo tengo! — gritó al momento que logró sostener su aza, salvándolo por poco de morir; Es sólo que ninguno de sus hijos le prestó atención, pues se habían enredado en tal situación que si no sacaban humo, era sólo por ser físicamente imposible.
Con los pelos de punta y los escalofríos recorriendo su espalda, la cara de Joaquín comenzó a arder en rojo al momento que sintió un tibio agarre sobre "cierta parte" de su espalda baja.
Inmediatamente todo su cuerpo se tensó, a la par que juró escuchar el sonido de su corazón desbocado palpitando en sus orejas. Debido a las traicioneras sensaciones y un temblor mal disimulado, apenas alcanzó a decir:
— m-mano... mano ¡mano! E-Emilio tu mano— el cantante estaba igual o peor que él.
Al ver que su pequeño solecito estaba a punto de caer, no dudó en extender la mano para apoyarlo sin tomar en cuenta la posición del mismo, por lo que sólo después de su pequeño infarto y al momento de escuchar la voz temblorosa del menor, fue consciente de qué estaba tocando.
Al igual que su pareja, su rostro se volvió color fuego. Una repentina torpeza lo llenó de golpe haciéndolo quedarse estático unos segundos al pensar que no podía soltar a Joaco o se caería.
El conflicto en su mirada fue terriblemente obvio, pero ya que esta vez su sol estaba igual que él, no pudo ayudarlo a solucionar la situación.
Con toda la vergüenza del mundo, apenas y tartamudeó:
— ¡ah! l-lo siento yo, am yo... p-primero sostente bien ¿okay? — más agarrado Joaco no podía estar.
— ya— casi gritó en una súplica.
— bien— lentamente Emilio lo soltó, pero sin dejar de observar cada uno de sus movimientos, más aún cuando Joaquín continuó bajando.
Una vez que estuvo lo suficientemente cerca del suelo, Mailo lo sostuvo por la cintura, ayudándolo a posarse al fin sobre las tarimas.
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La propuesta (Emiliaco)
Humor⚠️No se permiten adaptaciones ⚠️ por favor 😞 Emilio Marcos, un famoso e influyente cantante y compositor mexicano, descubre que su hermana tiene un amor prohibido con otra mujer. Con tal de hacerle frente a su padre y evitar que la dañe, declara qu...