En el momento que las personas a su alrededor regresaron a sus asuntos, Emilio y Joaco se miraron fijamente dejando al descubierto ese brillo en sus ojos que los incitaba a no parar de sonreír. Había tantos sentimientos en sus miradas, alegría, agradecimiento, cariño, ternura, la emoción de esta aventura que apenas estaba comenzando.
Además... había algo sumamente especial que hizo retumbar sus corazones con fuerza cuando se dieron cuenta de lo que era: Amor.
Lamiéndose los labios, Emilio dio un paso al frente encontrándose con esa dulce mirada que lo observaba desde abajo y le sonreía sin siquiera disimularlo. Por el momento no se atrevió a aventurarse a hacer una conjetura, deseaba respetar los sentimientos del menor y no atosigarlo con los suyos, sin embargo, algo en ese lindo mirar le decía que lo hiciera, que perdiera el miedo y diera el siguiente paso.
Porque una cosa es cierta, a estas alturas, el cantante no estaba dispuesto a retroceder.
— Joaco
— ¿sí?
— yo creo... bueno no— se revolvió los rizos ansioso— yo pienso que tú-
— ¿Joaco? — una repentina voz tras su espalda cortó el apenas poquito valor que el músico estaba reuniendo para decir...
¿Para decirle qué?
Enseguida sus mejillas se llenaron de rubor.
¿¡Qué chingados, Emilio?! ¡No le puedes decir algo así, ni siquiera sabes si él siente lo mismo! ¿Y si sólo es por compromiso? Aghh
— ¡Niko! — como un rayo caído del cielo, el nombre retumbó en lo más profundo de su ser.
Para cuando se dio la vuelta, su sol ya estaba en brazos de ni más ni menos que Nikolas Caballero, es decir: Diego.
La plática de hace unos días regresó clara a él, haciéndole fruncir las cejas con disgusto. No supo exactamente qué fue lo que sintió al verlos juntos, sonriendo como si fueran los mejores amigos de la vida, lo que sí supo es que no le gustó, para nada.
— Veo que estás más que bien, modelito — comentó pícaro Niko, dándole una mirada burlona al menor, quien soltó la risa.
— pero si tú, tiene un montón que no te veía.
— ah no, eso es tu culpa, óyeme, vivimos a menos de media hora en México y nos tenemos que venir a encontrar en Alaska, no pues así no se puede.
— jajaja, perdóname
— el trabajo— dijeron al unísono.
— ya sé, ya sé— Niko se cruzó de brazos fingiendo molestia, pero su natural sonrisa traviesa lo traicionó— aun así, ¿no dices que me amas? ¡Tienes que cuidarme! — justo cuando estaba a nada de lanzarse a los brazos del modelo, una muy molesta y fingida toz sonó regresándolo a la realidad.
— ¿Nikolas? — llamó inquisitivo Emilio.
Por algún motivo, cuando vio al cantante así, en vez de enojarse se echó a reír antes de abrazarlo.
— mi Aristóteles querido, ¡Tenía tanto sin verte! — sonrió— extraño nuestras peleas, aunque...puede que tengamos que retomarlas— declaró con una mueca pícara regalándole una sonrisa a Joaquín— no me puedes robar al amor de mi vida.
— mi prometido, por cierto— aclaró el mayor con un tono hosco que sorprendió a Joaquín
— bien, eso lo podemos resolver— sin poder evitarlo, Mailo apretó los puños.
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La propuesta (Emiliaco)
Humor⚠️No se permiten adaptaciones ⚠️ por favor 😞 Emilio Marcos, un famoso e influyente cantante y compositor mexicano, descubre que su hermana tiene un amor prohibido con otra mujer. Con tal de hacerle frente a su padre y evitar que la dañe, declara qu...