03

529 30 2
                                    

(○●○●)

03| Nuevo cambio de look

Me desperté por la insistente de Emma quien abrió las cortinas de la habitación, dejando que la luz del sol pasara y chocara en toda mi cara. Me removí, irritada.

-Lauren, es hora de despertar, princesita -canturrea, tirándose encima de mí-. Hoy es un buen día y como lo es, se te hará un nuevo cambio de look

Tras escuchar eso último, abro los ojos y volteo mi cara sobre mi perfil, para verla- ¿Cambio de look? Así estoy bien, nena. No necesito un cambio -lo digo con énfasis. Mi prima rueda los ojos.

-¡De eso nada! Es que... ¡mírate! Tienes unos lentes de culo de botella que no te combina; ese pelo todo largo y negro que pareces a Samara, de la llamada.

Refunfuñé porque ella tenía razón -Está bien, está bien.

Me levanté de la cama, tirando a la rubia a un lado, sentándome en el borde de ésta. Me sentí un poco mareada. Oh, dios.

Agarré mi toalla de baño, dirigiéndome directo al cuarto de baño, donde hice mis necesidades y me duché. Al salir, Emma me estaba esperando en la cama con un conjunto que sacó de mi maleta aún deshecha.

-Ponte esto -señaló la ropa-. Tienes prendas muy feas, hermana. Eso fue lo que más o menos pude encontrar para hacer un outfit presentable.

Emma salió sin más, dejándome sola en la habitación para poder cambiarme sin que ella tuviese la presencia aquí. No obstante, mi prima y yo siempre hemos tenido aquella confianza en donde nos cambiamos frente a la otra sin inmutarnos a nada. Pero esta vez, al parecer por el disgusto que tanto tiene con mi ropa, decidió salirse.

Un pantalón holgado color azul oscuro con una blusa blanca un poco apretada. Algo tan simple que para los ojos de la rubia, no le gustaba. En cuanto al calzado, unos converse blancos, los que casi siempre uso.

Peiné mi lacio cabello que estaba enredado; lo dejé así suelto. Me puse los lentes de culo de botella, como lo llama mi prima. Me eché desodorante y un poco de perfume.

Salí de la habitación y me dirigí directo hacia el comedor. En donde ya estaban organizando la mesa para desayunar. Saludo a las mayores.

-Aún no me sigue gustando este outfit. Es muy... simple -pongo los ojos en blanco.

-Pues por lo menos es presentable...

-¡Es que ni siquiera tienes un short! ¡Necesitas mostrar esas piernas, joder!

-¡Emma, vocabulario! -su mamá la reprende. Yo aguanto una carcajada.

-Pero mamá... -suspira-. Necesitas shorts, Lauren. Y muchos. Quiero que muestres esas largas piernas que tienes. Y apuesto que están buenísimas.

-Mejor comamos, ¿sí? -le digo, zanjando su monólogo; me senté en la silla, al lado de mi mamá y frente a la rubia que me miraba con recelo.

El desayuno iba tan silencioso hasta que la rubia vuelve y habla, esta vez preguntándole a mi madre si me podría dar para comprar más ropa. Mamá, muy convencida, me mira: -Creo que Emma tiene razón.

-Ajá. Pero por el momento, no. No somos millonarias como para comprar prendas de ropa ahora, y cambiar mi closet por completo -le recalco. Mi progenitora piensa, analizando mis palabras

-Pero si quieres, te puedo dar una cantidad y compra lo necesario y más importante con lo que te dé.

Antes de hablar, la otra chica, de mi edad, me interrumpe -¡Lo es! ¡Tía, eso es genial! Lauren Clayton, hoy vamos a darte ese cambio que mereces, mujer. Sal de ese cascarón horrible de bicho feo y ponte uno nuevo, ¡Uno que brille!

Mi hermosa nerd [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora