Capítulo 9

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Renuncia de derechos: los personajes que aparezcan aquí, les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Estaba amaneciendo en Dunbroch y los rayos solares penetraban en la habitación de la princesa a través de su ventana golpeando directamente en su rostro. Arrugó la frente y parpadeó sus ojos cerúleos por unos instantes hasta abrirlos completamente.

Involuntariamente una sonrisa se impregnó en sus labios.

-Hum.-dijo Mérida bostezando ligeramente ante el comienzo de una nueva jornada.

Enseguida sintió una gran calidez surcar todo su cuerpo y se ruborizó al notar que estaba abrazando con firmeza a Goku y éste también le abrazaba, lo cual quería decir que habían dormido juntos, bien acurrucados en aquella silla.

Como estaba apoyada en el pecho del azabache, sentía sus relajados latidos y el tenue aire que salía de sus fosas nasales.

Sonrió tiernamente al ver dormido a su amigo y volvió a recostarse, pues le agradaba estar en esa situación y por nada del mundo quería separarse de Goku.

Era una sensación bastante agradable.

Tiempo después.

Goku abrió los ojos lentamente tratando de mover sus brazos, pero enseguida sintió un gran peso en ellos y vio que Mérida dormía plácidamente recostada en su pecho, por lo que sonrió y entrecerró nuevamente sus ojos ónices tranquilamente y suspiró con sosiego, le agradaba aquella situación aunque se le hacía extraña.

Estuvo tentado a dormirse de nuevo pero la suave voz de la princesa le alentó y suscitó una sonrisa en sus labios.

-Buenos días, princesa.-dijo Goku sonriendo, aún abrazando a la pelirroja-. ¿qué tal has dormido? Aunque hacía bastante frío ¡je, je, je!

-Buenos días Goku, y sí, he dormido bien, aquí no sentía nada de frío.-habló Mérida sonriendo mientras seguía recostada en el pecho de Goku, buscando un refugio-. Gracias por...-se ruboriza ante aquellas palabras-. dejarme dormir en tus brazos, sin tu ayuda creo que me habría muerto de frío.

-de nada princesa.-dijo Goku amablemente con una sonrisa en sus labios-. ¿eso quiere decir que no tendré que cocinarte un pastel, y tampoco unas galletas?-pregunta esperando que la pelirroja le diese una respuesta afirmativa ante aquella pregunta.

-Nop, no te salvarás.-ante las palabras de Mérida, una lágrima bajó cómicamente de la mejilla de Goku, y enseguida ella soltó una carcajada, mientras seguía abrazando el cuerpo de Goku.

-Jejeje rayos, creo que de esta no me salvaré, tenía que intentarlo.-expresó Goku con una gota de sudor y Mérida asintió a sus palabras.

*Toc* *Toc* *Toc*

-*Mérida, ¡el desayuno!*-aquella voz obligó a la princesa a separarse del azabache, a pesar de oponerse con reluctancia ante aquel hecho.

-Goku, me voy a desayunar, nos vemos en unos minutos.-habló la pelirroja entre suspiros cargados de molestia.

-Vale, ¡nos vemos entonces!-expresó Goku sonriendo y acto después, la princesa salio de aquel cuarto en dirección al comedor, ubicado en la planta inferior, dejando en soledad al azabache, quien se sentó en el borde de la cama de su amiga, con carácter pensativo.

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