Por un momento me quedo petrificada, su mirada intimida, él en sí es tan malditamente perfecto, tanto que debo controlar mis piernas para que no tiemblen y me vea débil y a su merced.
- Señor Andrews, que gusto. - le doy una media sonrisa, él se levanta, me lleva un par de cabezas, si yo soy alta, imaginen a éste pie grande. Saca la silla para mí y en cuanto me siento me empuja con delicadeza y vuelve a su lugar a sentarse.
- Entonces... ¿Negocios? - Me pregunta. Trago saliva y me veo en la harta obligación de inventar algo que suene convincente. Pero algo está a mi favor, su zapato está rozando mi pierna, ¿Saben lo que significa? Lo logré.
- De hecho...- Hago una pausa y lo veo directamente a los ojos. - Vine porque quiero proponerle un trato. - sonrío tal y como Ana me ha enseñado, lo cual agranda la sonrisa de mister Andrews.
- ¿Está coqueteando conmigo, señorita Ivannok? - pregunta. No es tiempo para tartamudeos e intimidaciones, debo ganar.
- De hecho, sí. - sonrío nuevamente y coloco mi mano cerca de la suya. - Vine, porque compartimos problema, señor. - sonrío.
- ¿Problema? ¿Señor? - Ríe leve y mete la mano bajo la mesa, toma mi pierna y la estira acomodándola para que quede sobre la suya. - Cuénteme más. - sonríe de forma pícara.
- Dígame, señor Andrews, ¿Qué piensa a cerca del matrimonio? - La pregunta es muy repentina, él queda asombrado, asustado también, así que lo ayudo un poco. - Entre un señor de casi 60 años y una chica de 17 años? - agrego, sé que lo he intimidado con mi pregunta.
- ¿La chica y el viejo se aman? - pregunta, niego leve. - ¿Ella al menos está de acuerdo? - pregunta y niego.
- Ella, supuestamente no lo sabe. - susurro con rencor.
- Entonces, me parece mal, creo que no deberían casarse. - susurra aún aturdido.
- Bien, exacto, pero entonces, ella no puede hacer nada, porque es menor de edad y prácticamente su padre decide por ella. - susurro con la voz aún más ronca, quisiera tenerlo enfrente y gritarle que sé lo que planea hacer, pero solo arruinaría todo.
- Bien, dime, Katya, ¿Por qué preguntas todo eso? Soy un hombre de negocios, no un loquero. - susurra asombrado.
- Porque es mi situación, Alek, y quiero mi venganza. - susurro. - Y tú tienes un problema con el mismo hombre, así que quiero ayudarte a quitarlo del camino a él. - Lo veo directamente a los ojos.
- Si eso incluye tenerte en mi cama, entonces acepto. - sonríe con picardía y se la devuelvo.
- Sé mi papi. - sonrío y coloco la pierna que tengo sobre la suya, entre sus piernas.
- Sería un honor. - se acerca a mí, coloca su mano al rededor de mi cuello y me acerca para besarme.
Nuestros labios se mueven al compás, en el mismo ritmo, coloco mi mano en su barbilla y profundizo el beso, por suerte estamos en un lugar privado, así que no hay paparazzies, lo que agradezco, de lo contrario todo se iría por la borda.
- Bien, daddy... - me alejo de él y le sonrío. - Mi primer capricho es que cortes cualquier comunicación con cualquier chica con lazos sexuales, porque soy celosa. - bajo mi pierna de la silla y me levanto colocando la servilleta que tenía sobre mis piernas, sobre la mesa, me acerco a él y lo beso fugazmente para luego retirarme con una sonrisa de maldita ganadora.
La chica que me atendió al entrar me ve con la cabeza baja, siento mi poder sobre toda la maldita humanidad, porque con tan solo diecisiete años de edad, he logrado que el hombre de 30 años, empresario, egocéntrico y multimillonario coma de mi mano, y he comenzado mi venganza contra el hijo de perra de mi padre.
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Your daughter calls me daddy Too #1 (Pronto en edición)
Novela Juvenil📌ADVERTENCIA📌 Esta novela es solo para +18 debido a que hay tratos y cosas que NO debes normalizar. Si no eres lo suficientemente maduro para separar la ficción y la realidad, por favor NO leer. Cuando amas a alguien, cometes cualquier locura por...