Your daughter calls me daddy Too #1 (Pronto en edición)

‣ 25.

La vida da mil vueltas y nunca terminas de acostumbrarte a lo que te da en el momento.

En el momento me dio a dos chicos maravillosos y luego me quitó a uno de ellos. Me dio una vida de niña mimada y me la quitó para hacerme madurar de manera rápida.

Ahora, semanas después, estoy a cargo de la empresa Müller llevando todo acabo, manejando de aquí allá junto a la universidad y la empresa de Alek, lo bueno de todo, es que Alek siendo un graduado de varias carreras universitarias y dueño de toda una empresa, me ha ayudado a dirigir todo, revisar cuentas y que no roben nada, descubrimos de hecho que la empresa había estado teniendo una pequeña fuga y fue gracias a que el contador de la empresa, estaba desviando el 0.1% de las ganancias a una cuenta personal, fue demandado, el dinero recuperado y el contador encerrado en la cárcel por fraude.

Descubrimos una nueva fuente de ingresos que ayudaría a ambas empresas, no, no somos socios, si en dado caso nos separáramos en un futuro, no sería muy cómodo ser socio de tu ex, o verle la cara a alguien con quien compartiste sueños, noches de pasión y sentimiento.

La universidad es difícil pero he logrado llevar buenas notas, buenos apuntes y buen promedio debido a que Alek es un cerebrito.

-¿Qué tal? - sonrío mostrándole mi 9.5 a Alek, quien al ver mi calificación sonríe abiertamente.

- Increíble preciosa, es increíble. - sonríe y me besa

Mi conciencia ha estado lejos de mí desde hace unos días después del funeral de Marck.

- Hoy es tu cumpleaños. - sonríe y estira su brazo hacia atrás y trayéndolo de vuelta dos segundos después con su mano sosteniendo un enorme ramo de rosas, unas posibles 15. - Una por cada año. - sonríe y me besa rodeando mi cuello con su mano y atrayéndome a él.

- Entonces... ¿Me has comprado 18 rosas? - pregunto entre besos.

Alek se aleja de mí y suelta una carcajada asintiendo. - 18 rosas para la cumpleañera más hermosa del mundo. - sonríe nuevamente y finalmente me entrega las rosas.

Y sí, como cualquier quinceañera ilusionada, acerco el ramo a mi nariz e inhalado su dulce aroma.

- Amor, huelen increíble. - sonrío.

Alek conduce hasta la enorme montaña en donde se puede observar la mayor parte de la ciudad, enciendo mi laptop y anoto todo lo que el profesor dicta.

Debo decir que no es nada fácil escuchar al maestro y apuntar, porque dicta como si simplemente estuviese leyendo y no dictando, no para, no espera a nadie, ¡Nisiquiera da un segundo! Así que me mantengo completamente concentrada en lo que dicta y nisiquiera puedo voltear a ver un momento a mi novio.

El maestro dicta, dicta, dicta y dicta y yo copio, copio, copio y copio, "células" "genética" "la fórmula de esto" "la fórmula de aquello".

En cuanto las clases acaban cuatro horas después, me recuesto exhausta en el hombro de Alek.

- ¿Cansada? - pregunta y asiento leve. - ¿Tanto como para una ronda a la luz de la luna? - murmura con la voz ronca.

Jadeo ante su petición y me alejo un poco para verlo con los ojos brillantes. - ¿Me está proponiendo algo indecente, señor Andrews? - pregunto con la voz ronca de igual manera.

Alek sonríe y recuesta su sillón, me toma de la cintura y me coloca sobre él, con una pierna a cada lado.

- Por ahí he oído que el sexo es bueno para quitar el estrés. - sonríe.

Suelto una carcajada y me lanzo a besarlo. Sus manos viajan por mi cintura y luego quita mi blusa separándonos por un momento. Baja sus besos hasta mi cuello y luego viajan por mi clavícula hasta mis pechos donde lame, chupa y succiona el comienzo de cada una