‣ 11.

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En cuanto despierto, Marck sigue en mi cama abrazándome, solamente que yo como siempre, me he movido tanto mientras duermo que he terminado de frente y acurrucada a su pecho.
Suspiro y me alejo de él con cuidado de no despertarlo. Maldigo en cuanto siento mi cuerpo pegajoso y voy a tomar una ducha, al salir de ésta, me enrollo en la toalla y salgo a la habitación con mi cabello goteando el agua, Marck ya no está, pero Alek va entrando por la ventana.

- ¡Hola princesa! - sonríe.

Chillo de emoción y me lanzo a sus brazos. Veo al rededor mi habitación, está limpia, sin rastro de que algo haya pasado. - ¡Te extrañé tanto! - aprieto me agarre en su cuello.

Alek coloca sus manos en mi trasero y lo masajea por encima de la toalla. - Y yo a ti. - gruñe y yo jadeo.

- Umhm, daddy. - sonrío entre jadeos.

Alek camina conmigo en brazos hasta la puerta, echa llave, me arranca la toalla y me lanza a la cama. - ¿Vas a demostrarle a daddy cuánto lo extrañaste? - sonríe de manera perversa. Jadeo al escucharlo y asiento repetidas veces. - Entonces ven aquí, hoy daddy está a tu merced. - murmura.

Sus palabras, su voz ronca, todo de él me enciende. - ¡Oh, daddy! - gimo bajito. Aunque no esté el viejo, está su hijo y lo menos que quiero, son problemas.

- Todo tuyo, pequeña. - sonríe.

Muerdo mis labios y sin esperar más, desnudo a Alek y lo lanzo a la cama, me pongo sobre sus piernas y tomo su miembro entre mis manos mientras comienzo a masajearlo de arriba abajo.

Alek agarra mi cabello y lo agarra en una coleta entre sus manos. - Vamos nena, mételo. - gruñe con su voz dos tonos más ronca de lo que suele ser normalmente.

Hago lo que me pide y meto todo lo que puedo a mi boca. Alek gruñe y empuja mi cabeza para que agarre más, su miembro llega a mi garganta, lamo, saco, meto, masajeo su miembro en círculos con mi lengua.

- Mhmm, ¿Te gusta, daddy? - gimo y continúo con lo mio.

Alek tiene la cabeza hacia atrás con la mandíbula apretada y una vena marcada a un costado de su cuello. - Me encanta. - gime y empuja mi cabeza más mientras mueve sus caderas, está follando mi boca y buscando su placer. Sus embestidas son rápidas y fuertes, segundos después su cuerpo convulsiona. Llegó a su orgasmo, cae rendido sobre la cama y yo gateo sobre él hasta quedar frente a frente y mostrarle como me trago su orgasmo. - Mierda, pequeña, si dije que iba a estar a tu merced, me temo que me retracto. - murmura y de un movimiento rápido, me deja debajo de él.

Gimo por la sorpresa y jadeo en cuanto abre mis piernas para él y se mete entre ellas. Su lengua pasea por mis labios y creo fallecer aquí ante el placer que me proporciona. Masajea mi botón, mi entrada, me penetra con su lengua y debo cubrir mi boca con ambas manos para que nadie escuche mis gemidos, o más bien, gritos.

- D-daddy. - chillo lo más bajo que puedo. - D-daddy me voy a... - y sin poder terminar, mi cuerpo comienza a dar pequeñas convulsiones y llego al orgasmo,

Alek se mueve más rápido en busca de su placer y cuando su cuerpo comienza a convulsionar, sale de mí y se corre sobre mi estómago. - Mierda, pequeña. - gimotea y cae a un lado de mí.

- ¿Te gustó lo que te hice, daddy? - sonrío y giro a verlo.

- Me encantó. - me guiña un ojo y me atrae a él para abrazarme. - En un mes es tu cumpleaños. - me sorprende.

- ¿Cómo lo sabes? - preguntó sorprendida.

- No sé si te has dado cuenta que Anna nunca deja de hablar. - ríe.

Your daughter calls me daddy Too #1 (Pronto en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora