‣ 8.

4.6K 249 41
                                    

- Ah, shit. - Gruño.

- ¿Todo bien, mi KatyKat? - pregunta el viejo aún preocupado.

- ¡Sí! ¡Solo que me he olvidado lo par de zapatos favoritos! - le digo en tono angustiante.

- ¡Oh! Puedes pedir unos si quieres, podemos incluso salir a comprarlos. - sugiere.

- Gracias, me arreglo y vamos ¿de acuerdo? - le digo en tono alegre.

- Claro, cariño. - dice y luego se escuchan sus pasos alejarse.

Alek comienza a reírse - ¿KatyKat? - pregunta en tono burlesco.

- Cállate. - río y golpeo su hombro.

- Mi KatyKat. - se burla.

Me pongo de pie y camino hacia al baño. - Bien, sí no vas a terminar el trabajo, puedes retirarte. - digo mientas entro al baño.

Alek me toma de la cintura y me acorrala contra la pared. - De ninguna manera terminarás ese trabajo por mí. - dice y comienza a besarme de manera feroz.

Sus manos obligan a mí cuerpo a elevarse y enrollo mis piernas en su cadera. - Ah, daddy. - Jadeo en cuanto baja a besar mi cuello y continúa su camino por mis pechos.

Alek baja su pantalón junto a su bóxer, se masturba durante unos minutos y en cuanto está húmedo, se coloca el preservativo, y entra con fuerza en mí haciéndome gemir provocando que cubra mi boca con ambas manos para no hacer ruido.

- Más. - murmuro. Alek comienza a moverse con rapidez, entra y sale de mí provocando que el placer inunde mi cuerpo por completo, mi espalda se encorva dejando de tocar la fría pared de cristales. - Oh, daddy. - susurro y muerdo mi labio para no gemir. Una corriente pasa por todo mi cuerpo y se estanca en mi vientre, ahogo un gemido y clavo mis uñas en sus hombros, en cuanto siento que no soportaré más, araño su espalda y en cuestión de un jadeo, chorreo sobre él mientras dejo ir hacia atrás mi cabeza.

- Oh, nena, no sabes como me pone que te corras para daddy. - sonríe y gruñe.

- Baña a tu bebé antes de que se haga muy tarde. - digo y suelto una risita.

Alek gruñe y agarra la esponja y el jabón líquido, chorrea un poco en la esponja y la masajea hasta queda llena de espuma, comienza a pasarla suavemente por todo mi cuerpo, me sostiene como si fuese una muñeca de porcelana que si cae, puede quebrarse en un millón de trozos.

- Eres demasiado hermosa. - murmura mientras continúa pasando la esponja por mi cuerpo.

- Tú también eres muy guapo, daddy. - sonrío devolviéndole el cumplido.

- No puede tocarte... ¡No debe! - se altera.

Abro los ojos sorprendida y tomo su cara entre mis manos. - ¿De qué hablas, daddy? - pregunto confundida.

- Ese viejo bastardo... Pro.. ¡Promete que no dejarás que te toque! - gruñe.

- ¡Hey! ¡Daddy! - busco su mirada con la mía y beso sus labios de manera suave. - No lo hará, daddy... - murmuro en sus labios, murmuro en sus labios ésta mentira, sabiéndo lo que hemos hablado el viejo y yo, pero siento la necesidad de no lastimarlo, no quiero hacerlo...

- Katya... - habla el viejo mientras entra a la limosina.

- ¿Sí? - pregunto.

- Entiendo que no estás de acuerdo con este matrimonio, y entiendo que tampoco tenías salida, así que... Respeto todo lo que digas. - sonríe.

Asiento leve y le digo. - Bien, gracias. - Sonrío.

- Pero... Como mi mujer, deberás dormir conmigo al menos una vez al mes. - condiciona.

Your daughter calls me daddy Too #1 (Pronto en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora