Capítulo 22: Cuando la verdad cae

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Tomamos un sorbo de alcohol cada que daba una campanada. Todos celebramos como si no hubiera un mañana.

—¡Feliz año nuevo a todos! —dijo Luke alegre.

Esto era genial. Festejamos tomando alcohol y hablando de cosas interesantes y vagas, como cualquier momento de confianza.

Para poder pasar el tiempo, y no aburrirnos, jugamos a confesiones, así las conversaciones se harían más interesantes.

—... y juro que estaba muerta de vergüenza —terminó Chae.

Las historias parecían chuscas, cada palabra parecía divertida, no sabía si era por la cantidad de alcohol en nuestros cuerpos o por el hecho que era gracioso.

—¿Y Maggie? —preguntó Oliver preocupado.

—No lo sé, hace 20 minutos que no la veo —respondió Dahyun.

—Creo que fue al baño, de seguro sigue allí —dijo Luke.

—No creo, mi novia no es así, iré a buscarla.

Dentro del circulo en el que estábamos, Oliver se levantó del piso y fue a buscarla al sanitario. Todos nos quedamos mirando unos a otros. ¿Oliver estaba exagerando?

—No, Maggie no está en el baño —dijo regresando a nosotros—, la llamaré.

En ese momento empezamos a preocuparnos ligeramente. ¿A dónde se había metido esa chica? Debíamos de averiguarlo.

—No contesta, realmente le ha de haber pasado algo. Odio que mi casa sea tan grande.

—De acuerdo, la buscaremos —inició Chaeyoung—. Para cubrir más terreno nos separaremos. Luke irá a buscar afuera, en el jardín, Dahyun en el sótano y el almacén, yo en todo el primer piso, Oliver revisará los cuartos del segundo nivel y Andrew del tercero.

Todos aceptamos. Inmediatamente cada uno tomo su propio camino, no queríamos que por nuestra tardanza a ella le pasara algo realmente malo.

Llegué al tercer nivel. Era una casa increíblemente gigante. No podías saber dónde empieza y donde termina.

Revisé habitación por habitación, buscando detalladamente algún indicio de su paradero o donde podía haber estado. Una habitación había parecido que había sido recién abierta, me adentré y vi un cuerpo seguido de un llanto. Era Maggie quien lloraba.

—¿Estás bien, Maggie? —pregunté preocupado llegando hasta ella.

—No lo sé, me siento triste.

Había visto esto antes. Era el típico caso de depresión por alcohol. Beber tenía increíblemente muchos efectos secundarios. Ella se levantó del suelo y trató de secarse las lágrimas.

—¿Por qué te sientes triste?

—No siento que sea lo suficiente buena para Oliver, creo que él merece a una chica mejor.

—Tranquila, no pienses en eso, él te quiere mucho, eres todo para él y haría todo por ti.

En un segundo ella se tropezó, chocó conmigo y ambos caímos en la cama, ella encima de mí. Ambos reímos un poco por la situación, pero inmediatamente el momento se volvió tensamente sexual.

Ella miró a mis labios y me besó. Increíblemente, en lugar de incomodarme, en verdad me gustó, por lo que, en vez de alejarla, la acerqué más para sentirla mejor.

—Espera, solo lo hacemos porque estamos ebrios —dijo preocupada.

—No recuerdo que estuviéramos borrachos la primera vez que lo hicimos.

Venganza con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora