Capítulo 24: Misión uno

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Bien, debía de admitir que todo estaba más delicado y pesado de lo que había creído. Lo malo de todo es que mi relación con Dahyun seguía igual de desastrosa, silenciosa y en mal estado, pero no me iba a rendir, quería recuperarla a como dé lugar.

La parte buena era que podía por fin hablar con Nat, mi hermanito, eso me alegraba el alma, y haría todo lo posible para que se sintiera mejor. Y por otro lado estaba el tema de Ámbar, que me alegraba que por fin la podía sacar de mi camino. Aunque aún me seguía cuestionando mis principios.

Acababa de llegar a la escuela. Necesitaba hablar con ella, aunque me siguiera doliendo su desprecio.

—Necesitamos hablar, Dahyun.

—No tengo nada que hablar contigo. Déjame.

—Solo escúchame, dame 2 minutos y te prometo que esto se solucionará.

—Tienes uno, te escucho.

—Gideon tiene una increíblemente mala experiencia con Daphne, así que cuando le comenté que eras su mejor amiga, me presionó para saber más y así vengarse de ella. Y aunque se lo he negado, aún tiene la estúpida idea querer usarme, por eso mandó ese mensaje.

—¿Y todo esto que tiene que ver con Maggie?

—¿Por qué sigues con ese tema? Entiende, ella no tiene nada que ver. Yo solo te amo a ti y solo quiero estar contigo.

—No te creo, Andrew, si fuiste capaz de ocultarme algo como eso, quien sabe qué otras cosas no me dices.

—Sé que estuvo mal que no te lo dijera, pero créeme, eso es todo. Lo que menos quería era hacerte daño.

—Pero lo hiciste —sentenció.

En ese momento ella se retiró y yo me quedé solo en el pasillo. Esta frustración que llevaba era imposible que la sacara. Solo quería que todo se arreglara, que todo siguiera su curso, como debía de ser.

—Felicidades, te acabas de humillar aún más —dijo Daphne aplaudiendo sarcásticamente.

Di media vuelta y allí estaba, sonriendo campante. Respiré profundo y me preparé para sus ataques.

—¿No tienes a nadie más a quien molestar? —dije molesto.

—Sí, pero es más divertido hacerlo contigo, te enganchas con facilidad.

—¿Alguna vez te han dicho que fastidias? Porque en serio me siento así ahora. No estoy de humor como para soportarte.

—Fue demasiado divertido ver cómo te humilló alguien que no era yo.

—Búrlate todo lo que quieras, Daphne, solo recuerda que sé cosas de ti que pueden hundirte —sonreí y guiñé.

Salí de ese lugar sintiéndome triunfante. Claro, todo era una fachada para ocultar mi dolor, solo esperaba que todo saliera a la perfección.

En la clase de literatura las cosas se sentían muy diferentes. Me evitaba la mirada o cualquier contacto a toda costa. En ese momento entendí que, si quería recuperarla, tenía que hacer algo más que palabra, tenía que hacer algo realmente grande para que se diera cuenta que hablo con la verdad.

Saliendo de la clase, me dirigí rumbo a la cafetería, tenía que hablar con mis amigos, ellos me podrán ayudar en la misión.

De un momento a otro sentí como una bofetada, una mano había impactado a tal fuerza mi rostro, que sentí como todas mis ideas se revolvieron de forma intensa.

—Eres un completo idiota —dijo Ámbar con rabia.

—¿Cuál es tu problema? ¿Ahora por qué me golpeas?

Venganza con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora