El día ideal había llegado, hoy era la oportunidad de poder tener la opción de poder regresar con Dahyun. Todo tenía que quedar perfecto, no solo los preparativos, sino también la oportunidad en sí.
Al llegar a la escuela me debatía en decirle a Dahyun o esperar el momento adecuado. Para empezar, primero debía de saber que decirle exactamente, no quería echarlo a perder antes de intentarlo.
Vi a Dahyun vestida de... ¿de qué estaba vestida? Creí que sería de alguna película o de su propia película, pero al parecer era como un día común y corriente, aunque para ser sincero, siempre me encantaba como se veía.
Antes de entrar a clase me encontré a Ámbar recargada en la pared en una esquina viendo su teléfono. Me acerqué cauto. Quería saborear el momento tanto como pudiera.
—¿No crees qué es mejor así? —dije disimulando no hablar con ella.
—Tengo ganas de golpearte —respondió sin dejar de ver su celular.
—Recuerda que la violencia es muy mala, la violencia ocasiona más violencia. No puedes combatir fuego con fuego.
—Vete, antes de que piensen que traficamos droga —sentenció.
Eso se sintió bastante genial. Ella no me podía decir nada y eso lo gozaba. Debía de aprovecharlo tanto tiempo como pudiera, ya que sabía que no iba a durar para siempre.
Llegué al salón de clases y no me podía concentrar, estaba viendo todo el tiempo a la peli azul, algo que en el fondo se sintió tristeza. La clase era sobre hacer una historia, o algo así, después pediría los apuntes.
Después que terminó, todos salimos rumbo a la cafetería. Este momento era el oportuno, tenía que hacerlo ahora o nunca.
—Dahyun, espera —dije tratando de llamar su atención.
—No quiero hablar contigo —respondió tratando de irse.
—Solo dame un momento —la tomé del brazo y le di la media vuelta.
—Tienes 10 segundos.
—Ve a la cancha, al partido de fútbol, hoy después de clases.
—¿Para qué?
—Solo ve, y si no puedo convencerte, te prometo que no te vuelvo a buscar —imploré.
Ella al principio se vio dudosa, pero al final aceptó. Eso me dio mucho alivio. Mi alma podía estar un poco tranquilo por un par de horas más, pero aun temía que todo se fuera a la borda.
Llegué a la cafetería, me senté en una mesa apartada, de nuevo, y comencé a comer, aunque no podía mucho porque sentía que vomitaría.
En momentos después arribó Oliver junto a su novia, agarrados de la mano, y se sentaron a mi lado.
—Todo está listo, ¿verdad? —pregunté ansioso.
—Claro que sí, tuve que cobrar unos favores, pero ya todo está arreglado —respondió emocionado.
—Espero que no hayan sido favores sexuales —dije divertido.
—No puedo hacer esas cosas, sino Maggie me golpea.
Todos nos reímos ante tal situación. Me alegraba tener amigos con quienes conversar. Ahora sabía que ya todo estaba en orden, solo debía de esperar que nada se arruinara.
La hora de la cafetería terminó y ahora proseguían el resto de clases. Solo quedaba una última cosa, llegar a tiempo al partido.
Durante todas las horas restantes me concentré en una cosa. No olvidar la letra de la canción. Estaba increíblemente nervioso, mis pies y mis manos no podían estar quietas, casi recibo un castigo por esa actitud.
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Venganza con amor
Novela JuvenilAndrew Lestrange es un chico guapo y engreído, Daphne Fisher es una chica hermosa y ególatra. Daphne rompe el corazón de todos los chicos, Andrew los vengará. El amor es tan hermoso, que te puede herir, y más cuando se utiliza como arma. "¿Quien des...