- PSYCHO. [✔]

Capítulo XXIX

ALESKA

Salí del sótano suspirando, necesitaba aire fresco

Camine hacia la puerta principal y abrí los candados, no tardaría tanto así que deje la puerta abierta. Empecé a caminar por el solitario bosque, a penas pasaban carros por la carretera y los raros sonidos de la noche se hacían presentes

Sentía las hojas crujir a medida que me adentraba al bosque, habían posibilidades de que me perdiera pero mis piernas no querían parar de caminar

Al cabo de un rato el bosque se tornó pesado, más tenebroso, más oscuro y ya yo estaba lejos de casa. El frío empezaba a golpear mi cuerpo tapado simplemente por una pijama de tela delgada. Sentía las hojas crujir de más, mire hacia atrás y solo me acompañaba la oscuridad, seguí caminando sin rumbo hasta que paré de golpe y las hojas siguieron crujiendo

Me volteé rápidamente pero no había nadie. Sentí una respiración en mi cuello

Trate de no perder el control y regule mi respiración, volteé lentamente y esos ojos amarillos me recibieron

-Bu-dijo cuando volteé

-¿Me estabas siguiendo?

-¿Te asusté?-sonrió

Casi me hago pipí

-No

El ensanchó más su sonrisa

-¿Que hace una niña linda como tu en este lugar tan oscuro y peligroso?

-Tal vez mi alma y este lugar tienen algo en común

-Que profundo-dijo metiendo las manos en su bolsillo

Me quedé en silencio pero él volvió a hablar

-¿Sabes que no está permitido andar tan dentro del bosque?

-Lo se

El asiente

-Tienes cara de que te gusta lo prohibido

-No es que me guste lo prohibido, es que me encanta demostrarle al mundo que a mi nadie me prohíbe nada

Empecé a caminar por donde había venido y él en tres pasos estuvo al lado de mi

Pare de caminar y lo mire fijamente a los ojos, nos miramos por unos largos segundos y parecía que mis ojos no tenían ningún efecto en el

-¿Por que has estado actuando tan raro?-le pregunté

-Algún día entenderás

Lo miré con rabia

-¡Habla de una puta vez!

-Calma cariño ¿por que tan agresiva?

-¡Acabas con mi puta paciencia Gadiel!-digo golpeando su pecho

-Eres más bonita cuando estás enojada

Y sin pensar, mi mano aterriza en su mejilla

El sonríe

-¡Maldicion!

-Amén bonita

Empiezo a caminar con rapidez lejos de él, lo siento atrás de mi

-Ven aqui-dice y me carga poniéndome encima de sus hombros

-¡Bájame!-chilló jalando de su cabello

-Lo siento, pero no quiero

Dejo de forcejear ya que siento que caeré en cualquier momento, sus manos están en mis rodillas y las mías en su cuello