Capítulo XXI

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ALESKA

Llevaba casi cinco horas en carretera, los dolores habían reinado todo mi cuerpo y casi no podía moverme. Sin duda tendría varios moretones por todo el cuerpo

Sentí que la furgoneta frenaba poco a poco hasta parar completamente, luego las puertas abrirse y cerrarse para luego abrirse la puerta trasera donde me encontraba yo, dos personas jalaron de mi hacia fuera y luego una de ellas me cargo

Estuve en los brazos de alguien por al menos unos cinco minutos, hasta que me dejaron en una silla, cerraron una puerta y todo quedó en completo silencio

Pero sabía que había gente ahí conmigo

Efectivamente, alguien atrás de mi quito la venda de mis ojos, rápidamente vi que habían diez hombres conmigo, uno atrás de mi, uno sentado enfrente de mi y ocho atrás del que estaba sentado, repase las caras de los nueve que tenía enfrente para finalmente dirigir mi mirada al que estaba sentado, lo mire fijamente y le dediqué una sonrisa

-¿Que es esto? ¿un comité de hombres lindos?-dije sin dejar de mirarlo, podía sentir que se empezaba a debilitar

-¡Ponle la venda!-le exclamó al que estaba detrás de mi, rápidamente me pusieron la venda, todo esto me parecía divertido-váyanse todos, menos tu R

La puerta se abrió y se cerró de nuevo

-¿R?-pregunté divertida-¿usan nombres clave para que yo no los identifique después?

-Cállate, las preguntas las hago yo-dijo

Reí-Adelante, bombardeame con preguntas

-¿Donde están las facturas de tu padre?-preguntó

¿En su oficina? ¿tal vez?

-Hagamos algo, tu respondes mis preguntas yo las tuyas, y quítame esta maldita venda sino no responderé nada

El suspiró

-Quítasela-le ordenó al de atrás

Cuando me la quito lo observé bien, tenía más o menos unos 20 años, un cuerpo trabajado y unos ojos verdes oscuros, era lindo pero nada fuera de lo común

-¿Que hace alguien tan joven como tu trabajando para esta gente?-pregunté mientras estiraba mis piernas para ponerlas sobre las de el

-¿Que hace alguien tan joven como tu matando a su padre?-respondió empujando mis piernas

-Te sorprenderías-me encogí de hombros cruzando mis piernas-¿cuanto tiempo pretendes tenerme aquí?

-Lo necesario, hasta que hables-me miró unos segundos a los ojos pero desvió su mirada al que estaba atrás de mi

-¿Y si no hablo?

-Te mataré, y si tu hermano viene a rescatarte lo mataré también-dijo

Solté una risita, que ingenuo-Nah, mi hermano no vendrá

-No te dejará morir aquí

-¿Quien dijo que moriré?-rodé los ojos

-Yo, si no hablas-se recostó a la silla, se veía nervioso e inquieto

-¿Y si hablo que gano?

-Libertad

-Libertad tengo cuando a mi me dé la gana-digo inclinándome hacia el, el que está atrás pone una mano en mi hombro y me recuesta de nuevo a la silla

-¿Quien trabaja con ustedes?

-Eres muy gracioso cariño-niego con mi cabeza, que aburrida esta conversación-¿cual es su nombre?-le pregunto al de atrás

- PSYCHO. [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora