Capítulo III

117 9 10
                                    

THEODORE

Habían pasado ya alrededor de 20 minutos y todavía Aleska estaba batallando con mi labio para poder encontrar el punto perfecto entre mi piel y la aguja. No entendía que le costaba tanto pero bien era cierto que estaba disfrutando con todas mis fuerzas el dolor que estaba recibiendo

- Pff -suspiró Aleska. Realmente me estoy cuestionando si quiero hacerte esto, no encuentro la manera de que esto EN TRE -dijo esto último con furia y me pincho dos veces el labio

-Hazlo de una puta vez, atraviesa eso. YA! -dije con un tono de voz decidido y algo enfadado y fue ahí cuando sentí finalmente uno de los dolores más placenteros que había experimentado jamás. La aguja había atravesado mi labio correctamente y aunque sentía que podía desmayarme, la sensación del dolor era tan excitante que no podía no concentrarme en eso

- No sé que este pasando por tu mente pero para ya, tú excitación está haciendo que no pueda atravesar el aro bien. IDIOTA -soltó Aleska haciéndome salir de mis pensamientos y finalmente me paralicé, sentí como Aleska atravesaba el aro por la perforación y finalmente escuche un ¡CLICK!

Listo -dijimos al unísono y soltamos una pequeña carcajada

- Te ves tan lindo -dijo Aleska apretándome las mejillas y haciéndome ruborizar un poco. Seguro Cárter cuando te vea querrá hacerte todo lo que le pidas que te haga -sonrió pícaramente

- Gracias cariño, nada sería posible sin ti. -le di un beso en la mejilla e ignore el comentario que acababa de hacer de Carter, aunque me moría por verlo de nuevo y que me hiciera suyo en este preciso momento lo odiaba con todas mis fuerzas

Me dirigí al baño para verme en el espejo que sustituía una pared, la primera impresión fue bastante extraña, jamás pensé que me iba a ver tan jodidamente bien. Gire sin mucha presión el aro, quería asegurarme que realmente estaba atravesado y de nuevo sentí el dolor tan placentero, esta vez, venía con compañía.

Sangre.

Varias gotas de sangre estaban cayendo sobre mis muñecas, justo donde tenía cicatrices por estar jugando con mi vida varios años anteriores. Sin embargo, no me molestaba para nada, no sé cómo explicar lo bien que se sentía pero no quería que parara.

Luego de un rato decidí que era suficiente y me limpie completamente en el lavabo, pude parar el sangrado con varios pedazos de algodón y de nuevo, me veía increíble

Salí de la habitación y me encontré a Aleska en ropa interior viendo por la ventana, estaba mordiéndose el labio muy descaradamente mientras veía a algo o a alguien fijamente.

Me acerqué para observar lo que estaba viendo y fue ahí cuando lo vi. El chico que habíamos estado molestando todos estos días en la universidad con nuestra simple mirada estaba ahí, a 3 casas de la nuestra, regando sus plantas, se veía tan jodidamente inocente que me moría de ganas de jugar con su mente, estaba seguro de que mi hermana me ayudaría en esto.

- Es tan sexy que sea tan idiota -soltó Aleska mientras no paraba de mirarlo

- ¿Qué hace el aquí? ¿Acaso vivió cerca todo este tiempo?

Aleska se encogió de hombros en representación de que no sabia lo que pasaba ni por qué. - No lo sé, pero no puedo mentir, estoy muy feliz de tener a nuestro pequeño juguete tan cerca -soltó una carcajada

- Vamos a molestarlo un rato. -dije decidido mientras me colocaba el primer jean que encontré y una camisa negra.

- No puedo ir así? -preguntó Aleska señalándose a si misma para que notara nuevamente que estaba en ropa interior

- ¿Tu realmente crees que mamá te dejará salir así?

- No tiene por qué darse cuenta. Tenemos una terraza recuerdas? Si me resbalo accidentalmente por nuestro tejado, estaré abajo en 5 segundos y nadie se habrá enterado -dijo con un tono de voz desafiante mientras abría la puerta que daba a la terraza

- Aunque te diga que no, igual lo harás. No tiene caso, tírate, loca. -le dije rodeando los ojos mientras me dirigía bajando las escaleras para salir por la puerta principal como una persona normal

Estando afuera me di cuenta que Aleska todavía estaba siendo deslizada por nuestro tejado, llevaba una falda de cuero extremadamente corta que no se en que momento se puso. Luego de varios segundos se encontraba en el suelo, justo como había planeado

- Viste? Fácil. -Me dijo mientras me daba la espalda para empezar a caminar hasta nuestra pequeña víctima, me di cuenta que al deslizarse se había hecho varios rasguños que estaban empezando a sangrarle y ella parecía que no se daba cuenta

- Te hiciste daño idiota, todo por no bajar como alguien normal -le dije mientras seguía su paso

- Quién te dijo que estas pequeñas marcas estaban lastimándome? y quién te dijo que era normal? Créeme nene que soy todo, menos normal. -Me sonrió y camino, esta vez más rápido

Ahí estaba, justo enfrente de nosotros, el chico que a pesar que aún no sabemos ni siquiera su nombre nos divertía tanto como cualquier otra persona. Tan perdido en nuestros encantos, pobre chiquito.

Aleska al estar lo suficientemente cerca corrió hacia el y le salto encima. Lo abrazo tan fuerte como si fuera un amigo que tenía muchísimos años sin ver, al separarse de su abrazo le dio un beso en la mejilla, esto último ocasionó que el desconocido se ruborizara, parecía que sus mejillas iban a explotar en cualquier momento.

Yo me acerqué a el, solo lo mire fijamente mientras veía como se perdía en mi mirada. Tome su mano y la puse sobre mi cuello.

- Apriétalo -le ordene mientras sonreía pícaramente

- ¿Por qué quieres que haga eso? -me respondió el pequeño juguete, no sé quién le dijo que tenía el derecho a preguntarme eso.

- Me da la maldita gana. Hazlo -tomé su mano esta vez con más fuerza para que supiera que iba en serio

- Hazlo, lo disfrutaras pequeño. -le murmuró cerca del oído Aleska mientras giraba alrededor de su cuerpo

Fue ahí cuando sentí esa increíble sensación, el pequeño nos estaba haciendo caso. Luego de un rato de tenerme apretado aparte su mano con un golpe y lo acerqué a mi.

- Cuando te digo que hagas algo, lo haces, sin preguntas, sin quejas, lo haces y ya. -le dije acercándome cada vez más a sus labios hasta el punto de estar rozándonos. Se notaba que estaba perdido, lo estábamos volviendo loco y eso me gustaba tanto.

Aleska lo aparto de mi

- A mi también chiquito, haces lo que queramos, siempre. Entendido? -dijo con su tono de voz dulce que podía volver poco a quien sea mientras jugaba con su cabello. No quiero tener que hacerte daño.. o quizás si -le sonrió.

Mientras Aleska hablaba con nuestro pequeño juguete sentí como una moto se paraba justo detrás de mi

- Me tienes que estar jodiendo - pensé. Cárter. No ahora.

- PSYCHO. [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora