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Despertó tarde y muy cansado, el dolor por la paliza recibida el día anterior regresó más fuerte aún, machacando los huesos de su espalda y su ojo, aún no podía parpadear sin sentir que iba a perderlo, nada que una visita a los sanadores no pueda calmar.

Su madre lo miraba desde los pies de la cama donde yacía, reprobando la escena.

- Madre, ¿qué ocurre?

Se aferró a su bata de dormir, avergonzado, pero no estaba desnudo debajo. Apenas recordaba. La noche anterior había respondido al llamado de la midgardiana porque Thor estaba intentando forzarla y ella no estaba dispuesta a responderle en el estado en que se encontraba. Luego había vuelto a llamarlo pero ¿para qué? ¿para conocer su edad? ¿para leer? Le había parecido absurdo pero no tanto como el compromiso de aquellos dos, así que la acompañó.

Se había quedado dormido leyendo en la cama de la mortal junto a ella, hablando de los test de inteligencia de ambos mundos, cosas que solo dos seres como ellos podrían entender. Loki no podía recordar en que momento se había dejado vencer por el sueño, él no solía ser así, le causaba placer vencer en los debates.

Se incorporó dolorosamente aumentando la suspicacia de Frigga.

- Tú y yo tenemos que hablar, jovencito. ¿Qué haces en cama con la prometida de tu hermano?

- Sólo dormiamos, madre- se atajó Loki, más avergonzado todavía.

- Solo tienes mil trescientos años, Loki, no quiero que por un arrebato, Thor termine retandote a un duelo.

- ¿Crees que perdería?

- Por supuesto que si, no pudiste ni con Sif ni con Amora.

- ¡Yo les enseñé lo que saben!

- Te pedí una sola cosa, estás dimensionando este asunto. No es la primera vez que tu hermano se compromete y tú demuestras un interés por la joven.

- En mi defensa puedo decir que esas otras prometidas suyas fueron primero mías... pero eso no le concierne a nadie, por supuesto. El se queda siempre con todas sin importarle nada.

- Todas quisieron regresar contigo después...

- Meras sobras.

- Ahora está por casarse con la midgardiana.

Loki se volvió, frenético.

- No la quiere, en cuanto me vea feliz con alguien más se meterá de igual manera. Ninguna esposa lo detendrá. ¡Es un vicioso empedernido!

- ¿Y qué ocurre con esta midgardiana? Debes alejarte de ella antes que confundas todo.

- No podría confundirlo porque sé que perdería...

Intentaban seguir su discusión entre susurros para no despertar a Jane pero esta había escuchado todo, fingiendose dormida. Se quedó pensando en eso sin creerlo aún. Cuando le hablaron de él en la Tierra, todos le habían asegurado que era la oveja negra de la familia de Odin. Ahora no estaba muy segura de ello.

...............

Caminó segura de que Loki cumpliría lo prometido a Frigga y se alejaría de ella lo suficiente para no dar lugar a malos entendidos. Desayunó entonces sola y mal, la misma comida que tanto habia disfrutado en compañía de Loki, le supo ahora insipida. Salió a caminar enfrentando las miradas de reprobación de las cortesanas y terminó rodeando el palacio. Si al menos Heimdall estuviese cerca, se hallaría en paz y reconfortada.

Cuando regresó a la mitad del día, una discusión familiar se cernía en el palacio cerca del trono donde Odin reposaba sus sentaderas. Estaba histérico porque las cosas no estaban saliendo según su voluntad.

- ¿Dónde está Sleipnir?

Loki había terminado malhumorado después de la charla con su madre y los requerimientos de Odin no eran prioritarios para él en este momento.

- ¡Déjalo ser! Es libre un tiempo mientras dure su celo, no puedes atarlo para vencer su instinto.

Discutían por Sleipnir y otros asuntos referidos a Thor. Frigga se mantenía en rígida postura observando a uno y otro elevar más la voz hasta que inevitablemente la de Odin prevalecía. Entonces Loki se paseaba de un lado a otro con la mirada perdida, como discutiendo con si mismo y Jane lo sabía, insultaba en su mente al padre de todo, una actitud casi infantil inadecuada para un dios.

Bueno, Loki era aún un adolescente según sus cuentas.

Se quedó rezagada, confiada en que no sería descubierta pero el ojo sagaz de Odin la descubrió de igual manera.

- ¡Jane Foster! ¿Dónde está Thor?

La hostilidad de Odin la perturbó pero Loki salió extrañamente en su defensa.

- ¡No sabe!

- Le pregunté a ella.

- Preguntale a Thor cuando regrese dónde está, escapando de sus obligaciones como siempre

- ¡Tendrá sus motivos! Hablaré con él en cuanto llegue.

Loki se volvió hacia ella.

- Retirate, Jane, antes que al padre de Thor le dé un colapso.

- ¡Loki, te oí!

.........

Loki la estaba rehuyendo con bastante descaro, no podía creerlo. Thor había vuelto a desaparecer y en el estado actual de cosas, era mejor no verlo por un tiempo. No sabía aún qué decirle, había esperado contar con la compañía de Loki para enfrentarlo pero ahora se hallaba sola.

- Loki- lo llamó, confiada en que acudiría, él se había ofrecido, "el único amigo que podría hallar". El otro se presentó un poco después, con aire siniestro, pero no le habló. Observó sobre la mesa los libros que a ella había prestado de la biblioteca, los apuntes que había escrito mientras avanzaba la lectura y no pudo dejar de sentirse abstraido por ello. Sería infeliz junto a Thor o harían un buen equilibrio, él no lo sabía. Él no podía comprenderlo, esto escapaba a toda lógica.

- ¿Por qué lo haces, mortal? ¿Por qué te aferras tanto a él? Es un imposible, inaceptable.... absurdo.

Ella fingió no comprenderlo.

- No tienes idea de los padecimientos que te esperan junto a él, las noches que te obligará a servirlo, a mirar como otras lo tientan y se quedan con él, a callarte como una sierva y obedecerle... y te los mereces, te los mereces por conformarte con su físico cuando podrías tener mucho más.

- Pero yo...

- ¿Pero qué? Eres una más para su harén. ¿Te crees más que las otras? Solo una mortal presumida, no tienes nada que él valore, ya viste lo que es. Va a dejar que te sientes en su trono como la ramera que eres...

Una bofetada interrumpió su circunloquio devastador.

- Uh, que pena, me sonrojo, ¿herí tus sentimientos?

.........

Salió del baño concentrada en lo que hablaría con Thor, en la forma en que lo encararía, Frigga estaría allí de ayuda, cuando una voz familiar la hizo desviarse de su camino.

- Me gustaría hablar contigo ahora que nadie nos ve, excepto Heimdall.

Loki, ¿quién se creía que era para hablarle aún después de las cosas que dijo para desmoralizarla? Intentó ignorar sus intentos de lograr otro acercamiento, deslizandose con agilidad por pasadizos que nunca antes había visitado.

- ¿Qué ocurre? ¿Sigues enojada por lo de esta mañana? Ya madura, midgardiana.

- Lo siento, Loki, quizá no sea lo suficientemente digna para ser tu amiga, ¿quién sabe? Ni siquiera lo soy para Thor.

- ¿Solo para Thor?

Tuvo que reprimir una risa burlona y ayudarla galantemente a salir de donde se había metido, solo para verla desaparecer con premura de su vista una vez fuera.

- Por las barbas de Odin, que sensible es.

El favorito de Jane Donde viven las historias. Descúbrelo ahora