9.

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Finalmente, Hermione comenzó a despertar. Su cabeza se sentía pesada. Impulsandose mientras trataba de sentarse, descubrió que sus brazos no se movían.

Se congeló. La neblina en su mente desapareció cuando comenzó a observar su entorno con alarma.

No estaba en San Mungo. Estaba en una habitación oscura, retenida y con los brazos atados a una silla.

Miró a su alrededor con cuidado, tomando nota de lo que podía ver. Estaba en un dormitorio de una casa abandonada. Una cama antigua con un gran dosel polvoriento estaba a su derecha. La luz era tenue a medida que se transmitía a través del vidrio manchado y las cortinas pesadas. Habían pasado horas desde que perdió el conocimiento.

Una chimenea fría yacía a su izquierda. Una puerta pesada que daba a la habitación estaba entreabierta. La habitación estaba extrañamente fría y húmeda para un día de verano. Era una antigua casa mágica, estaba segura. La sensación de magia antigua y desvaida se cernía sobre el lugar como una mortaja.

Torció ligeramente las muñecas, probando las cuerdas. No estaban cortando su circulación, pero los nudos estaban apretados, mordiendo en su piel lo suficiente como para que no pudiera liberarse de ellas. Se desplazó en la silla; si fuera vieja podría ser frágil. Tiró firmemente los brazos, comprobando si había alguna putrefacción.

Mientras giraba y probaba sus restricciones, pensó de nuevo. ¿Quién la había secuestrado? ¿Podría ser en venganza por pasar la LDH?

Debió haber sido el té. Ese era el sabor que había encontrado extraño.

Pansy.

Pansy también había bebido el té.

Arqueó el cuello, tratando de mirar a su alrededor y ver si la periodista estaba en algún lugar de la habitación. Estaba sola.

Trató de pensar. Su mente todavía se sentía algo nebulosa. Pansy la iba a llevar a San Mungo, eso era lo último que recordaba. De alguna manera habían sido detenidas en el camino.

Arrugó los ojos, tratando de recordar cualquier otra cosa, cualquier detalle que se le hubiera escapado.

—¿Ya despertaste?

Sus ojos se abrieron de golpe.

—¿Pansy?— jadeó, mirando a la mujer frente a ella con asombro.

Pansy Parkinson parecía lo suficientemente frágil como para romperse. Su varita se apretaba con fuerza en su puño. Mirando a Hermione con una expresión indescifrable.

—¿Estás bien?— Preguntó Hermione— ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?

La cara de Pansy se torció ligeramente.

—Aún no lo has descubierto.— Su tono era casi compasivo.

Hermione la miró con los ojos muy abiertos.

—¿Qué estás haciendo, Pansy?— le preguntó en voz baja.

—Estoy salvando a Draco. —le dijo tensamente. —Ya sabes— comenzó, caminando hacia la sombría ventana.
—Siempre he estado enamorada de él. Incluso antes de Hogwarts. Estaba tan segura de que eventualmente terminaríamos juntos. Intenté de todo para llamar su atención en la escuela. Y eso nunca funcionó. Quiero decir, salimos, pero nunca fue serio para él. Luego, después de la guerra, pensé que si esperaba, después de un tiempo se daría cuenta de que siempre había estado allí, que era importante para él, que no podía prescindir de mi y así estaríamos juntos. Incluso me convertí en periodista porque pensé que sería una ventaja para su familia.

La mente de Hermione estaba tambaleándose. Pansy la había secuestrado. Por Malfoy. Ella no podía entender por qué. ¿Pansy tenía la impresión de que Hermione era una especie de competencia para ella, por lo que estaba "salvando" a Draco de que manchara su línea de sangre?

Love and Other Misfortunes *Traduccion*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora