Hermione pudo sentir sus mejillas arder cuando terminó de hablar. No sabía por qué se sonrojaba. Aquí se encontraba, sentada frente a un hombre que estaba locamente enamorado, dispuesto a caminar por el infierno, enamorado de ella y le daba vergüenza admitir que también estaba enamorada de él.
Draco la miraba con los ojos muy abiertos, toda su cara estaba congelada. Parecía haber visto un... bueno, no un fantasma. Porque, realmente, ¿quién no había visto uno? Pero si como algo muy desagradable y sorprendente. Como un Voldemort resucitado.
Sí.
Eso capturó en su expresión.
Parecía casi listo para caerse de la conmoción.
No era la reacción que había estado esperando.
—Eso es... Imposible— Finalmente dijo, lentamente.
Hermione lo miró.
—Draco, no mentiría sobre esto solo para hacerte sentir mejor. Lo he pensado cuidadosamente.
Estaba muy pálido.
—Pero, hablamos de esto— su tono era firme pero había un temblor apenas perceptible debajo. —Hablaste con mi madre sobre esto. La semana pasada. Entonces no sentías nada por mí.
—Bueno. No recuerdo cuál fue mi proceso de pensamiento en ese momento.— lo fulminó con la mirada. Estar obliviada iba a ser un tema doloroso por mucho tiempo.
Continuó.
—Pero no creo que, en el contexto de saber que estabas muriendo y que necesitaba unirme contigo para salvarte, me hubiera dado cuenta. Me habría preocupado la investigación y trataría de entender todo. No habría estado centrada en mis sentimientos, aparte de si pensaba que podría hacerlo.
Draco todavía parecía dudoso y aterrorizado. Sus ojos eran enormes mientras la miraba.
—Quiero decir, no fue una decisión consciente la que tomé— agregó a la defensiva. —Realmente, está en contra de mi mejor juicio. Eres terriblemente cruel conmigo la mayor parte del tiempo. Esto probablemente dice cosas realmente horribles sobre mi autoestima o algo así.
Draco hizo un sonido ahogado. La miró a punto de desmayarse.
Hermione extendió la mano y tomó la suya.
—Draco, cuando vine aquí anoche, estaba segura de eso. Aunque has sido tan amable como un puercoespín y nunca has hecho nada más que burlarte de mí cuando no estábamos trabajando. Cuando se trataba de todas las cosas que más me importaban; todas las veces que más necesitaba a alguien; siempre estabas allí. Y eso me hizo enamorarme de ti. Pero te di por sentado, así que no me di cuenta, no hasta que pensé que ibas a irte y sentí que mi corazón se estaba rompiendo.
—Dilo— dijo, suplicando.
Hermione se inclinó hacia delante para que sus caras estuvieran separadas solo por un suspiro. Sus ojos se encontraron el uno al otro.
—Draco Malfoy, te amo.
Draco se estremeció ante las palabras. Como si algo profundo dentro de él se hubiera roto.
Hermione se acercó aún más a él, sin preocuparse más por sostener la sábana.
Él no le creía.
No podía hacerlo.
Ella podia decírselo mil veces.
En cierto modo, apenas podía creerlo ella misma.
Las emociones realmente no eran su fuerte. Especialmente no las románticas. Pero estar enamorada de él se sentía diferente de cualquier otro sentimiento que hubiera experimentado. Abrumadoramente cierto. Quizás por lo repentino con que la había golpeado. No fue una cosa consciente y creciente que había tenido meses y años para reflexionar en el camino. Había sido tan secreto y lento, y de repente solo... lo supo.
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Love and Other Misfortunes *Traduccion*
FanfictionFanfiction de SenLinYu Después de la Batalla de Hogwarts, Hermione Granger ha dedicado su carrera a los derechos de los seres mágicos y trabaja a regañadientes con el sardonico cabildero del ministerio, Draco Malfoy. Pero hay magia antigua en acción...