La primavera había llegado a Nueva York, en el mes de abril la temperatura era cálida y de cielo despejado. La ciudad se encontraba envuelta en aquella frescura primaveral, mientras que los turistas disfrutaban de los escenarios que la naturaleza ofrecía.
Ailén recorría Central Park, sus clases habían terminado y se permitía tomarse un descanso de las ocupaciones de la semana. Admiraba los grandes árboles y las hermosas flores que relucía bajo aquel cálido sol de medio día. Su celular sonó, era la llamada de su amigo Antoni.
-¡Antoni, hola! – hablo entusiasmada, sentándose en una banca frente a una fuente.
-¡Ailén, cuanto tiempo sin escucharte! – su ánimo no cambiaba con el paso del tiempo – Hace días que quería llamarte, pero los deberes son demasiado.
-Te entiendo – dijo acomodándose el cabello corto y castaño - ¿Cómo han estado?
-Muy bien, estos dos años se han ido volando.
-Estoy de acuerdo – respondió, recordando lo rápido que pasaba el tiempo.
-Cuéntame, ¿Qué ha sido de Violet y Lucy?
-Bueno, Violet ha comenzado a vivir con Dean – recordaba a ese par de enamorados que parecían amarse más cada día – Viven cerca de aquí, en 220 Central Park South.
-Vaya, de hecho he visto muchas noticias sobre Dean, se ha vuelto realmente famoso.
-Si, hace algunos meses creó su propia marca de ropa. Violet estudia diseño de modas en la Escuela de Diseño Parsons y eso le da muchos beneficios porque ambos se apoyan mutuamente.
-Es sorprendente, Parsons es una escuela muy prestigiosa. Me da gusto por ellos.
-La verdad es que su amor parece sobrepasar todos los obstáculos – sonrió para sí misma.
-Es verdad, ¿Y Lucy?
-Lucy – repitió Ailén, imaginando lo que estaría haciendo en esos momentos – Estudia comunicación en la misma universidad que yo, Columbia. No nos vemos mucho, esta ocupada con su programa en la estación de radio, pero solemos reunirnos con Violet y Dean, por lo menos una vez al mes.
-Es genial, lo importante es no perder la comunicación.
-De hecho, el amor parece aún no haber aparecido en su vida y eso la tiene algo triste.
-No debería preocuparse, tal vez el amor está más cerca de lo que cree – dijo, recordando aquellas palabras de la propia Ailén quien sonrió al recordarlo.
-Eso me recuerda ¿Cómo van Sofía y tú?
Antoni rio con gusto – Muy bien – habló feliz – Al fin me di cuenta de lo mucho que la amaba, aunque si no hubiese sido por ese tipo Andrew, tal vez no me hubiese dado cuenta. Ambos elegimos estudiar en la Universidad de Florencia y nos va muy bien. Ella estudia economía y yo marketing.
Ailén recordaba lo que su amiga Sofía le había contado, el tiempo pasaba y parecía que Antoni no tomaba una decisión y eso la cansó, conoció a un chico de su edad llamado Andrew con el que salió durante algún tiempo, pero gracias a eso Antoni recapacito y se dio cuenta que realmente la quería a su lado, no sólo como su amiga sino como su novia.
-Te lo dije, si no te apuras te la robaran – rio Ailén.
-Lo sé, pero lo importante es que ya estamos juntos. ¿Por cierto, Grey cómo ha estado? Hablamos muy poco.
-No se que decir – Ailén suspiro, el recordar a su amigo le tenía preocupada y triste – Sigue sin enfrentar a sus padres y hablar sobre su orientación sexual. Después de darse por vencidos con una boda entre él y yo, le obligaron a tomar las riendas de los negocios familiares, siempre está estresado, ocupado y viaja mucho a Europa y Asia. Me preocupa que su salud se dañe.
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Volver Amar
Teen Fiction**Segunda parte de Creo que me enamoré** Han pasado cinco años desde los sucesos en Italia. La personalidad de Ailén ha cambiado radicalmente, pasó de ser una chica alegre, amable, sonriente y cálida a ser una mujer de personalidad fría, fuerte, poc...