CAPÍTULO 15

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Sábado 9 de mayo, 7:33 P.M.

Cedric bebía café en la terraza de su casa, su hija había hecho un desastre con sus juguetes y ahora mismo veía una película de princesas que tanto amaba.

—No habría estado haciendo esto hace diez años — sonrió mientras levantaba una de las muñecas de su hija, recordando lo que estaría haciendo un sábado por la tarde en su pasado. Estaría por salir de su casa en dirección de algún antro dónde bailaría y bebería con un grupo de chicas desconocidas con quienes al final terminaría teniendo sexo durante buena parte de la noche, o tal vez su amigo Dean lo habría llevado a una fiesta exclusiva llena de modelos y actrices con quienes también pasaría una buena noche.

En cambio, ahora ambos estaban haciendo todo lo contrario. Dean pasaba una noche romántica con su futura esposa y madre de su hijo y por su parte él ahora mismo bebía café mientras recogía los juguetes de su hija, quien sin ninguna duda era más importante que cualquier otra mujer. A excepción de una que compartía la misma importancia que ella o más bien de una manera diferente, pero que de igual forma se metía en su mente a cada segundo del día.

—¿Qué estás haciendo ahora mismo? ¿Aún estás con él? — preguntó, bufando con molestia y algo triste al pensar que la mujer que amaba podría estar junto a otro hombre.

El sonido del timbre de su casa lo hizo dejar de pensar en cosas tan deprimentes, dio un último sorbo a su café y salió de la terraza para abrir la puerta principal.

—No mires la televisión desde tan cerca — le dijo a su hija mientras pasaba junto a ella. Sin obtener respuesta, la niña tomó asiento en el sofá sin dejar de ver la televisión.

Al abrir la puerta un par de botellas de vino y una bandeja de aperitivos estaban frente a él —¡Cedric! — gritó Verónica, acercándose a él aunque sin poder abrazarlo adecuadamente por tener las manos llenas.

Cedric tomó algunas cosas en sus manos y abrazo con fuerza a su amiga que hace casi cuatro meses que no veía —¡Verónica! Pasa ¿Cómo has estado?

—Bastante bien gracias — entró viendo a la pequeña que aún veía su película — ¡Ely!

—¡Tía! — grito la pequeña, por fin despegando la vista de la televisión.

—Hola pequeña — se arrodilló para darle un fuerte abrazo y un beso en la mejilla — ¿Cómo te va en la escuela?

—¡Bien! Ailén es mi maestra y también mi mami — miró con una amplia sonrisa.

Verónica sonrió ante la tierna actitud de la niña para después ver a Cedric tratando de saber de lo que estaba hablando su hija — Una larga historia — respondió él — Vamos a la terraza a platicar — tomó las cosas y salió de la sala.

—¿Su mami? — preguntó mientras abría una botella de vino.

Cedric sirvió un par de copas y tomó asiento en una de las sillas — Ely se encariño tanto con Ailén que terminó pidiéndole ser su madre.

—¿Y está bien? — preguntó, bebiendo su copa.

—Claro, por mi no hay problema.

—¿Y para Ailén?

—Supongo que tampoco, nunca se negó. Además ella también quiere mucho a Ely — sonrió al recordar lo bien que se llevaban ambas.

—¿Cómo han estado las cosas entre ustedes? — preguntó, observando de reojo la reacción sería de su amigo.

—Tensas — respondió, mientras comía un trozo de jamón — Desde que llegue las cosas han estado algo mal, en un inicio ni siquiera me toleraba — buzó con tristeza — Después gracias a Elayne, Ailén se volvió un poco más amable y parecía no odiarme tanto. Pero, sigo notando que siempre está a la defensiva.

—Es normal — dijo Verónica, refiriéndose a la traumática situación que su hermana había vivido — Ella aún no está lista — Cedric se dio cuenta de que hablaba de algo más.

—Y cuando parecía que todo estaba “mejor” — su rostro evidenciaba la molestia que sentía — Aparece un imbécil que parece morir por ella — apretó las manos con fuerza — Con esa sonrisa estúpida, perfecto cabello y una juventud en pleno comienzo — se tocó el cabello denotando frustración — Me parece tan estúpido que no puedo creer que Ailén actúe tan cortés con un tipo así.

Verónica comenzó a reír intentando no atragantarse con el trozo de queso que estaba comiendo — Lo que me parece es que estás celoso.

Cedric no respondió ante el comentario de su amiga, porque incluso él sabía que era cierto — No se porque te burlas de mi desgracia.

—No me burlo — calmó su risa — Simplemente es gracioso ver al gran Cedric Blake celoso y pensar que antes era tú quien causaba celos en otros hombres — Verónica tomó una postura más seria y bebió su último trago de vino — ¿Qué pensabas que pasaría cuando llegaste a Nueva York?

—Pensé que podríamos retomar nuestra relación como era debido. Hablaría con mi hermano y Vannesa, creí que las cosas estarían bien entre nosotros.

Una risa sarcástica causo que Cedric mirara con duda a Verónica — ¿Eres idiota? — dijo, causando sorpresa en el escritorio — Creíste que después de haberte alejado de ella por cinco años, Ailén te recibiría con los brazos abiertos.

—No del todo, pero algo así.

—¿Cuándo dejaras de ser tan jodidamente egoísta? — aquellas palabras causaron que Cedric se sobresaltara — Tú viviste tu vida como más te combino, criaste a tu hija e incluso tuviste una relación estable por un par de años con Frella — la mención de aquel efímero romance le hizo ponerse serio — ¿Y crees que Ailén estaría esperándote hasta que se te ocurriera aparecer?

Hubo silencio por un par de segundos — Tal vez no.

—¡Pues claro que no! Ailén tenía todo el derecho de continuar con su vida, vivir un romance y tener sexo con quién quisiera. No vivimos en los años 20’ cuando las mujeres esperaban durante meses que sus esposo volvieran de la guerra, para continuar con sus relaciones — Verónica no podía ignorar la actitud de su amigo y si ella no lo ayudaba seguiría cometiendo errores —Pero sabes que Cedric, te tengo una noticia. Ailén, ya no es la misma niña inocente que te veneraba como lo hacía.

Una mirada triste se colocó en el rostro de Cedric, que a pesar del tiempo aún seguía siendo tan apuesto como siempre — Lo se, ha cambiado demasiado.

—Hay muchas cosas que tú aún no sabes — dijo — Ailén ha pasado por cosas realmente duras, cosas que tal vez podríamos haber evitado.

Aquel comentario causo que un escalofrío recorriera su espalda y apareciera un hueco en su estómago — ¿De que estás hablando? — su voz se escuchaba alterada ante la idea de saber lo que le había sucedido a Ailén. Un extraño hormigueo recorría su cuerpo, de verdad estaba aterrado al no saber lo que había sucedido «¿Qué sucedió?» se preguntaba, intentando no volverse loco ante la incertidumbre.

—Si algo malo le sucedió a Ailén, nunca me lo perdonaré — estaba a punto de llorar, pero se calmó.

—Lo siento — Verónica se puso de pie mientras sostenía su copa — Es algo que ella debe contarte.

Cedric golpeó con fuerza la mesa causando que su hija mirara algo asustada, al darse cuenta de la manera tan brusca que había actuado, se calmó — ¡Grey no quiere contarme! Y ahora tú me dices lo mismo, que Ailén debería ser quien me cuente, ella ni siquiera parece confiar en mí — su voz estaba llena de frustración al igual que su mirada — ¿Qué se supone que deba hacer?

—Ganarte su confianza — respondió sin rodeos.

—Odio sentirme tan frustrado — inhalado y exhaló con fuerza — Y ahora, no solo eso sino también el idiota que acaba de aparecer — sus ojos se cristalizaron — Verónica ¿Qué sucederá si la pierdo de nuevo?

Verónica se acercó a él, colocando su mano en su hombro — Si no quieres que eso suceda lucha por ella. Tal vez no será fácil, pero sino lo intentas nunca lo sabrás, además ¿La amas no es así?

—Como nunca antes había amado a alguien.

—Entonces, es momento de demostrarlo con acciones y no solo con palabras bonitas.

Cedric podía sentir como el miedo de perder al amor de su vida lo consumía, pero Verónica tenía razón, no era momento de sentarse a ver cómo otro venía a robarse a su amada Ailén, ahora era él quien lucharia cómo debía ser.

Lunes 11 de mayo, Mark Ingram Atelier, 3:48 P.M.

Ailén y sus amigas visitaban su segunda tienda de vestidos, habían estado probándose distintos modelos que fueran de acuerdo con la temática de la boda, pero aún no se decidían por ninguno.

—¡Violet, que gusto verla! — la gerente de la tienda se acercó a saludar con tanta amabilidad — ¿Acaso nos elegirá para ser los creadores de sus vestidos?

—Lo lamento Grace, pero mi cuñada Laurence será quien se encargue de mis vestidos.

—Que decepción, aún así estoy ansiosa por ver la obra maestra que nuestra querida diseñadora hará.

—Yo también estoy emocionada — sonrió con alegría — Hoy he vendió a elegir los vestidos para mis damas. Sería demasiado trabajo para Laurence que hiciera también los vestidos de las damas.

—Sin duda — miró al par de chicas que estaban paradas detrás de ellas — Pasen por aquí — las dirigió a una gran sala donde podían relajarse y beber champagne mientras los vestidos llegaban a ellas — Les traeré una gran y exclusiva selección de vestidos, disfruten de los aperitivos mientras regreso.

Ailén y Lucy tomaron asiento junto a su amiga que ya estaba sentada comiendo bocadillos — ¿Cómo estuvo si fin de semana? — preguntó Ailén.

Lucy pensó en lo sucedido en casa de sus padres y además en la actitud que su familia había tenido ante Sebastian — Bien, algo extraño.

—¿Por qué?

—Creí que mis padres harían un escándalo al saber que Sebastian es aún un estudiante de preparatoria — rodó la copa en sus manos mientras veía el movimiento del líquido — Además no dejaban de mencionar que era mi novio y aunque intenté corregirlos, nunca me entendieron.

—¿Y no lo es? — Violet comía galletas y sonreía a su confundida amiga.

—¡No!

—También pensé que era tu novio — Ailén apoyo a Violet — ¿Acaso no te gusta?

Lucy permaneció en silencio por un par de segundos — Tal vez, no lo sé — parecía confundida y era normal, probablemente era su primer amor verdadero y ella aún no lo sabía — Bien, dejemos de hablar de mi ¿Cómo te fue a ti Ailén?

—Bien, fue el festival del día de las madres y pase un buen rato con Elayne quien por cierto me pidió ser yo quien recibiera su manualidad — sus ojos brillaban al recordar a la pequeña que no dejaba de llamarla “mamá” — Fue bastante lindo. Después fui a la galería acompañada por Cedric y Ely — hizo una pausa — Llegó un tipo raro llamado James Belmont y me pidió que hiciera un trabajo para él, pintar un cuadro para una pareja de ancianos — hablaba tan tranquilamente que sus amigas no lo podían creer, al contrario ellas estaban eufóricas por saber más del hombre que recién había conocido su amiga.

—¡Cuenta! — Violet estaba visiblemente emocionada — ¿Qué más sucedió con James?

Ailén rodó los ojos, sabía lo mucho que se emocionaban sus amigas al hablar de chicos — Nada en especial, me pidió viajar con él a Londres porque la pareja vive allá, pero le dije que no estaba segura. No confío en ningún hombre — aquella última parte hizo que sus amigas se tranquilizaran, habían sido un poco inconscientes al  actuar de esa manera sabiendo la crueldad que vivió su amiga.

—Así que al final no viajarías a Londres — dijo Lucy un tanto triste.

—Me pidió una semana para demostrarme que es alguien que merece mi confianza.

Grace llegó con un par de chicas más, quienes ya llevaban una gran colección de hermosos vestidos que era casi imposible decidirse por uno solo.

“Hola Ailén ¿Estás ocupada?” James, 5:11 P.M.
“Algo, estoy en Mark Ingram Atelier buscando vestidos para una boda” Ailén, 5:32 P.M.

5:52 P.M.

—Muchas gracias Grace, vendré por los vestidos en cuanto me llames — Violet y sus amigas se despedían de la amable mujer que parecía encantada de que escogieron los vestidos para la boda con ella.

—¡Por supuesto! Los tendremos listos en un mes.

—Gracias — se despidieron y salieron de la boutique.

—¡Ailén! — una voz masculina hizo que las tres mirarán curiosas — Hola — una sonrisa alegre fue lo primero que vieron.

—¿James? — preguntó Ailén, sorprendida de verlo aunque no del todo — ¿Qué haces aquí?

—Te invito a comer — respondió casualmente.

Violet y Lucy estaban encantadas con el hombre frente a ellas, era guapo y de personalidad visiblemente amable — Hola — saludaron.

—Hola ¿Son amigas de Ailén?

—Si, yo soy Lucy y ella es Violet.

—Mucho gusto señoritas — besó tiernamente sus mejillas sin dejarles de sonreír — ¿Quisieran comer con nosotros?

—Nos encantaría — Ailén abrió los ojos al escuchar aquella respuesta en dúo de sus amigas.

Lucy camino a la par con James mientras reían con cualquier cosa — No quería venir — dijo Ailén acercándose a Violet.

—Escúchame — la detuvo tomándola de los brazos — Porque un hombre fue un idiota contigo, no significa que todos sean iguales. Dean y Grey son un claro ejemplo — fijo sus ojos en su amiga — Créeme, date la oportunidad de volver a confiar — la tomó de la mano y caminaron juntas, está vez Ailén no estaba sola. Sus amigas estarían con ella para averiguar el tipo de hombre que era James.

Viernes 15 de mayo, Zoológico de Central Park, 4:21 P.M.

Ailén había pasado una semana completa en comunicación con James, quien era tan transparente como un fino vidrio. No temía sonreír o hacer alguna tontería frente a ella, inclusive la hacía reír como hace tiempo no lo hacía. Simplemente ver esa boba sonrisa dibujada en él, le transmitía un cálido sentimiento a través de su corazón que ya no parecía tan frío como antes.
Por fin Ailén pudo comprender las palabras de su amiga, James no era una mala persona.

—¡Vamos! — Elayne corría para ver cada uno de los animales del zoo — Papá, quiero ver al tigre — Cedric la subió en sus hombros para que pudiera admirar al animal.

—Busquemos un lugar para comer — Dean tomó las cosas y caminó junto a su prometida.

—Iré a traer unas bebidas — Patrick parecía algo distante hacía Grey, quien prefirió dejarlo solo.

Lucy y Sebastian se tomaban fotografías con todo lo que les pareciera lindo.

—Parecen un par de niños — dijo Grey.

—Esta bien, Sebastian es el único que hace que Lucy se comporte como de verdad es ella — Ailén notó la mirada triste de su amigo y se acercó — ¿Qué sucede? No respondas “nada” porque te conozco — tomó asiento junto a él en la banca.

—Patrick ha estado actuando raro, distante hacía mi — apretó su mano y cerro los ojos — Me estoy volviendo loco.

—¿No crees que ya está siendo hora de que hables con él?

—Imposible, no soportaría que me rechace.

—No lo sabrás si no le dices.

Grey permaneció en silencio, aún seguía siendo cobarde al admitir su orientación sexual, además no se atrevía hablar con el chico que amaba desde hace años.

—¿Y tú? — dijo Grey, acercándose a su amiga — ¿Que hay de James?

—¿A qué te refieres?

—No te hagas la tonta — le sonrió — ¿Te gusta?

Ailén pensó en aquella pregunta, hace años que no sabía exactamente si podía volver amar, pero James se estaba ganando su cariño aunque no sabía si también su amor.

—No lo sé — respondió, sonriéndole a Elayne que se acercaba a ella con una gorra parecida a la que usaba.

—Mami — le entregó la gorra — Úsala para ser iguales.

—Ok — sonrió y se la colocó en la cabeza — Vamos a comer — La tomó de la mano y caminaron hasta donde sus amigos ya estaban preparando el picnic.

5:18 P.M.

El cielo comenzaba a nublarse causando que el sol se escondiera entre las oscuras nubes.

—Deberíamos irnos, comenzará a llover en cualquier momento — Violet se puso de pie seguida por su prometido.

Recogieron todo y guardaron las cosas en el auto de Dean, algunas gotas comenzaron a caer señal que era hora de irse.

—¡Ailén! — se acercó James con ropa casual y una gorra — Linda gorra — sonrió al ver que ella y su “hija” compartían una de pareja.

—¡Lo sé! — Ely salto de emoción al escuchar el halago del recién llegado.

—Estamos por irnos — Cedric cargo a su hija y abrió la puerta del copiloto, esperando que Ailén subiera.

—Si, eso veo — notó la manera en que Cedric lo miraba y sin duda sabía lo que pasaba — En realidad venía por Ailén — rodeó con su brazo a la chica y sonrió retando a Cedric — ¿Me acompañas? Quiero mostrarte algo.

Ailén sintió que estaba en medio de una lucha de miradas entre Cedric y James — Si está bien — dijo finalmente, después de pensarlo.

—¡Genial! — la soltó para después tomar su mano y salir corriendo.

El corazón de Cedric se quebró en pedazos. Un dolor agudo apareció en su pecho, sus piernas temblaban y el hueco del estómago apareció de nuevo. Había perdido. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Ailén sonreír alegremente junto al hombre que corría «Mierda» maldijo, al sentir que la lluvia comenzaba a caer sus lágrimas también lo hicieron.

Dean tomó a Elayne y la subió a su auto — Me llevaré a Ely con nosotros, se quedará en nuestra casa — le dio un pequeño golpe en el hombro y subió al auto.

Lucy y los demás también se fueron, dejando al destrozado Cedric viendo en dirección a donde Ailén había ido.

6:14 P.M.

Cedric conducía sin rumbo, el dolor aún persistía y la imagen de Ailén al sonreír se clavo en su mente. La lluvia era más intensa y prefirió estacionarse frente a una plaza, el golpeteo de la lluvia hacía conjunto con su llanto, apretó volante y lo golpeó tango como quiso.

En la radio “Let her go” de Passenger sonaba tenuemente, pero aún así se dejaba escuchar a pesar de la lluvia.

Porque solo necesitas la luz cuando se está consumiendo,
solo echas de menos el sol cuando empieza a nevar,
solo sabes que la quieres cuando la dejas marchar.
Solo sabes que has estado bien, cuando te sientes de bajón.
Solo odias la carretera cuando echas de menos tu casa,
solo sabes que la quieres cuando la dejas marchar.
y la dejas marchar.

Las lágrimas caían por sus mejillas, estaba destrozado — Te dejé marchar — dijo, mientras una sonrisa amarga apareció en su rostro cubierto por lágrimas. Su mente estaba hecha un desastre al igual que su corazón «El karma es tan despiadado» se dijo a si mismo, apretando su pecho.

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¡Hola! ¿Qué les pareció este capítulo? Quería retomar el ritmo para escribir mis novelas ya que estaba dejándolas muy de lado y la verdad es que también estaba ansiosa por continuar escribiendo.
Espero que les guste tanto como a mí, como les había comentado estaré escribiendo una nueva novela muy diferente a las dos que están publicadas, aún estoy algo indecisa porque no sé si les gustará, pero no quiero estancarme en un solo tema como lo es el romance. Subiré el primer capítulo esta semana, así que espero su apoyo.

Saludos!!

PDT: ¡¡Cuéntenme si les gusto!! 🙈💐💘🙊

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