Sábado 30 de mayo, Imperial Park, 7:03 A.M.
—Nina — Ailén llamo a su mascota, mientras corría alrededor del departamento — Debes pórtate bien, Grey te cuidara.
—No te preocupes, lo tengo bajo control — le entregó una taza de café mientras veía las maletas negras en la entrada — ¿Llevas todo? — preguntó con un tono desanimado.
Ailén se dio cuenta que no era momento para hablar sobre sus maletas — Grey — tomó su mano, viendo cómo sus ojerosos ojos la miraban — Se que duele y creo que soy la menos indicada para hablar sobre dejar el pasado atrás, pero no puedes quedarte en el suelo ante un rechazo.
—Nunca antes había amado tanto a una persona — sus manos temblaban — Incluso cuando pensé que las cosas irían bien con Víctor hace años, no funcionó — al mencionar al chico que le rompió el corazón, Ailén sabía que las cosas no estaban bien — Simplemente creo que debería rendirme.
—¡No! — lo miró con desesperación, ella había vivido en carne propia lo que era que alguien se rindiera antes de continuar luchando por el amor — Escúchame, debes seguir adelante incluso si Patrick no es el indicado pronto vendrá quien lo sea — lo abrazó con fuerza bastando para que Grey se soltará en llanto sobre su hombro.
8:23 A.M.
—Papi ¿Cuándo regresas? — Elayne seguía en sus brazos, era la primera vez que Cedric se iría sin ella y eso le pesaba a ambos.
Le dio un beso en la mejilla y le sonrió — Regresaré más rápido de lo que piensas, despedirás de que duermas una noche con el tío Dean y la tía Violet — le hizo cosquillas en el estómago causando que una pequeña carcajada de la niña se escuchará en todo el aeropuerto — Pórtate bien y se una buena niña.
—Si, lo prometo — unieron sus dedos meñiques como si fuese la promesa más inquebrantable y es que para ellos así era.
Ailén también se despidió de ella, Violet y Dean quienes se quedarían a cuidar a la pequeña.
Aeropuerto Internacional O'Hare, 10:14 A.M
Llegaron a Chicago, tendrían que rentar un auto para moverse por la ciudad e ir al hotel que Grey había rentado para ellos.
—Iré hacer el trámite para el auto ¿Esperas aquí? — Cedric se levantó de la silla mientras daba su último trago de café y miraba a la pensativa Ailén que no dejaba de ver su taza de té — ¿Ailén? — tocó su antebrazo para llamar su atención.
—Aquí te espero — respondió sin mirarlo.
—Ok, regreso en un rato — se fue dejándola sola.
«¡Dios! ¿Qué me pasa?» su cabeza daba tantas vueltas que apenas y se concentraba. No dejaba de pensar en lo que sentía, es decir, volver amar a Cedric no era una locura, pero tampoco era la mejor de las ideas. Aún sentía resentimiento por quién la dejo sin volver a buscarla y se acobardo ante el amor, lo peor era que aunque pensará que todo ese amor que sentía por él se había perdido ahora mismo sabía que seguía escondido en su interior.
«Me contradigo demasiado ¿Lo amo o no?» debía poner sus pensamientos en orden y saber si continuar con el amor que sentía era lo correcto. Cada vez era más difícil entenderse a si misma «¿Qué debo hacer?»
“Contrólate, recuerda que este viaje servirá para tomar tu decisión” esas habían sido las palabras de Lucy y Violet al saber que me iría de viaje con Cedric «Ellas tienen razón» dio pequeñas bofetadas a sus mejillas y salío de la cafetería.
—Estaba por ir a buscarte — Cedric se detuvo frente a ella con esa tonta sonrisa que siempre la enamoró y que aún seguía causando que su corazón saltará de emoción — ¿Lista?
—Si — respondió con una media sonrisa que a duras penas trató de no mostrar — Vamos.
Salieron del aeropuerto, el hotel en el que su amigo había rentado las habitaciones estaba a casi media hora de camino. Durante el trayecto hubo silencio, solo se podía escuchar la música de fondo.
“Sale el sol” de Shakira comenzó a sonar y sin pensarlo demasiado, Ailén subió el volumen.
Estas semanas sin verte
Me parecieron años
Tanto te quise besar
Que me duelen los labios
Mira que el miedo nos hizo
Cometer estupideces
Nos dejo sordos y ciegos
Tantas veces
—¿De verdad? — preguntó Cedric al escuchar que Ailén cantaba a todo pulmón — ¡Vaya! — le sonrió, mientras se unía en coro a ella.
Y un día después
De la tormenta
Cuando menos piensas sale el sol
De tanto sumar
Pierdes la cuenta
Porque uno y uno
No siempre son dos
Cuando menos piensas
Sale el sol
Te llore hasta el extremo
De lo que era posible
Cuando creí lo que era
Invencible
No hay mal que dure cien años
Ni cuerpo que lo aguante
Y lo mejor siempre espera
Adelante.
Reían mientras cantaban esa canción vieja, pero que no dejaba de encantarles. Habían regresado esos momentos entre ellos, aquellos que los hacían encerrarse en su propio mundo perdiendo la noción del tiempo y en dónde solo estaban ellos dos.
The Peninsula Chicago, 11:18 A.M.
Entraron al gran y lujoso hotel, se dirigieron a recepción en dónde una joven chica sonrió en cuanto los vio.
—Buen día — saludo al par — ¿En qué les puedo ayudar?
—Buen día — respondió Cedric — Tenemos una reservación a nombre de Cedric Blake — la mujer parecía entusiasmada al escuchar el nombre de quién estaba frente a ella.
—Por supuesto — comenzó a buscar la reservación en su computadora — ¡Ah! ¿Son recién casados?
—¿Disculpe? — Ailén se acercó a ella al no comprender lo que decía.
—Si, reservaron una suite de lujo con terraza — sonrió nuevamente — Normalmente es reservado por parejas recién casadas.
—Debe haber un error — Ailén intentó corregir a la chica.
—No señorita, la reservación se hizo el día jueves por la mañana.
«¡Grey, lo tenías todo planeado!» maldijo a su astuto amigo.
—¿Podemos cancelar? — preguntó.
«!Por favor, que no se pueda!» rogaba Cedric mientras esperaba una respuesta.
—Lo Lamento señorita, las reservaciones no se pueden cancelar y debido a las fechas casi todos los hoteles estarán llenos.
«¡Si!» casi brincaba de alegría al saber que todo seguía de su lado.
«¿Fechas? Por Dios, porque en estos días todas las familias planean salir de vacaciones» no tenía otra opción más que aceptar que debía compartir habitación con él, no era ningún sacrificio, pero aún no estaba lista.
—Nos quedamos — dio la aprobación a la chica, quien inmediatamente comenzó con el trámite para entregar las llaves.
—Su suite se encuentra en el último piso, que disfruten su estancia.
11:57 A.M.
Efectivamente, era una habitación de pareja, una sola cama tamaño king size y una amplia estancia al igual que la cocina.
—El evento de beneficencia se llevará acabo a las 2:30 p.m. — Cedric sacó su ¡Pad, estaba muy emocionado por compartir habitación con Ailén, pero eso no le quitaba lo profesional y sabía que una de las principales cosas por las que estaba allí era para conseguir que William Cooper firmara un contrato con ellos.
Ailén seguía recorriendo la habitación con su vista, intentando entender como lograría sobrevivir dos días con él — Ok, comenzaré a prepararme — entró a la habitación, dejándolo solo en la sala.
Respiró varias veces tratando de calmar su alegría que estaba por desbordarse — Tranquilo — inhalaba y exhalaba, sin poder ocultar su sonrisa — Me estoy comportando como un adolescente — se dijo a si mismo, sentándose en el sillón y mirando por la ventana. “Serán dos días, debes aprovecharlos para acercarte de nuevo a Ailén, puedes hacerlo” esas fueron las palabras de Grey y Dean al saber que su amigo tendría un viaje con la chica que amaba.
Bufó intentando concentrarse en su trabajo, todo había tiempo.
1:49 P.M.
Ailén usaba un traje sastre color negro que iba muy bien con su figura, dándole un toque de elegancia que no dejaba nada que desear.
—Te ves hermosa — la miró de pies a cabeza, su cabello perfectamente arreglado y con un maquillaje bastante sutil, sin duda esa era Ailén, su Ailén.
—Gracias — también lo miró detenidamente, era un hombre apuesto que si tratasen de buscar una imperfección en esa perfecta apariencia, tardarían años en encontrar algo. Usaba un traje negro que coincidentemente hacía juego con el de ella, con un peinado perfecto que hacía lucir sus rasgos faciales — También te ves muy bien — le devolvió el cumplido, mientras le sonreía.
—Vamos — ofreció su brazo para que ambos salieran de la habitación.
Al bajar el elevador, robaban miradas de quienes se encontraba cerca de ellos, una pareja perfecta caminaba con elegancia y derrochando sensualidad.
International Mansion, 2:42 P.M.
El recinto que se había elegido para el evento de caridad, era una hermosa mansión al estilo colonial y aspecto elegante.
—¿Ves a William? — preguntó Cedric, moviendo la silla de la mesa para que Ailén tomara asiento.
La chica miró discretamente a su alrededor — No, por lo que se es uno de los organizadores del evento así que debe estar ocupado saludando a quienes recién llegan.
—Tienes razón — Cedric tomó asiento junto a ella — Deberíamos dar una vuelta por el lugar antes de que comience el evento.
—Buenas tardes a todos — una voz masculina proveniente del podio, les hizo mirara hacia aquella dirección — Bienvenidos a este nuestro primer evento de caridad que hemos realizado junto a IE Technologies — habló el CEO de la televisora más grande de EU.
William Cooper, un hombre de aspecto elegante e imponente se paró frente a la audiencia — Gracias a todos por su presencia — una sonrisa descarada apareció en su rostro — Comenzaremos con la subasta, así que espero todos puedan aportar gran parte para esta recaudación.
Ambos se bajaron y la subasta dio inicio, desde un cuadro europeo hasta unas vacaciones en un lujoso resort fueron parte del evento.
—Ahora subastaremos nuestras piezas más valiosas — una mujer se acercó con un par de pequeñas vitrinas de cristal — L ‘Incomparable collar de diamantes y el anillo Pink Ingense — las conocedoras de joyas se asombraron por tales artículos de gran valor — Comenzaremos la oferta con $20 millones de dólares.
Las paletas con números comenzaron a levantarse junto con la voz de quienes ofrecían una suma más alta.
Ailén veía con pasión aquel par de joyas que para ella eran obras de arte — Son hermosas — sus ojos no perdían de vista ninguna pieza, ella amaba las cosas de belleza exquisita y ese par no era la excepción.
—$35 millones de dólares a la una — alguien había ofrecido una alta oferta que pocos podían superar — A las dos…
—60 millones de dólares — la voz de Cedric retumbó alrededor de la sala, llamando la atención de los presentes quienes miraban asombrados al apuesto hombre que no había dudado en ofertar en un precio tan alto.
—¡Magnífico! 60 millones a la una — todos se había resignado a perder ese par de joyas, ninguno podía ofertar más que esa tremenda cantidad — Vendido al escrito Cedric Blake — sorprendentemente el hombre a cargo de la subasta sabía el nombre de quién había comprado el par de joyas y al decir aquel nombre, las personas entendieron la razón de que comprará a un gran precio, después de todo su fortuna era tan grande y basta.
—¿Estás loco? — Ailén lo atrajo a ella — Fue demasiado.
—Pero logramos atraer su atención — susurro, sabiendo que William los miraba desde su asiento.
«Aunque en realidad lo hice por ti» se dijo a si mismo mientras veía la sería mirada de Ailén, concentrándose en su objetivo.
4:09 P.M.
—¡Cedric Blake! — por fin la presa había mordido el anzuelo, William Cooper se acercaba junto a otro grupo de importantes hombres — Un honor tener a un talentoso hombre como tú en este humilde evento.
—No me parece para nada humilde — susurro Ailén en lo bajo sin llamar la atención.
—Para nada, el honor es mío — sonrió extendiendo la mano para saludar — Aunque en estos momentos vengo en representación de Anderson International Imports — acercó a Ailén, para que no la hubieran a un lado.
—¿Anderson? — preguntó el arrogante hombre bajando su mirada para encontrarse con la chica — ¡¿Ailén!? — comenzó a reír — Vaya, casi no te reconozco. La última vez que te vi fue en el evento de tus padres hace casi ocho años — su mirada se posó en el esbelto cuerpo de la chica, que se encogió al sentir la mirada pervertida de aquel hombre sobre ella — ¿Cómo has estado?
—William, tanto tiempo — ofreció su mano para saludar, pero fue ignorada, saludándola con un beso en la mejilla — Bastante bien, gracias por preguntar — respondió a la última pregunta del hombre — Supongo que puedo decir lo mismo de ti.
El hombre parecía sorprendido de la imponente personalidad que la chica reflejaba, ya no era la misma niña cohibida que se escondía detrás de sus padres, ahora era una mujer fuerte en todos los aspectos y eso le atraía bastante.
—Me enteré del accidente de tu padre, espero que se recupere pronto.
—Gracias, le haré llegar tus buenos deseos — sonrió, haciendo que todos cayeran a sus pies.
Cedric no perdía de vista a la chica, que actuaba como toda una profesional y su personalidad derrochante de confianza le daba un toque extra. Y al verla sonreír de esa manera, incluso él cayó por segunda vez rendido ante ella.
—Y díganos señorita Ailén, a qué debemos su visita — uno de los empresarios hablo.
Ailén sonrió de nuevo — Mi objetivo principal era únicamente William Cooper — habló con franqueza, causando que Cedric temblara — Pero al tenerlos a todos aquí, porque no hacemos negocios — su firmeza llamó la atención de quienes se encontraban en aquel selecto círculo.
Hablaron entre ellos y eligieron hablar en privado, dirigiéndose a una habitación en dónde podrían hablar sin interrupciones.
Cedric y Ailén se encontraban sentados juntos, el resto frente a ellos con grandes expectativas por escuchar los negocios que la chica tenía en mente.
—Desde hace años — Ailén tomó la palabra — Mi padre Alan Anderson, ha estado al frente de la empresa — se movía alrededor de la habitación atrayendo la mirada de todos — Ahora debo anunciar formalmente que seré yo quien tome las riendas del negocios — los murmullos estallaron, había dudas acerca de si ella era capaz de llevar al éxito su empresa tal y como lo ha hecho su padre — ¡Lo sé! — elevó la voz, callando las voces — “Es muy joven” “No tiene experiencia” “Arruinara la reputación que su padre logró tener en tantos años” Se que todos tienen esas frases en sus mentes — sonrió con sarcasmo — Y la peor de todas y la que nadie quiere reconocer “Es mujer, ella no podrá hacerlo” y tienen razón soy mujer, gracias por notarlo — señaló su cuerpo y sonrió de nuevo — Pero tengo un mensaje para todos, soy mucho más valiente que muchos hombres — su lado feminista salió a la luz — Tomaré el riesgo de ser la CEO de mi empresa y saben una cosa más, se arrepentirán de no haber firmado un contrato exclusivo con mi empresa para transportar su mercancía alrededor del mundo, porque las estadísticas no mienten — sacó algunos sobres de su bolso y los entrego a cada uno — Anderson International Imports, ha sido la empresa con mayor crecimiento en el mercado y sobre todo, quien ha implementado mejores estrategias terrestres, marítimas y aéreas que nos han llevado a exportar e importar en la mitad de tiempo que otras empresas.
Aquella magnífica presentación dejo a todos con la boca abierta, no había tiempo para contradecir lo que ella decía ya que estaba preparada para cada una de las preguntas que sus posibles clientes hacían.
Después de media hora de negociación, la habitación estalló en aplausos alabando el innegable talento que podría la joven chica. Cedric al igual que los demás se sorprendió por semejante inteligencia y profesionalismo que Ailén había mostrado frente a los empresarios «Eres simplemente magnífica» pensó internamente, mientras veía a los demás hombres felicitar a quien desde ese momento se había coronado como la Reina de los negocios.
—Ailén, Cedric — Cooper se acercó a la elegante pareja que bebía champagne con los demás miembros de la nueva sociedad — Está noche habrá una fiesta en The Crystal Gardens y estaremos ansioso de contar con su presencia.
—La temática será “Cuentos de hadas” — Roselline, la esposa de William se unió a ellos con una sonrisa encantada por la temática.
—Si — su esposo parecía algo inquieto con aquel tema — Insistieron, así que no tuvimos de otra.
—¡Oye! — lo golpeó débilmente en el estómago causando la risa de William — Como sea — se dirigió a Ailén tomándola de la mano — Nos vemos más tarde.
—Por supuesto — respondió Ailén — Estaremos allí.
—Muy bien, nos vemos a las 7:00 p.m. — se despidieron de todos y salieron del lugar.
—¡Felicidades! — Cedric la tomó de la cintura girándola en el aire como solía hacerlo — Estuviste increíble.
—Muchas gracias — Ailén sonreía con tanta alegría que ni siquiera se había percatado de que se encontraba muy cerca del rostro de Cedric.
—Perdón — la bajo causando que ella se sonrojara al igual que él. Graciosamente parecían una pareja de puertos.
—Será mejor que vaya a una boutique para buscar un vestido — sacó su celular para ayudarse con Google Maps y encontrar un buen lugar cerca.
—Si, vamos te acompaño.
Ailén no se negó y subieron al auto para dirigirse varios lugares cercanos.
7:08 A.M.
—¡Ailén! — tocó la puerta de la habitación por tercera vez — Se que él lugar nos queda muy cerca, pero de todas formas no deberías llegar tan tarde — desde hace más de una hora que las estilistas lo habían sacado de la habitación para comenzar a arreglar a Ailén y aún no había señal de ellas.
Se recargó en la pared del pasillo a revisar su celular para matar el tiempo.
Doce minutos después…
La puerta por fin se abrió y el trío de chicas salió tan risueñas como habían llegado — Listo señor — dijo una de ellas — Su esposa está lista.
«¡¿Esposa!?» sonrió de alegría al escuchar aquella palabra — Gracias — no negó el error de la chica — ¿Cuánto será? — dijo sacando su billetera.
—Su esposa ya ha pagado la cuenta — sonrió — Si nos disculpa, es todo por nuestra parte, con permiso — tomaron sus cosas y comenzaron a caminar.
—Por cierto — la última de las chicas se detuvo — Se ve como una princesa — sonrió alejándose por completo de su vista.
El sonido de un par de tacones acercándose desde la habitación lo hizo mirar en esa dirección — Estoy lista — Ailén se presentó frente a él, quitándole el aliento. Hermosa era una palabra corta para tal belleza que resaltaba espléndidamente aquel vestido celeste con detalles florales que combinaba con su piel blanca, un sutil maquillaje y un delicado peinado de dos delgadas trenzas que se unían en una sola.
—Te ves hermosa — no dudó en elogiar a la bella mujer que provocaba que su corazón se detuviera con su andar — Eres toda una princesa.
Ailén se sonrojo por aquellas palabras que hacía mucho tiempo no había escuchado — Gracias — escaneó a su acompañante — ¿Haces cosplay? — lanzó una carcajada al ver el traje azul algo antiguo que usaba Cedric.
—¡¿Qué!? — dio una vuelta presumiendo su traje — Soy un apuesto príncipe — sonrió.
—Claro — aceptó con sarcasmo — Es hora de irnos, apuesto príncipe — volvió a reír para después tomar el brazo de Cedric y salir del hotel.
The Crystal Gardens, 7:42 P.M.
—Vaya, si que hicieron un gran trabajo con la decoración — al llegar luces vintage colgando de los árboles, pétalos de flores esparcidos en el suelo, música de piano y hermosos candiles eran parte de la temática.
—¡Bienvenidos! — William y Roselline se acercaron a la pareja con unos hermosos trajes muy a la ocasión — Se ven magníficos en sus trajes — Roselline se maravillo con la hermosa y joven pareja que lucían como una pareja de Disney — Por favor, disfruten de la fiesta — los encaminó al interior que era por decir menos, un encanto, realmente parecía un bosque encantado.
Todos los invitados lucían como príncipes y princesas. Ailén se robaba miradas de los presentes mientras que Cedric hacía suspirar a más de uno. El bullicio se escuchaba mientras ellos caminaban, sin duda eran la pareja de quienes más hablaban.
Tomaron asiento junto a otros invitados con quiénes entablaron una amena conversación, mientras bebían y comían los aperitivos que ofrecían.
—¿Quieres bailar? — se acercó un hombre joven, invitando a Ailén quien realmente prefería no ir con él.
Cedric se dio cuenta de la incomodidad de la chica — Lo siento, mi esposa prefiere esperar para bailar más tarde — tomó su mano mientras sonreía al atrevido.
—Ok — se alejó al saber que había fracasado con su objetivo.
—¿Esposa? — Ailén arqueó una ceja mientras bebía vino.
—Es la mejor estrategia para alejar a las hienas — respondió riendo.https://youtu.be/fkVXRE7Hu98
“Le festin” comenzó a sonar — Vamos — la tomó de la mano, aquella canción les traía recuerdo de los momentos románticos que vivieron juntos.
Bailaban al son de la música, solo estaban ellos en su pequeño mundo, sonreían alegremente mientras giraban alrededor de la pista sin importarles nada más que ellos.
—Espera aquí — la dejo en el centro de la pista, yendo hasta donde se encontraba el DJ y después volvió con una sonrisa.
“Conversations un the dark” de Jhon Legent comenzó a sonar. Las parejas se agruparon para bailar esa hermosa canción.
—Esta canción te la dedico a ti — le susurro al oído mientras danzaba tomado de su cintura a paso lento, disfrutando de cada nota.
Ailén se dejó llevar, colocando su cabeza en el pecho que siempre estuvo allí para ella. Podía escuchar el latir de aquel corazón, mientras las gruesas manos acariciaban las suyas de manera delicada.https://youtu.be/c3GU-VzkF0Y
Y tú dices que no vales nada
Y te preocupas por tus defectos
Pero en mis ojos tú eres perfecta como eres
Como eres
Nunca intentaré cambiarte, cambiarte
Siempre querré lo mismo de ti, lo mismo de ti
Juro por todo lo que rezo
Que no romperé tu corazón
— “Mi amor, deberías saber estoMi amor estaré dónde tú estés” — cantó esa parte muy cerca de su rostro, mientras sus ojos se encontraban y sus corazones se unían en un solo latido — Deseo que rompas mi corazón y hagas con él lo que te plazca — se inclinó besando sus rosados labios — Puedes lastimarme tanto como yo te lastimé — sus ojos brillaban mientras que Ailén aún estaba sorprendida por aquel beso — Pero nunca más me alejaré de ti, aunque deba esperarte por diez años más, te seguiré amando como en este mismo momento.
La música que sonaba de fondo, las risas y los murmuros se detuvieron. Ailén no podía escuchar nada a su alrededor a excepción de su estrepitoso corazón, no había nadie cerca de ella a excepción de ese hombre que la había hecho caer una vez más en el tormento.
—Esta noche no pensaré en nada — se acercó para besarlo, el deseo era más fuerte que la cordura. Era simplemente maravilloso volver a sentir esos labios que muchas veces en el pasado la hacían volverse loca.
The Peninsula Chicago, 9:26 P.M.
Nada les había importado, ni el hecho de haber dejado a sus nuevos socios en la fiesta sin ninguna explicación concreta, lo único que importaba era el deseo que desbordaba en su interior.
«Me arrepentiré de esto después» se dijo Ailén, mientras era desnudada por Cedric de la manera más delicada que hubiese podido desear «Eres tú» pensó, al sentir las fuertes manos viajar sobre su cuerpo acariciando cada rincón de este.
—Te amo Ailén — musitó Cedric entre gemidos, mientras entraba en ella. Una explosión de éxtasis se apoderó de ellos, nada importaba, solo necesitaban sentirse uno una ves más.🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴🔴
¡Hola! Se que deben estarme amando por actualizar tan rápido 🙈 jaja.
¿Qué les pareció? 🤔🤔 Se que probablemente muchos dirán "Debes hacer sufrir más a Cedric" y realmente lo tengo en mente, pero aún falta que sucedan muchas cosas y entre ellas nuestro querido protagonista derramará algunas lágrimas ya que lamentablemente no todo es color de rosa 💔
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo 🤭 💞 porque aunque no lo crean, al iniciar el capítulo no tenía planeado que terminara así, pero mi mente trabajo rápidamente en un momento bueno para ellos que después destruiré 😅 así que disfruten este largo capítulo ya que enseguida seguiré escribiendo el siguiente para subirlo el fin de semana 💘
Saludos 💐💞
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Volver Amar
Teen Fiction**Segunda parte de Creo que me enamoré** Han pasado cinco años desde los sucesos en Italia. La personalidad de Ailén ha cambiado radicalmente, pasó de ser una chica alegre, amable, sonriente y cálida a ser una mujer de personalidad fría, fuerte, poc...