CAPÍTULO 18

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Nueva York, 2:31 A.M.

—¡Cedric! ¿Sigues allí? — la voz de Ben sacó a su amigo de sus pensamientos.

—Si, lo siento — tocó su frente, sentía el sudor frío que recorría hasta sus cienes — Necesito saber más de él.

Ben se quedó en silencio pensando en cómo ayudar a su amigo — ¡Reiko Okami! — habló tan fuerte casi como en un grito — Pídele ayuda a ella, recuerdo que su esposo tiene demasiados contactos en Nueva York, él te puede ayudar.

Cedric se puso de pie al sentir un rayo de esperanza — ¡Tienes razón! Hablaré con ella a primer hora — sus piernas temblaban señal de que el miedo aún recorría su cuerpo, su voz aún temblaba al igual que sus manos — Necesito saber más sobre ese caso.

—Lo se, espero que puedas descubrir lo que pasó — Ben estaba tan frustrado como su amigo y su única manera de ayudar era encontrar más información — Te llamaré si encuentro algo más.

—Gracias — un largo suspiro se escuchó — En cuánto encuentre algo, te aviso. Buenas noches y muchas gracias por todo.

—No tienes nada que agradecer, hasta luego — el sonido de la llamada terminada se escuchó a través de la bocina. Cedric caminó alrededor de su oficina, no tenía tiempo para dormir, solo quería respuestas.

Hampsted Lane, 8:07 P.M.

James se había calmado, veía la resplandeciente luna mientras que Ailén lo acompañaba.

—Sigo sin entender como lograste superar tu dolor — Ailén fijaba sus ojos en la luna mientras que el viento rozaba su piel — Eres increíble.

—No lo soy — James la veía ahora a ella — Lloraba y me culpaba de lo que pasó, pero gracias a los padres de Ymir logré salir adelante.

—¿Sus padres? — preguntó curiosa.

James le sonrió — El señor y la señora Garmin.

—¡¿Qué?! — Ailén estaba evidentemente sorprendida ante la confesión de su compañero — Vaya, no me lo esperaba.

Una risilla graciosa se escuchó — Si, ellos eran mis suegros y ahora somos buenos amigos — ahora todo era más claro, es por eso que la relación que tenía con ellos era tan buena — De hecho, mañana por la mañana iremos a visitar su tumba — sus ojos entristecieron — Este sería nuestro aniversario de bodas — tocó su pecho, sacando un anillo en una cadena.

Ailén no hizo preguntas ya que era lógico que aquel anillo fue lo que los único en matrimonio.

—Esta bien, esperaré a que regresen y poder comenzar con la pintura.

—¡No! — James se puso de pie ahora con su usual sonrisa — Ve con nosotros, sus padres también me pidieron que nos acompañaras.

Ailén rascó su mejilla con nervios, no creía que fuese respetuoso que ella los acompañará después de todo solo era una desconocida — No creo que sea prudente.

—Insisto — la tomó de la mano — Acompáñanos.

Bufó ante su insistencia — Lo pensaré.

—Muy bien — de nuevo tomó asiento junto a ella — ¿Y me contarás cuál es el amor que perdiste?

Ailén sintió un hueco en el estómago, no quería ser la única sin hablar sobre su pasado, pero no sabía si estaba preparada para hablar.

—Oye — posó su mano en el delgado hombro de la chica — Para superarlo, primero debes hablar de ello.

«¿Superarlo?» sintió un golpe en el corazón, su mente estaba nublada y aún no comprendía exactamente qué era lo que quería «¿De verdad deseo superarlo?» se preguntó a si misma, odiaba pensar en él porque sus sentimientos comenzaban a desbordarse sin sentido.

—¿Tanto amas a Cedric? — James podía ver aquella expresión en el rostro de Ailén, estaba abatida y triste ante la idea de superarlo.

—No lo sé — respondió colocando sus manos en la cabeza — Fue mi primer amor, ese que te hace soñar con una vida feliz sin preocupaciones — bufó cubriendo su boca — Odio, tristeza, decepción, son emociones que aprendí gracias a él. Nos dejamos a pesar del amor que nos juramos y lo peor es que soy la única que continúa pensando en ese romance cuando él lo olvidó y lo superó saliendo con alguien más — sentía un nudo en la garganta, cerró los ojos tratando de no llorar y quebrarse como tanto de deseaba — Soy tan estúpida — sonrió mientras las lágrimas la traicionaron.

James la abrazó mientras acariciaba su cabello — No eres estúpida — quería protegerla, que supiera que alguien estaba a su lado — Solo te enamoraste.

Ailén sintió la calidez de James sobre ella, su personalidad tan amable y jovial le hacía difícil creer que alguna vez sufrió tanto — Gracias — se alejó de él sonriendo — Aún no se exactamente como me siento hacía él, pero se que algún día podré superarlo.

—Lo se — James haría más preguntas, pero sabía que había algo más que Ailén no le había contado, lo cual era lo que de verdad tenía que superar — Vamos a dormir, mañana nos iremos a las 8:00 a.m. — ambos caminaron al interior de la casa, separándose para que cada uno descansará en su respectiva habitación. 

8:12 A.M.

Habían salido en dirección a Oxford la ciudad donde Ymir descansaba, era un viaje en auto de una hora y veinte minutos así que habían planeado ocuparse toda la mañana. El viaje era divertido, con cada ocurrencia de James y conversaciones interesantes por parte de los padres de Ymir.

—¿Sólo te decidas a la pintura, Ailén? — el señor Garmin preguntó curioso a la joven que parecía siempre intentar no pensar de más.

—No, doy clases en un instituto de preescolar, también clases en un centro comunitario y trabajo en la empresa de mis padres — respondió — Algunas veces asisto a eventos de arte y atiendo mi galería.

—¡Vaya! — la pareja de ancianos estaban muy sorprendidos por lo mucho que la chica hacía — Eres muy trabajadora.

—Prefiero mantener la mente ocupada — James escuchó aquella frase con más intriga que antes, ahora estaba más seguro que la chica batallaba con algo que no era capaz de afrontar — Es mejor así.

—Es verdad — Juliana complemento aquella conversación — Algunas veces pensar de más no afecta mucho — Ailén asintió como aprobación ante su acertado comentario.

El viaje continuo sin ningún contratiempo hasta su destino.

Cementerio de Wolvercote, 9:32 A.M.

El lugar estaba envuelto en una gran tranquilidad, el viento y el canto de algunas aves era lo único que se podía escuchar.

—Es por aquí — Juliana se adelantó junto a Ailén, mientras caminaban entre un camino arbolado — Las flores de cerezo tardaron en florecer — mencionó, mientras veía como caían algunos pétalos frente a ella.

—En Nueva York florecieron justo en el tiempo indicado — respondió Ailén, sosteniendo la mano de la anciana para ayudarla a sostenerse.

Hubo silencio por un par de segundos — A veces pienso que la vida es injusta — mencionó la anciana, sin dejar de ver al frente — Te arrebata lo que más amas en un abrir y cerrar de ojos — su voz sonaba triste — Pero, también creo que no hay de otra — sonrió mirando a la joven junto a ella — Así es la vida, algunas veces amarga y otras tan dulce que no puedes creer que estás viviendo tanta felicidad.

Ailén comprendía mejor que nadie aquellas palabras, su vida llegó a su punto más alto en cuestión de felicidad cuando estaba junto a Cedric, pero después probó lo más amargo de la vida al tener que alejarse de él — Tiene razón — respondió — Creo que no hay porque odiar lo que la vida nos da, solo es cuestión de verla con los ojos adecuados.

Juliana asintió y caminó lento — Sabes, cuando nos enteramos que Sam padecía Esclerosis lateral amiotrófica, no lloramos ni uno de los dos — lo decía de una manera tan tranquila que era imposible creer que hablaba de su esposo — No me malinterpretes, amo a Sam más de lo que pudiera haber llegado amar a alguien más, realmente estoy feliz de haber pasado mi vida junto a él — parecía haber leído la expresión de Ailén en ese momento — Pero es solo que, perder a nuestra hija fue el dolor más grande que podríamos haber sentido — tocó su pecho como si hubiese sentido un dolor atravesar su corazón — Además, estamos agradecidos con la vida por darnos muchos momentos felices, es por eso que esta vez recibimos a la muerte con lo brazos abiertos, Sam decidió la eutanasia pasiva porque no quiere verme sufrir — un largo suspiro se escapó de sus labios —  Tienes razón, solo tienes que ver la vida con los ojos adecuados y eso es lo que nosotros hicimos. No lloraremos o sufriremos, al contrario estaremos felices por lograr vivir tanto como para disfrutar de nuestro amor.

Ailén escuchó atenta cada palabra que la anciana decía, su corazón se calmó después de estar tan alterado pensando en Cedric, en esos momentos había aprendido algo nuevo y en lugar de sufrir por un amor que no logró traspasar las barreras, recordara los buenos y felices momentos  al lado del hombre que marcó su vida. Aún no lo superaba y estaba consiente de ello, pero dejaría atrás el odio que sentía y comenzaría a vivir.

—Gracias — sonrió Ailén tan sinceramente que causaba satisfacción verla.

Juliana le correspondió aquel gesto tomando su mano sin decir una sola palabra.

Al contrario James y Sam caminaban muy por detrás de ellas.

—Es una buena muchacha — comentó Sam viendo cómo su esposa disfrutaba el momento a solas con ella.

—Si lo es — una mirada melancólica se posó en el rostro del más joven.

Sam sonrió mientras que caminaba lentamente — Creo que ya es hora — dijo colocando su mano en el brazo de James — Quiero que está sea la última vez que vengas a verla.

Giró su vista tan rápido como pudo, estaba alterado ante lo que acababa de escuchar — ¡¿Porqué?! — gritó alterado — ¡No tiene sentido!

—Lo tiene — respondió en calma — Aunque crees que has dejado todo atrás, sigues aferrado a ella y a sus recuerdos, eso no es bueno para ti. Vienes tres veces al año a visitar su tumba y nos has procurado tanto a nosotros que parece que aún piensas que lo debes hacer. 
James seguía sin comprender, porque de pronto ahora le decía eso — ¿Tanto les molesta que venga?

—¡No! No es eso hijo — Sam intentó encontrar las palabras adecuadas — Para mi sería muy fácil pedirte que sigas cuidando de July ahora que yo no estaré aquí — su mirada estaba triste al recordar que moriría — Pero eso lo harán nuestros hijos y tú mi querido James te despedirás de mi hija y continuarás con tu vida porque aún eres joven, puedes volver amar a quien te plazca y nosotros no te reprocharemos nada. Debes vivir con el recuerdo más no el dolor — alzo su arrugada mano para posarla sobre el pecho de James — Porque Ymir vivirá aquí siempre.

—¿Es lo correcto? — preguntó mientras veía una sonrisa dibujada en el rostro de Ailén, a lo lejos se veía aún más hermosa.

—Lo es — Sam parecía haberse dado cuenta de la manera en que veía a la chica — Tal vez Ailén será aquella que espera por ti.

James movió la cabeza en señal de un “No” mientras sonreía — Ella aún está enamorada de su antiguo amor, pero parece que aún no se da cuenta.

—Muchacho, algunas veces hay que trabajar más por el amor de una persona que por el de otras, así que no te des por vencido — lo empujón levemente mientras caminaban — Sigue adelante hasta que obtengas lo que deseas.

Una sonrisa alegre se dibujo en el rostro del más joven — Lo intentaré — caminaron hasta donde ya se encontraban Ailén y Juliana. Llegaron a la timbra que era cubierta por una suave sombra de un frondoso árbol que se movía al son del viento.

Tomaron asiento en la banca junto al árbol y permanecieron en silencio por un largo rato, parecía que los tres tenían algo que decir.

11:39 A.M.

—Ailén — James habló después de un largo rato — Podrías acompañar a Sam y Juliana por un rato — miró la tumba — Quiero hablar a solas con ella.

—Si, claro — Ailén entendía la situación y se alejó junto a la pareja, mientras paseaban entre los caminos arbolados y conversaban.

James tomó asiento ahora bajo el árbol, sostenía una flor mientras la admiraba detenidamente — Se que hemos hablado mucho durante este rato, pero había algo que quería decirte a solas — hablaba mientras giraba la flor en sus manos — Tu padre me ha pedido que me despida de ti y para mí realmente es una idea descabellada — sonrió tristemente viendo la lápida de piedra que tenía grabado el nombre de quién alguna vez fue su esposa — Pero creo que de cierta forma lo comprendo, me he atado a tu recuerdo y me reúso a dejar de pensar en ti — una largo suspiro salió de su boca — Y ya es momento de que continúe mi vida, pero eso no significa que te olvidaré al contrario seguirás en mi corazón — se puso de pie y se arrodilló frente a la tumba mientras acariciaba la lápida — Te agradezco por amarme y permitirme ser feliz junto a ti — las lágrimas salían una a una cayendo en la tumba — Porque realmente fuiste y serás mi más grande amor — sonrió entre lágrimas — Pero, debo decirte adiós para continuar con mi vida.

El viento soplaba, sintiendo una gran calidez recorrer su cuerpo como si pudiera sentir a su esposa detrás suyo. Imaginó su tacto y su mejilla junto a la de él abrazándolo con tanta fuerza como lo solía hacer «Sigue adelante y vive feliz por ambos» sabía que esas eran las palabras que Ymir  diría mientras sonría y acariciaba su cabello, podía imaginar como sus ojos grises se iluminaban con tanta felicidad mientras que su largo cabello castaño se ondeaba con el viento, mirándolo en paz y con amor. Esa era su despedida y ella lo comprendía.

12:08 P.M.

—¿Estás bien? — preguntó Ailén mientras caminaba junto a James.

Sonrió ahora con más felicidad que antes — Estoy muy bien. Hoy será el último día que vendré a verla.

Ailén se detuvo de golpe, no podía creer lo que escuchaba — ¡¿Qué?! ¿Estás seguro?

—Si — respondió con tranquilidad — Ya es momento de seguir adelante.

—Te admiro demasiado — dijo Ailén bajando la mirada al sentir impotencia de no poder superar lo sucedido con Elliott y Cedric — Quisiera ser como tú.

—¿Pero que dices? — colocó su mano sobre la cabellera corta de la chica y la detuvo — Tú eres muy fuerte Ailén, solo necesitas armarte de valor para continuar adelante — tomó la escuálida mano de la chica — Y yo estaré contigo para ayudarte, si me lo permites.

Ailén asintió mientras sonreía — Claro que si — estaba agradecida por él, era el tipo de hombre que la hacía sentir segura mientras crecía la confianza en si misma. Su relación comenzaría siendo una linda amistad, pero ella ya no se cerraría a la idea de amar a alguien mas.

La pareja detrás de ellos sonreían con satisfacción al ver aquella hermosa escena y deseaban que ambos lograrán superar sus problemas.

Los días pasaban uno a uno, Ailén comenzó con la pintura, retratado aquel par de rostros en un hermoso óleo que sería un recuerdo para la eternidad.

Nueva York 22 de mayo, 11:48 A.M.

Cedric esperaba en Partners Coffee, había logrado que Reiko y su esposo lo ayudarán con la investigación de Elliott Brandell y concertó una reunión con un detective del departamento de policía de Nueva York.

Bebía café mientras esperaba, había sido una larga semana buscando información que le ayudará a encontrar la verdad y mucha fue su sorpresa al saber que Elliott y Frella eran más cercanos de lo que pudo imaginar, eran hermanos que compartían el mismo desorden mental.

—¡Cedric! — escuchó una eufórica voz y al mirar se encontró con un hombre de mediana edad, en ropa casual que sostenía un maletín — Vaya que sorpresa conocer a un gran escritor.

—Hola, debes ser Bryan — se puso de pie para saludar con un fuerte apretón de manos — Agradezco que me haga este favor.

—No es nada, mi amigo me lo pidió y acepte con alegría al saber que eras tú.

—Gracias.

Tomaron asiento y colocó el maletín sobre la mesa — Creo que no es necesario que mencioné que está información es clasificada por lo tanto es importante mantener todo entre nosotros.

—Claro estoy consiente — Cedric estaba desesperado, quería saber de una vez por todas lo que había sucedido.
Bryan abrió el maletín y sacó un sobre amarillo relleno de papeles, fotografías e informes médicos — Efectivamente, Elliott Brandell fue sospechoso de violación, agresión física y allanamiento. Golpeó brutalmente y violo a Ailén Anderson en su departamento la noche del 1 de  Julio.

Cedric se hundió en su asiento, todo daba vueltas a su alrededor, sentía como se asfixiaba y no procesaba lo que escuchaba. El miedo recorría cada fibra de su cuerpo mientras que todos sus músculos se tensaban y el hueco de su estómago no lo dejaba respirar adecuadamente. Lo que menos imaginó había sucedido y todo había sido su culpa. 

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¡Hola! ¿Les gustó este capítulo? Espero que sí aunque fue algo corto para mí gusto, hoy seguiré escribiendo para subir otro capítulo.

Dejen sus comentarios y cuéntenme que les está pareciendo esta relación entre James y Ailén.

Saludos!!

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