Aggettivi II

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Medio día, el sol estaba posado justamente arriba de ellos y el cielo llevaba un hermoso contraste entre su azul y las nubes blancas tan puras y claras a la vista. Habían terminado de almorzar, y la hora de la lección se acercaba; Jotaro le había comentado que aprenderían los "adjetivos", que por lo que entendió, eran palabras usadas para describir a cosas.

Fue guiado hasta el salón, y Jotaro le pidió sentarse junto a él en un kline. El hombre sacó un papel algo desgastado y tinta para escribir. Empezó a explicarle con definiciones fáciles para que no le costara captar lo que decía, y estaba funcionando, pues el joven confirmó que lo que había entendido anteriormente era cierto.

Uno al lado del otro, compartiendo miradas ocasionalmente, practicaron por unas dos horas. Observando al joven, Jotaro notó algo.

«Tiene una marca de estrella cerca del cuello»

Jamás había visto una marca así, pero supuso que sería normal; su madre, Holly, tenía un lunar en forma de corazón en su brazo, y cree haberle visto una marca extraña en el mismo lugar que el joven cuando estaba pequeño y se bañaba con ella.

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Jotaro le ordenó practicar las letras, escribiéndolas y pronunciándolas también. Josuke debía admitir que el hombre le intimidaba cuando estaba en su faceta seria, lo miraba de forma fría y demandante cuando fallaba en algo, pero eso era fácilmente dejado atrás cuando veía una leve curva en sus labios cuando acertaba. Por alguna razón que no comprendía, sentía que quería hacer todo bien para enorgullecer al hombre.

Jotaro también le estuvo dictando palabras para que intentara copiarlas lo mejor posible. Mientras dictaba, le dijo una palabra muy complicada, 'exhibir'.

—¿Cómo carajos se escribe eso? —Susurró para sí mismo Josuke, que estaba que temblaba, pues una fuerte mirada estaba posada sobre él, oprimiéndole. «¡Está exigiendo mucho!» se quejaba mentalmente. Le parecía injusto, sólo llevaba dos semanas aprendiendo el idioma.

Empezó a escribir indeciso, «eksi»...

Alto.

Josuke enflaqueció, se sentía como cuando su madre le enseñaba matemáticas de pequeño. La voz del mayor había sonado tan grave y autoritaria que se detuvo al instante. Era claro que aunque el hombre se viera calmado y desinteresado en ocasiones, era muy estricto con la educación.

Jotaro, repentinamente, tomó su mano para guiarlo al escribir. Aquello fue como una repentina ráfaga, una mezcla de nervios con una sensación extraña que conocía, esa tan característica que se siente cuando alguien te atrae. Esa mano tan grande rodeando la suya lo desconcentraba, era fría pero muy cómoda, y debía admitir que le gustaba cómo se sentía el tacto de su piel.

Por otro lado, todo estaba planeado por Jotaro, actuaba indiferente para encubrir sus verdaderas e incorrectas intenciones con el chico; tomar su mano había sido su objetivo. Él poseía una belleza tan encantadora que resistir los impulsos que lo llevaban a actuar así era imposible, todo era para sentir su suave piel de nuevo.

Terminó de escribir, «exhibir». Lentamente alejó su mano y volvió a su deber de enseñar, cruzándose de brazos.

Se escribe con x y h después.

Esos cuernos eran los más sucios y crueles traicioneros, junto con el enrojecimiento que emergía en su rostro; todos delataban su estado de desconcierto y timidez. Josuke no podía parar de pensar en lo que había hecho el mayor; no era gran cosa, pero no dejaba de anonadarlo, y sintió que quería tener esa mano sobre sí mismo de nuevo. Detuvo sus pensamientos abruptamente al notar lo extraños que estaban siendo y continuó con su lección, sin poder dejar atrás eso sucedido por completo.

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Josuke, lo último por hoy es una lista con adjetivos y lo que significan —mencionó mientras le extendía el papel repleto de tinta—. Estúdiala, debes mejorar tu vocabulario.

Con dificultad el joven entendió, luego tomó la lista y empezó a leerla. Afortunado, alto, feo, agradable, miserable, triste, feliz, bajo, hermoso, paciente, delgado, grueso... Algunas palabras las conocía, otras no, y todas contaban con una fácil definición, incluso algunas contaban con dibujitos mal hechos para explicar mejor su significado, cosa que le causó gracia y ternura; era peculiar pensar que Jotaro había hecho esos dibujitos tan infantiles. Siguió leyendo con atención tratando de entender todo, hasta que llegó a una palabra específica, una que recordaba claramente, pues la había escuchado hace muy poco.

En el papel, lo que decía de esta palabra era «Precioso: Que es muy bonito».

No tardó en rememorar la escena de anoche, el suceso que le permitió confiar temporalmente en Jotaro; «qué chico tan precioso», sonaba en su cabeza una y otra vez. Ese hombre había dicho que él era bonito de forma tan abierta.

Y para su desgracia, toda la habitación se iluminó tenuemente con sus cuernos y volvía a estar rojo hasta arriba, «¡deben darme un descanso!». Sentía que podía fallecer de vergüenza.

Josuke, ¿pasa algo? —preguntó con una casi imperceptible picardía que escondía en un tono serio. Él sabía muy bien qué pasaba, y como sus impulsos lo forzaban, se acercó más apreciando disimuladamente su rostro. Le gustaba verlo nervioso, no podía negarlo. Lo que ocultaba aquella cara seria...

No, estoy bien, pensaba —pronunció simple por no poder complicarse mucho al hablar—. Gracias, Jotaro. Luego enseñas más, voy al jardín.

Sin dudar ni un minuto, salió huyendo, no podía soportar la idea de Jotaro notando su sonrojo, y no soportaba la idea de que le haya gustado que él hubiera tocado su mano.

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Jotaro se quedó adentro, viendo como ese chico se desvanecía en la lejanía. Había disfrutado apreciarlo de esa forma, pero se encontraba bastante aturdido por cómo estaba actuando ante su atracción a él, parecía un típico adolescente hormonal que cree que puede ligarse a todos. Admitía haberse sobrepasado, pero simplemente era muy complicado ignorar querer acercarse.

Yare... —pronunció mientras se cruzaba de brazos y se dirigía a la cocina, algo hundido en esos nuevos pensamientos sobre su compañero.


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Y aquí le podemos dar un vistazo más cercano a las chichotas de la rica rubia de Giorno, 10/10

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『 Il Giovane con le ℭorna 』 🌒 (JotaJosu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora