Louisa

Cara o Cruz

  Las visitas alegraban su existencia de una forma que no conseguía describir con palabras. Louisa se levantó de un salto de la cama al escuchar que alguien esperaba por ella, corrió al baño para arreglar su cabello y se vistió con el primer vestido que vió para no hacer la espera más larga. Deseaba muchísimo que su rey haya vuelto para verla, anhelaba poder respirar su perfume, admirar cada detalle de su rostro e imaginar que prenda podría vestir ella para combinar con el traje que su amor llevase a la visita. 

 Con una sonrisa plasmada en su rostro, el cabello recogido y un vestido anaranjado fue a la sala que acostumbraba para llevarse la curiosa noticia de que quien se sentaba en la misma mesa que su prometido era nada más ni nada menos que Matsuo Tsuruji. 

  Como si hubiese traído una máscara antes de entrar a la sala, y esta se hubiese caído, el rostro de Louisa cambió con brusquedad; transformando su cálida y esperanzada sonrisa a una oscura mirada, con unos muy marcados rasgos de disgusto. No púdo evitarlo, en ese momento no tenía control de sí misma y realmente tampoco tenía ganas de fingir ante esa persona, a quien consideraba menos que putrefacto excremento, un humor estable o de buen afán. 

  Matsuo la divisó a lo lejos y se levantó con naturalidad, en su mirada ya no se distinguía la misma culpa que en el pasado, tan solo el apático rostro que ella, para su pesar, recordaba muy bien en el joven. Él tomó la silla en la que se esperaría que ella se sentase y, con un caballeroso gesto, la distanció de la mesa; luego le indicó que se acercara con una apagada sonrisa y un movimiento de cabeza. Louisa arrastró los pies hacía él, podría haber regresado a su cuarto e indicarle a quien le correspondiese que prohiba la entrada de ese chico al establecimiento, o al menos a sus visitas, pero creyó que si se había tomado la molestia de abandonar su roedor escondite era por algún asunto que quizás debía escuchar. Solo sería eso, Louisa no aceptaría vueltas en los asuntos o una previa charla banal para ablandar las cosas, quería ver lo menos posible a Tsuruji. Por otro lado, la parte más racional y pesimista de su persona esperaba que lo que saliera de tal afilada lengua viperina fuese algún chantaje barato, que haría de su presencia, muy probablemente, un evento reiterativo. 

— Buen día.

  Louisa se sentó en silencio. Tensionando la mirada siguió cada paso del joven hasta que este se sentó frente a ella, entrecruzando sus dedos sobre la mesa. El silencio se prolongó durante unos segundos y las ganas de Louisa de ejercer violencia física contra Matsuo aumentaron considerablemente. Con un tono agrio, cansado y lleno de aceptación, ella le dio fin a tal incomodo momento.

— ¿Solo viniste a mofarte de mi? Bien, hurra. Que divertido. Vete de una maldi-

— Realmente me odias eh... —Interrumpió con una triste mirada, junto a una amable sonrisa— Supongo que es de esas cosas que con pedir perdón no cambian...

— Estas bromeando ¿No? —Agregó con un tono entre las risas y el sarcasmo, a la par en la que soltaba su cabello de su anterior peinado— Me vendiste a la jodida, jodida mafia y.. ¿Crees de verdad que con un perdón lo solucionas? Dime por favor que vienes a amenazarme con algo porque si realmente viniste aquí a que "te perdone" nuevamente juro que me internaran de por vida por lo que te voy a hacer, maldita mierda sociópata. 

— Yo nunca quise que los Masayoshi te secuestraran Lou, cómo iba a querer eso si estaba loco por ti. Te había amado desde la primera vez que te vi.

  Louisa inmediatamente apagó su mofante sonrisa para mirarlo a la cara, buscó una señal, un código en ese rostro que le indicara si Matsuo estaba bromeando. Esperó un remate de tal chiste unos segundos y al este no aparecer levantó las cejas expectante, sin abandonar su seria mirada. 

— Sí les dí la información de que ibas, pero, realmente no esperaba que no logres huir —Louisa tomó su sien con la mano al escuchar eso y se dejó caer en la silla, balanceándose con el par de patas traseras— Supongo que no me expliqué de la mejor forma...