La Imagen Prohibida

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‒ Hoy creo que haré una fiesta ¿Realmente me hiciste caso? Sabía que algún día madurarias.

‒ Ja.

  Adrien alzó sus cejas y sonrió ante la broma de su amigo, de cierta forma lo relajaba un poco hablar por celular con Nathaniel mientras se dirigía a la clínica para ver a Louisa. Quería poder hablar con ella, ver su estado y, en el caso de que se mostrase un poco más receptiva que en la anterior visita, podrían hablar de su hijastro. Claro, Louisa aún no sabía que Ming Tiang estaba en París, pero él consideraba que hablar del niño era un paso definitivo que podría permitirle a Adrien contarle la verdad a su prometida sin temer por ella.

‒ Ah... Es increíble lo que son los genes ¿No? No podría diferenciar a la chica de su madre a la misma edad, incluso en su ingenio.

‒ ¿Eh? ‒Adrien volvió de sus pensamientos, puso segunda y giró hacia la avenida‒ ¿A qué te refieres?

‒ Por favor, no te hagas el tonto. Estoy seguro de que pensaste lo mismo que yo ¿Cuando casi Ming Tiang termina con tu vida en un pestañear? Hasta pude imaginarme el leotardo rojo en Emma cuando resolvió la situación en dos movimientos.

‒ ¿Sabes? Eres un maldito hijo de perra ‒Bromeó‒ no me metas en tu podrida imaginación, yo en ese momento solo intentaba comprender por qué Ming Tiang estaba frente a mi.

‒ Ay, ay, ay... ‒Se escuchó el suspirar del hombre tras el altavoz‒ lo peor es que te creo, pero sé que tarde o temprano lo ibas a pensar y es mejor adelantarme a los hechos. Bueno, tengo que ir a hacer unas diligencias, hablaremos más tarde. 

‒ Ah no Kurtzberg. No puedes simplemente decir algo como eso, plantar tus macabros pensamientos y simplemente irte, espera... ¿Acaso es por eso que me habías llamado luego el mismo día? ¿Que pensabas que haría? Estás realmente enf-

‒ Yo no tengo un hijo con Louisa Couffaine, así que no uses esa carta conmigo Adrien. Hasta luego, y alejate de Emma. 

  Adrien mostraba en su rostro la confusión que le había causado aquella conversación que tuvo con Nathaniel. Al alcanzar un semáforo cerró sus ojos, se tomó la sien y suspiró en un intento de resetear su mente; estaba yendo a ver a Louisa, debía centrarse en todos sus otros problemas y no en las estupideces de Nathaniel. 

 Las cosas habían quedado complicadas la anterior vez, también, además de hablar sobre Ming, debía intentar encontrar una reconciliación entre las hermanas. Emma era el pilar de Louisa y, así mismo Louisa el de su hermana, no era para nada bueno que esa disputa se extendiese. Quizás si todo salía bien podría mencionarle que Emma se estaba haciendo cargo de Ming en su casa, que ya lo había presentado a su familia. 

  "¿Como le habrá ido?" Pensó ello mientras organizaba sus metas, Emma se veía realmente preocupada de presentarle el niño a sus padres, supuso que lo había resuelto. Aunque de no hacerlo no lo llamaría para avisarle, así que realmente no podía estar seguro. Solo quedaba esperar a que viniese a visitar a Adam para preguntárselo, si todo había ido de manera correcta también traería a Ming para que viese a su hermano. Adrien hizo una mueca inconsciente al recordar a la chica junto a los dos niños, era un lindo recuerdo, sus ahora dos hijos juntos, en su hogar, su familia ¿Que había de malo en ello? De igual forma no pudo evitar sentirse culpable por recordar con tanta calidez ese momento, aunque no estaba poniendo en la ecuación a Emma ahora creía aquella imagen mental prohibida.

‒ Maldito Kurtzberg. 

LouisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora