Tightrope

Capítulo 10

Capítulo 10

El trayecto en el auto de hecho no fue incómodo. Tony mantuvo una animada conversación sobre sus bandas de rock favoritas, era el género musical que más le gustaba. Steve no conocía más allá de lo que el moreno le había hecho escuchar en un par de ocasiones pero conocer cosas nuevas y diferentes era algo que en general, siempre le había agradado.

- ¿Hay algo que a ti te guste?

- ¿Cómo qué?

- ¿Tienes algún hobby aparte de ser el Capitán América?

Steve dudó un momento y luego sus ojos se iluminaron ante el recuerdo.

- La pintura... me gusta la pintura.

- ¿Tú pintas? – vaya contraste, pensó Tony.

- Solía estudiar en la Escuela de Artes.

El soldado era una caja de sorpresas. Tony tenía toda la intención de indagar más al respecto cuando llegaron al edificio del rubio. Educadamente y con una sonrisa, este le agradeció la salida y descendió del auto. Él, por supuesto, salió a la par y aceleró el paso para alcanzarlo en la pequeña escalinata de la entrada. Steve se giró aun sosteniendo la llave que estaba a punto de atravesar la cerradura y lo observó incrédulo.

- Hoy me has tenido mucha paciencia, lo menos es que puedo hacer es acompañarte hasta la misma puerta de tu hogar.

¿Era alguna clase de código actual? ¿O acaso se estaba disculpando? Le quitó importancia y lo dejó pasar.

Volvieron a subir las escaleras mientras ambos soltaban algunos rebuscados comentarios al azar sobre el lugar al que habían ido. Una vez llegados a la puerta del rubio, guardaron silencio y Steve sacó las llaves de su pantalón.

- Gracias por todo, de nuevo, Tony.

- Fue un placer – le sonrió sincero.

Steve observó a ambos lados, incomodo. Stark simplemente no se iba.

- Entraré a mi casa...

- Adelante – le hizo una seña con la mano indicándole que lo hiciera.

- Entonces... Adiós.

- Adiós.

Pero al parecer, los pies de su no invitado estaban plantados en el pasillo. Resopló y decidió que solo entraría y cerraría la puerta.

Le dio la espalda, introdujo la llave, giró la manija y entró. Nunca esperó que el espacio entre su brazo y el marco de la puerta se convirtiera en el camino perfecto por el que Stark se colaría a su casa. Fue bastante rápido, de hecho.

Apenas había avanzado, Tony ya estaba adentro, empujando y cerrando la puerta de forma brusca.

- Tony ¿Qué hac...? – pero la pregunta se quedó atrapada en sus labios cuando este los besó.

Parpadeó rápidamente haciendo un esfuerzo por entender lo que pasaba y trató de abrir la boca para intentar continuar con su reclamo, pero se vio silenciado por los besos del otro. Y entre el forcejeo y su negación, se dio cuenta de que, de hecho, si lo había extrañado demasiado.

Ordenando los pensamientos de su cabeza, con un último hilo de su autocontrol y sin ninguna intención de lastimarlo, le tomó de las muñecas y lo jaló hacia atrás, tratando de separarse lo más que pudo.

"Lección número 5 y la más importante, hablo en serio Steve: no tengas sexo con ella"

Entre la penumbra pudo distinguir la mirada decisiva que el otro le dedicaba, la tensión en su mandíbula, la determinación en su rostro. Y el cuerpo que sostenía se convulsionó bruscamente en un intento de regresar a sus labios, aplicó solo un poco más de fuerza y volvió a detenerlo.