Tightrope

Capítulo 18

Capítulo 18

El despertador lo había obligado a salir de su cama unas horas antes de lo acostumbrado. Por la ventana pudo observar que, pese a que había estado lloviendo ligeramente, para su sorpresa el día se encontraba soleado, incluso el clima prometía ser cálido en el exterior.

Era algo bueno, últimamente sus días habían sido nublados.

La rutina matutina era siempre la misma. Se vistió a prisa, bebió una taza de café, incluso se quemó la lengua con él. Tomó lo primero que encontró de desayuno en la cocina y abandonó su hogar con rapidez. Tenía una larga lista de pendientes que comenzaba con una junta a primera hora con Fury, entre otras cosas y, esperaba poder terminarlos pronto.

Al final de su recorrido por las transitadas calles de Nueva York, la imponente oficina central de S.H.I.E.L.D apareció frente a él. Los rayos del sol matutino se reflejaban contra las paredes blancas y enormes ventanales del edificio. Cruzó la puerta sin apenas notar al resto de las personas que caminaban a su lado. La idea de la junta no le encantaba y aceleró el paso respondiendo apenas a algunos saludos amables mientras se mentalizaba para lidiar con el espía.

Presionó el botón del ascensor que lo llevaría a su oficina y una vez que lo abordó, esperó pacientemente la llegada al piso indicado. Pensó que, una vez librada esa tarea matutina, el resto del día sería más relajado. Quizá podría regresar a su casa temprano y trabajar en algunos proyectos pendientes. La idea le emocionó ligeramente.

Avanzó por el largo pasillo y se detuvo en la puerta indicada para después tocar por mero protocolo y, aun así, abrirla antes de recibir respuesta para asomar su cabeza.

La amplia y elegante oficina que no reflejaba otra cosa más que el carácter sereno e implacable de Fury, apareció ante sus ojos.

El susodicho se encontraba detrás de su escritorio con la mirada enfocada en quien sabe que cosa sobre este y apenas lo escuchó cruzar la entrada, alzó la vista para indicarle con un gesto en la mano que podía pasar.

Sentado frente al director, había otro hombre y él pensó que no era necesario interrumpirlos y que lo mejor sería darse la media vuelta y regresar por donde vino cuando, como un inesperado golpe; reconoció aquella espalda ancha, los hombros firmes, los brazos bien trabajados... el cabello intencionalmente alborotado y castaño.

Definitivamente su día se había ido al carajo.

- ¡Ah, Capitán Rogers! Creí que acabaría antes con Stark, pero al parecer nuestra reunión se extendió más de lo esperado.

Tony Stark se giró mostrando una evidente sorpresa en su rostro que luego relajó e intentó formar una reglamentaria sonrisa que terminó en una mueca extraña que nadie podría descifrar. Esa reacción había sido peor que cualquier golpiza.

Steve parpadeó un par de veces y se obligó a formular una respuesta sencilla.

- No tengo ningún problema con esperar afuera – casi tartamudeó.

- No, no, yo... ya me iba – respondió Tony rápidamente arrastrando las palabras, como si su sola presencia hubiera arruinado su día también.

Bueno, al menos tenían eso en común.

El castaño reunió el montón de hojas que había en el escritorio para guardarlas en su portafolios de manera casi desesperada. Se puso de pie y estrechó la mano de Fury.

- Pueden comenzar con los pequeños detalles que tratamos hoy.

- Trabajaré en el protocolo y organizaré al equipo inmediatamente. Gracias.