Nueve:

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Por fin era viernes, nada parecido sucedió y agradecía estar tranquila, por así decirlo.
Lo único que me distraía era el instituto, me despejaba de mi mundo y me hacía creer que era alguien normal, alguien más del montón.

Ahora mismo, sentada mirando el pizarrón con cálculos de ángulos, haciendo que mi cabeza quiera explotar y arrepintiéndome de entrar a esta clase. Tenía a Demon a mi lado, no le di importancia. Sería mi compañero todo el año, lamentablemente.

Sentía asco hacia su persona, rechazo y enojo, no dejaré que eso influya en mis pensamientos.

—Entonces, harán pareja con su de al lado.

Levanté mi rostro rápidamente y lo miré con súplica, el solo se encogió de hombros.

Calvo hijo de perra, luego rayaré su coche.

El timbre sonó y corrí fuera a fumar un cigarro. Algo bueno de este instituto era que podías salir en los recesos para lo que te plazca.

Mis hermanos salieron detrás de mí.

—Me tocó pareja con el idiota engreído de Stanford.— exhalé el tabaco mientras fruncía con asco la nariz. Se reían y querían burlarme pero ataque antes. —A todos nos tocó con ellos.

—A mi no.— Luke tenía el mentón en alto y orgulloso de no estar dentro del circo pero reí.

—Dormiste toda la clase y por eso no te diste cuenta de que estas dentro, perra.— Cara rió y me contagió su risa. Dominik toco mi codo y miró un punto fijo. Seguí la vista y me crucé con los ojos de los Stanford, fijos en nosotros.

—No me molesta, la rubia está que arde. Algo bueno tengo que sacar de todo esto.— sonrió de lado Dominik. Rodé los ojos.

Puede ser que ame a su madre, pero ellos eran unos imbeciles.

—Par de estúpidos.— murmure y exhale lo ultimo del cigarro, luego lo tiré dándolo por terminado.

A unos metros venían los que parecían jugadores de lacrosse, y nada mas que el grupo de oxigenadas con la abeja reina moviendo sus caderas, pareciera que se les van a salir de lugar.

Reí por mis pensamientos.

Di un paso adelante, igual que mis hermanos.
Ellos se pusieron en fila con sonrisas en sus rostros.

—Sean directos o romperé sus bocas.— habló Becca haciendo que sonriera. Mi hermana tiene muchas agallas.

—Quiero que lo intentes, rarita.— una castaña habló, se notaba que estaba operada en cada parte de su cuerpo pero era linda de rostro.

Lástima que va a quedar desfigurada.

Becca dio otro paso, invitándola a dar el primer golpe pero la empuje atrás mío cuando vi las intenciones de la castaña. Esquivé su golpe.

—Quédate quieta Brooklyn, yo me ocupo de esta.— hablo Kimey con asco. Sonreí.

—¿Vosotros no se cansáis de joder? vayáis para otro lado, hijos de puta.— Cara aún no se acostumbraba al inglés, pero intentaba.

—¿Estos son los bichos raros que te molestan, Kimey?.— hablo un chico bastante alto y con grandes músculos, se notaba que era el capitán.

—Si, cariño.— dice con voz chillona.

Al carajo, quedáis si os queréis. — murmure, tenia mucho enojo y en cualquier momento voy a explotar. Quise irme pero me agarraron con fuerza del ante brazo. Cerré los ojos con fuerza y respire.

—No te vas a ninguna parte.— dijo Kimey en risas.

—No debiste hacer eso. Con toda Skye.— dijo Cara con varias risas.

—Con toda hermanos.— terminé la oración y prepare mi puño, al darme vuelta lo impacté con su rostro. Me empujaron para atrás, la castaña, pero Becca se ocupó de ella y eso me preocupaba, ella no sabía pelear ni nada por el estilo, quise ayudarla pero Kimey se puso de pie y me dio una patada en el abdomen. Mire a Cara y ella entendió que tenía que ayudar a Becca. Sentí otro golpe en mi hombre y era otra chica.

Estoy harta.

Cuando esa chica quiso darme otra patada agarre su pierna y la empuje con fuerza haciéndola caer. Luego me subí encima, le di 2 golpes rectos, me puse de pie, le di una patada en la boca.

Dominik y Luke estaban peleando con 2 chicos cada uno, Cara con Kimey y no encontraba a Becca. Me moví de un lado a otro y la encontré, arrinconada en una esquina, con un idiota atrapándola con sus brazos. Vi sus gestos, y tenía miedo. Él idiota no hacia más que jugar mientras ella quería llorar.

Otra vez esa ola de calor, de impotencia y de furia que me nublaba la vista.

Quería matarlo, deseaba hacerlo.

Lo agarre del hombro y lo di vuelta, me dio una bofetada que no me afectó en nada. Agarré su cabeza y lo empuje contra la pared. Quedo un poco atontado por lo que le di todos los golpes posibles, una y otra vez. No quería parar, en realidad quería más sangre en mis manos, quería destruirlo, se lo merece, merece todo esto y mas por actuar así con mi hermana.

No entendía como el chico no tenia ni un rasguño, su rostro estaba intacto y eso me hacia golpearlo con más fuerza pero me dieron vuelta. Quise salir de esos brazos, tenia mucha furia y golpee ese cuerpo como pude.

Dominik me agarro en sus hombros y me llevo lejos.

En la distancia lo vi, el cuerpo, sangre por todos lados, su rostro, la pared, mis manos.

Mi Dulce Tormento©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora