Hoy sería día de instituto, después de todo tu último año es emocionante, ¿no?.
Mire mi armario con atención, se basa en colores oscuros gracias a mis tatuajes bastantes llamativos y raros. No me quejaba pero de vez en cuando me gustaría vestir de rosa.
Na, ¡que va!, ¿se la creyeron?.
Vivir sola no es tan malo, en realidad, me fascina hasta emocionaba. Tener tu propio espacio, donde puedes hacer todo lo que te plazca sin reglas.
Pero, también tiene lo malo, como la mirada de Demon hacia mi habitación unas 10 veces por día. Creo que es medio psicopata, o tal vez tiene muchas ganas de follarme. No lo sé.
Vestí:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Agarre mis lentes de sol y las llaves de mi bebé aparte de mi móvil, por que obviamente, sin mi móvil no tengo vida alguna. O eso diría cualquier fresa.
Cerré mi casa con llave y caminé hacia la casa de los vecinos. Menudo día.
Día poco soleado y poco caluroso, no estoy mal vestida, gracias a Dios.
—Ya te extrañaba.— murmura Alice con una mueca. Reí y la abracé. Me saqué mi chaqueta y mis lentes de sol. Con una seña me ofreció café.
—Gracias, pero iré a starbucks por un mocha antes del instituto.— me expliqué mientras recostaba mi espalda sobre la isla. Cruce mis brazos al escuchar a todos bajar.
—Oh jebus, las morsas despertaron..— susurra pero logré escucharla y esas simples palabras saliendo de su boca me alegraron el día.
—¿Por qué tengo antojo de un mocha?. — pregunta Dominik al estar a mi lado. Alice nos mira con asombro y ojos de plato.
—Cosas de mellizos.— dijimos al unísono.
—Por fin muestras tus atributos.— murmura Luke a lo que ruedo los ojos.
Uno que otro estuvo mirando mis tatuajes por lo que me molesté, eso quería evitar. Me acomodé los lentes y mi chaqueta otra vez, saqué mis llaves y despedí a Alice.
—¿Choco Chip?.— pregunte con una sonrisa hacia mi hermano.
—Por eso eres mi melliza.— sonríe emocionado y caminé hacia la salida.
—Y.. hermano,— hablé mientras abría la puerta. Todos fijaron sus ojos en mi. Baje un poco mis lentes.
—Habla ya Skye, quiero desayunar.— justo cuando terminó de hablar, subí mis lentes de nuevo y asegure mis llaves en mi mano.
