Dieciseis:

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Creep de Ember Island abundaba mis oídos mientras mis ojos estaban en un cupcake, gracias a mis audífonos no sentía mi alrededor. Hoy más que nunca la cafetería estaba llena de gente, todos de un lugar a otro, gritos, risas, prefiero pasar de eso y entrar a mi mundo.

No veía a mis hermanos desde 5 días atrás, desde esa charla con Derek. Sus palabras causaron un gran impacto en mí, no podía acercarme a ellos por un sentimiento desconocido dentro de mi corazón.

De reojo los veía mirándome con disimulo, tenía que ser cautelosa en estos momentos. Por suerte, el timbre sonó y me salvó. Caminé fuera de la cafetería, mi clase de biología comenzaba en 10 minutos por lo que decidí fumar un cigarro antes de entrar, me ayudaría mucho.

Recosté mi espalda en la pared de la entrada del instituto, miré con atención los autos pasar, los niños correr con alegría, hasta una pareja de ancianos que se notaban muy enamorados. Encendí el cigarro y escuché las voces de mis hermanos, saben que quiero espacio.

El sol resplandeciente alumbraba mi cuerpo abrigado en un buzo, gorro y bufanda. Mis ojos ante tanta luz agradecían a los lentes de sol.

Exhalar el humo del tabaco que consigo estaban mis nervios fue el toque que mejoró mi mañana. Terminé y observé mi muñeca en busca de horario en mi reloj, llevo 5 minutos retratada. Bufé.

Mis pies caminaban en tranquilidad, sin ningún apuro por remordimiento. No quería entrar a la clase, pero decidí que al ser mi ultimo año no lo repetiría por nada. Juré eso.

Ahora mis oídos escuchaban una canción desconocida, cantada en español por lo que me gustó, toque melancólico. "La última vez" de Babi.

El profesor no me notó llegar, apure mi paso en sentarme para que siga así. Tomé mi cabeza entre mis manos y suspiré, mis ojos en forma ansiosa miraron todo el salón, divisé a Cara que sonrió al verme pero luego, su rostro mostró pánico haciendo con disimulo seña en sus ojos. Fruncí el ceño e intenté sacar mis lentes de sol para mejorar mi vista, pero negó con rapidez, ya entendí. Agarré mi celular y por el reflejo de este vi un destello en mis ojos, aún teniendo los lentes de sol.

Cerré los ojos y suspiré varias veces, tenía desesperación, miedo, nervios, muchas cosas acumuladas de la cual no puedo solucionar ninguna. Entre tantas preguntas sentí algo, una mano en mi hombro apretando ligeramente. De reojo observe a Dominik, intentando tranquilizar lo que sea qué hay en mí.

Toqué su mano en busca de ayuda pero lo empeoró, eso despertó mi demonio interior. Furia, esa sensación circulaba por todo mi cuerpo en busca de acción, pero con todas mis fuerzas no cedí el paso. Con las manos hechas puños contuve mi fuerza, me estaba lastimando, pero tenía que hacerlo, debía.

Estuve 40 minutos de esa forma y con los ojos cerrados. Sangre salía de las heridas hechas por mis uñas pero no me detuve. De un momento a otro todos se pusieron de pie, tomé mis cosas y corrí fuera del instituto.

Hambre, ese es el problema.

Me agarraron de la muñeca y dieron vuelta mi cuerpo. Los ojos de Dominik tenían miedo pero no tengo tiempo. Solté su agarré y tomé rumbo al bosque en mi motocicleta.

Ansiedad ahora era lo único que sentía. Gracias a la sangre de mis heridas pude entender todo, sangre era lo que necesitaba, duele tener que hacerlo pero no puedo lastimar a nadie.

Aceleré, ya no veía la hora de sentir ese líquido pasar mi garganta. Algo dentro de mí lo exigía, lo necesitaba, al igual que yo.

Estacioné mi motocicleta en la orilla del bosque, miré por todo lugar en busca de que alguien me esté vigilando, pero no encontré nada. Caminé dentro con sigilo y nervios, ¿qué tendría que hacer cuando llegue el momento?.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2020 ⏰

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Mi Dulce Tormento©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora