Capítulo 7: "El malestar se incrementa"

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Un par de pelinegros entraban a un gimnasio al tiempo que un grupo de chicas se acercaban a rodearlos.

Maestro Son, maestro Son, decía de manera melosa una de ellas, haciendo que la pelinegra posara sus ojos en está, al tiempo que su esposo la tomaba con mayor fuerza de la mano para hacerle sentir que no tenía que ser tan insegura.

Dime Marcarita, respondió el apuesto joven de cabello alborotado.

Hoy la clase la dirigirá usted, ¿verdad?, respondió la joven.

Si, por su puesto, dijo Gokú confundido.

Que alegría, respondió la joven, mientras las demás chicas asentían.

Usted es el mejor maestro, acoto Lilibeu.

¡Eh¡ gracias, dijo Gokú.

Pensé que los integrantes de cada equipo de trabajo sería equitativo, pero como veo que has decidido hacerte cargo del grupo de chicas, entonces yo entrenare a los chicos, dijo Milk con firmeza, mientras se soltaba del agarre de su esposo.

¿Qué?, no claro que no, decía Gokú con firmeza.

Pero, ¿por qué no?, las chicas quieren que tú las entrenes, ¿no?, dijo Milk con cierta ironía en su voz, mirando a su apuesto esposo.

Sí, eso queremos, decía las chicas.

Y de seguro los compañeros querrán que usted las entrene, acoto Yurín, mirando a la pelinegra.

No, claro que no, los grupos son equitativos y rotativos, así se quedó desde el principio y así será, ya les informare quienes estarán en mi grupo de entrenamiento está semana, dijo Gokú firmeza, haciendo una pausa para decir: Vamos a la oficina.

¿Qué?, respondió la pelinegra.

Tengo que decirte algo, dijo Gokú. tomando una de las manos de su esposa para llevarla con él a la oficina del gimnasio.

Minutos después:

Milk, mi muñeca bella, no quiero que discutamos por absurdos caprichitos de niñas, decía Gokú con calma, mientras se acercaba a abrazar a la pelinegra por su espalda.

Si, tienes razón, pero de igual manera esas chicas no parecen estar conformes cuando yo las entreno, siempre están buscando algún pretexto para abandonar el grupo e ir donde tú estás con tú grupo, por ello tal vez sea mejor que tú te encargues de ellas......, respondía Milk.

No, claro que no, aquí los maestros somos los dos, además yo no quiero que tú andes entrenando a un grupo de puros chicos, decía Gokú en tono celoso rompiendo el abrazo, mientras camino frente a su esposa.

¿Te da celos?, respondió Milk sonriendo.

Si, muchos celos, eres muy bella, todos nuestros discípulos varones lo dicen, más de uno quería conquistarte pensando que estabas sola,...., decía Gokú.

Pero ya saben que estoy casada, que soy tú esposa y que tenemos un hijo, respondió Milk con calma.

Ello no cambia las cosas, por allí siempre hay algún irrespetuoso, dijo Gokú con firmeza.

Lo dices por experiencia, respondió Milk con cierta ironía.

Si, lo digo por experiencia propia, pero quiero aclararte algo, yo siempre pongo en su lugar a esas chicas resbalosas como tú les dices, dijo Gokú, haciendo que la pelinegra lo mire con ternura.

Sí, es cierto, disculpa, dijo Milk con dulzura.

Claro que te disculpo amor, respondió Gokú sujetando a la pelinegra de su cintura para apegarla a él y besarla con inmensa pasión.

"MENTIROSO CORAZÓN - SEGUNDA TEMPORADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora