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Mi cuerpo pareció tensarse ante la idea de ver a mi madre, Chaerin, con el idiota de mi «padre», la mire por instinto. Ella tenía una sonrisa de oreja a oreja, desde que llegaron a casa. Me sentí abrumada con solo imaginar la cara que pondría cuando viera a Taeyang.

Toda la felicidad que reflejaba probablemente iba a desvanecerse en cuestión de segundos.

- Oh, eso es bueno. Que sea bienveni-

- ¡No! -Interrumpí a Chaerin. Trague saliva cuando todos los presentes se enfocaron en mi- Digo... ¡Si...!

Los minutos parecieron un infierno. Me imaginé las miles de escenas que podrían formarse con su reencuentro. Solté un suspiro y luego apoye mi codo en el reposabrazos del sofá.

- ¿Sucede algo?

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. La mire y negué. Ella no pareció creerme, ya que su expresión no cambió en una de alivio.

- ¿No te agrada la idea de que venga mi padrastro? -Inquirió sin rodeos. Abrí mi boca para contestar, pero fui inmediatamente detenida- A mi tampoco. No se ni por qué va ha venir.

- Algo más complejo -Contestó. Jisoo desvía su mirada del celular y luego me mira con una ceja arqueada.

- ¿Complejo?

Me estaba matando la idea de seguir ocultándolo. ¿Cuanto tiempo iba a pasar para que esto se descubra?

- Tu padre... Taeyang... -Suspire con profundidad. Jisoo pareció darse cuenta de algo, ya que apenas termine de retirar todo el aire contenido, se acercó a mi lado. Rodeo su brazo en mi cuello y reposó su cabeza en mi hombro.

Ahora nos encontrábamos sentadas en el sofá del living superior de la casa, por lo cual no se encontraba ninguna empleada ni ninguna de mis madres merodeando por el lugar.

- ¿Qué tiene Taeyang? -Me animó a seguir.

- Tal vez... ¿Alguna vez te contó sobre su pasado? -Curiosee. Jisoo colocó un dedo en un mentón, como haciéndose la pensativa. Se alejó un poco, me miró y negó.

- No, nada. Nunca le pregunté nada. ¿Debería saberlo?

Sabía que Jisoo ya estaba comenzando a sospechar. Su rostro lo decía todo.

- Bueno... tal vez...

Antes que pudiera articular alguna otra palabra más, la puerta se abrió sorpresivamente. Ambas saltamos del susto y luego miramos hacia la entrada.

- Perdón por la interrumpir. -Hizo una reverencia, y cuando ya se encontró erguida observo a Jisoo, luego a mi-. El padre de la señorita Jisoo, ya se encuentra en el living principal.

- Está bien Jiwo.

Volvió a hacer una reverencia y después procedió a retirarse.

-

Cada vez que bajaba un escalón sentía un mal presentimiento. Caminamos por los pasillos hasta que al fin llegamos al living principal.

- ¿Qué demonios Taeyang? Te dije muy explícitamente que no volvieras a mi casa.

Jisoo y yo paramos en seco. Apenas habíamos puesto un pie en aquella habitación, pero el inesperado intercambio de palabras hizo que retrocediéramos más de tres pasos.

- No vine por ti, Chaerin.

Hubo un pequeño silencio que logró darme más mala espina de la que tenía.

- ¿Dónde está mi hija? -Inquirió. Su tono era natural. Nada que debería preocuparme.

Por inercia gire mi cabeza hacia la dirección de Jisoo, quien se mantenía con una mueca inquieta. Era obvio que trataba que encajar las piezas y dar en el clavo para comprender la situación.

CAMPAMENTO DE LESBIANAS | JENSOO & CHAELISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora